Eran las 22 del jueves. El diálogo intervenido no dejaba dudas: una mujer era solicitada para un cliente de un hotel cuatro estrellas. Los dos fiscales dieron el okey y arrancó el operativo. Mientras se producía el traslado de la trabajadora sexual desde el privado al hospedaje, se activaron 13 allanamientos. Cerca de las 23 el fiscal ingresó al hotel Libertador. Junto a un grupo de policías golpeó la puerta de una habitación. Adentro estaba la prostituta y el cliente. Fue la evidencia que necesitaban para detener a diez personas y desbaratar una red de prostitución VIP que salpicó a siete hoteles de categoría del centro de la ciudad .
Fueron nueve meses de investigación, cinco líneas telefónicas intervenidas, nueve mujeres explotadas sexualmente, siete hoteles de nivel involucrados, un privado y diez imputados.
"Hicimos un gran trabajo en equipo, con distintas áreas de la provincia y la Nación. Se recopilaron pruebas contundentes sobre la red de facilitamiento y explotación de la prostitución que ahora están en manos del juez", destacaron a La Capital los fiscales Marianela Martin y Matías Ocariz.
Los integrantes de la Unidad Fiscal Especial de Delitos Sexuales contaron que la investigación arrancó "en septiembre de 2015 en base a una llamada anónima a la línea federal contra la trata de personas, el 145".
La llamada mencionó con precisión la dirección de un privado, los proxenetas y la cantidad de mujeres sometidas. A los pocos días las denuncias se repitieron y llegaron a contabilizarse una decena.
"Tras comprobarse que no había delito de trata, que es de competencia federal, se desplegó un amplio trabajo de campo para determinar que efectivamente en Dorrego y Tucumán funcionaba el privado. Se investigaron a nombre de quién estaban todos los servicios e impuestos del inmueble y coincidían con la denuncia", agregaron.
Con autorización del juez se intervinieron tres líneas de teléfonos celulares y dos fijas. Se grabaron largas horas de conversaciones entre la pareja de proxenetas y los ocho conserjes.
"Los diálogos eran muy directos, no se utilizaban códigos ni eufemismos. Las conversaciones nos permitieron avanzar mucho en la investigación y dimensionar el movimiento de dinero de la red", remarcaron Martin y Ocariz.
Valores. Según pudieron determinar los fiscales, cada "pase" tenía una tarifa de $1.500 en los hoteles. De ese monto que abonaba el cliente, 700 pesos quedaban para los proxenetas. Los conserjes se quedaban con 300 pesos más la propina que el cliente le deba a la trabajadora sexual, que sólo se quedaba con 500 pesos.
"Las chicas pasaban muchas horas en el privado, de ahí iban acompañadas al hotel de donde las llamaban. Pero a veces también tenían relaciones dentro del privado", agregaron.
La otra conclusión a la que arribaron los fiscales era que la red "tenía mucho movimiento y generaba mucho volumen de ingresos" a través de los servicios sexuales.
"Sólo en una hora, por la mañana, el día de los allanamientos hubo seis pases, a 1.500 pesos cada uno en los distintos hoteles que participaban de la red a través de sus conserjes", graficaron los fiscales.
Los ocho conserjes que fueron detenidos el viernes trabajan, según trascendió de fuentes judiciales, en los hoteles Holliday Inn (Dorrego al 400), Holliday Inn Express (Salta al 1900), Presidente (Corrientes al 900), Libertador (Corrientes al 700), Ariston (Córdoba al 2600), Riviera (San Lorenzo 1400) y Plaza (Barón de Mauá 26).
"La investigación arrancó hace nueve meses, pero los vecinos de la zona dijeron que el privado y la red funcionaban desde hacía por lo menos diez años", mencionaron los funcionarios judiciales.
Desenlace. Al menos parcial, ocurrió el jueves a la noche. Una de las líneas intervenidas fue escuchada en tiempo real por los investigadores. En la llamada se pactó un servicio sexual y se encendieron las alarmas.
Se activaron 13 allanamientos simultáneos: al privado, a los hoteles involucrados y en los domicilios de algunos de los conserjes, hasta en Fray Luis Beltrán.
El fiscal constató en persona que la mujer solicitada estaba en la habitación del hotel Libertador. A ella y otras ocho mujeres se las liberó. A los clientes se los demoró y a diez personas se imputó por el delito de facilitamiento y explotación de la prostitución.