El dato surgió ayer, en medio de la polémica abierta por la propuesta elaborada por el sindicato médico para prevenir situaciones de conflicto que, entre otras medidas, incluye la posibilidad de suspender la atención en las guardias de los hospitales hasta tanto se garanticen las condiciones de seguridad del personal (ver aparte).
Para el funcionario, lejos de prevenir situaciones de violencia, "el cierre de una guardia médica sólo agregaría mayor complejidad al problema" ya que las guardias de los hospitales "son el único lugar que permanece abierto cuando existe una emergencia" y el resto de los centros de salud están cerrados.
Por lo tanto, suspender la atención de pacientes afectaría claramente el derecho al acceso a los servicios de salud de las personas y pondría en riesgo a quienes necesiten atención de urgencia.
"No puede haber una contradicción entre la seguridad de los equipos de salud y el acceso de la población a los servicios", advirtió el secretario de Salud y destacó que hace más de cinco años, en todos los hospitales y centros de salud del municipio se trabaja en la elaboración de acuerdos y protocolos "para garantizar tanto el acceso a los servicios de salud como la seguridad del trabajo de los profesionales.
Como consecuencia de esta tarea, afirmó, en los hospitales municipales se logró reducir la frecuencia y la virulencia de los episodios conflictivos.
Un caso testigo
Caruana puso como ejemplo el trabajo desarrollado en la guardia del Hospital Roque Sáenz Peña, donde se incorporaron una serie de mecanismos para prevenir situaciones de violencia que incluyeron reformas edilicias, la incorporación de dispositivos y personal de seguridad para la guardia médica y un sistema de valoración en forma rápida de los pacientes (triage) que permite ordenar y acortar las esperas.
En diciembre de 2012, en el hospital municipal de zona sur fue golpeada por los familiares de una nena de 7 años que falleció en la guardia. Entonces, la Asociación Médica de la República Argentina (Amra) exigió a la intendencia el cierre de los consultorios y presentó un amparo judicial para garantizar la seguridad de los equipos de salud.
Desde entonces, en el efector se pusieron en marcha una serie de medidas para prevenir estas situaciones. Según señaló el actual director del hospital, Matías Vidal, "actualmente los episodios de violencia son pocos, aislados y vinculados más con los familiares de heridos que llegan al hospital muy graves, donde tiene que intervenir la policía o los agentes de la empresa de seguridad privada".
De todas formas, apuntó, "son situaciones puntuales, vinculados a hechos de mucha violencia externa".
En los portones de la guardia del Roque hay personal de Control Urbano y dos ambulancias dispuestas para el veloz traslado de los casos más agudos. Adentro, policías y agentes de vigilancia, todos comunicados por handy. Hace tiempo se limitó el acceso a una persona por paciente o dos en el caso de menores de edad y también un dispositivo para horarios críticos de valoración de pacientes en función de la gravedad de su cuadro.
"Cuando llegan, un enfermero los evalúa y les explica cómo es el orden de atención. Eso nos permite descomprimir el tiempo de espera y, bajar bastante la ansiedad que se produce", señaló Vidal.
Una serie de mecanismos complejos, para una problemática compleja de abordar.
Para la provincia es "inconducente" cerrar guardias en los efectores
"La posibilidad de cerrar las guardias es una medida totalmente inconducente. Las guardias están para resolver situaciones de urgencias y emergencias. Que se cierre ese servicio, no nos parece una medida adecuada", sostuvo el ministro de Salud de la provincia, Miguel González, en respuesta a la medida reclamada por el sindicato médico de suspender la atención cada vez que en un efector se produzca una situación de conflicto.
En diálogo con La Ocho, González rechazó de plano el protocolo que anteayer presentaron las autoridades de la Asociación de Médicos de la República Argentina que, entre otras medidas, plantea la suspensión de la atención en los consultorios. Según explicó la secretaria gremial de Amra, Sandra Maiorana, la propuesta busca "consensuar las medidas de seguridad que los profesionales pueden tomar cuando todas las otras fallaron" y busca garantizar la seguridad de los médicos y de todo el personal de salud frente a un ataque.
El titular de la cartera sanitaria de la provincia consideró que se trata de una medida "inconducente", y destacó que desde el ministerio "se viene trabajando para mejora la seguridad". Entre otras medidas, el funcionario apuntó que se restringió el ingreso de personas a las salas de espera, se instalaron cámaras de seguridad y se desarrollaron "una serie de medidas que antes no se hacían porque este fenómeno en los hospitales públicos no estaba instalado con los trabajadores de salud" que se fueron acordando con los trabajadores.
Aun así, sostuvo, "el fenómeno de la inseguridad es diferente al de la violencia. Hubo situaciones donde a pesar de funcionar todos los protocolos de seguridad, en el contexto de un consultorio con un paciente y un profesional, hubo situaciones de violencia. Y eso es muy difícil de prever y los trabajadores mismos lo saben".