El triple ataque suicida en el aeropuerto de Estambul que dejó al menos 41 muertos lleva "el sello" del grupo Estado Islámico (EI), señaló John Brennan, director de la agencia de inteligencia estadounidense, CIA. Brennan agregó que el Estado Islámico podría atacar aeropuertos de Estados Unidos. Turquía también apuntó contra el grupo terrorista islámico radical, con fuertes bases en Siria e Irak, países vecinos a Turquía.
"Los horrendos ataques de ayer en el aeropuerto internacional de Estambul que mataron a decenas e hirieron a muchos más ciertamente llevan el sello distintivo de la depravación de EI", afirmó Brennan en Washington. "Si alguien cree que Estados Unidos está herméticamente sellado contra el Estado Islámico", se equivoca y por esto la CIA y las demás agencias de seguridad federal de EEUU están atentas contra esta amenaza, agregó. Poco antes, en el Congreso, Brennan señaló que la lucha contra el EI o Isis no ha todavía limitado el alcance global del grupo extremista y espera que organice más atentados contra Occidente e incite la violencia de los "lobos solitarios", terroristas espontáneos que se arman y atacan por su cuenta. Brennan alertó que el EI tiene gran número de combatientes occidentales, los que podrían atacar en Occidente. El presidente Barack Obama ya había insinuado que el atentado de Estambul podría haber sido obra de la organización islamista. Pero un dato importante sobre el ataque de Estambul aún falta: se desconoce la nacionalidad e identidad de los terroristas.
El primer ministro turco, Binali Yildirim, también había adelantado horas antes que "los indicios apuntan al Daesh" (acrónimo en árabe de Estado Islámico, llamado Isis o Isil en inglés). Lo hizo apenas horas después de los ataques, que dejaron además 239 personas heridas, durante una visita al aeropuerto durante la madrugada, apenas horas después del ataque suicida.
Sobre la falta de una reivindicación por el EI en su red de medios y propaganda, Brennan recordó que "en la mayoría de los casos, si no en todos", el EI no ha reivindicado los ataques que ha realiado en Turquía. "Realizan estos ataques" para "enviar una señal a nuestro socio turco", pero no quieren "eventualmente perder la simpatía de algunos individuos en Turquía de los que podrían tratar de conseguir apoyo", añadió Brennan. Esta explicación algo alambicada de Brennan lleva directo al nexo entre el gobierno islamista de Turquía y el Isis en la guerra en la vecina Siria. Durante varios años, entre 2011 y 2015, Turquía mantuvo una actitud de tolerancia hacia la actividad del EI en Siria. Esto tenía su lógica, además de las simpatías ideológico-religiosas: Turquía es enemiga declarada del régimen sirio de Bachar Assad, y el Isis es su principal adversario en el campo de batalla. Pero este status quo, que permitía incluso el paso de combatientes extranjeros del Isis desde Turquía a Siria, cambió bruscamente el año pasado cuando Isis atacó en territorio turco a la minoría kurda. Esta mantiene fuertes lazos políticos y también militares con sus hermanos de Siria, los que enfrentan al Isis con auxilio de EEUU y otras potencias occidentales. Las milicias kurdas sirias e iraquíes se han mostrado las más eficaces y organizadas en el combate contra el grupo islamista. Pero a su vez Turquía enfrenta a las milicias separatistas kurdas en su territorio, a las que bombardea sin piedad, incluso en Irak. De ahí que inicialmente algunos servicios de inteligencia hayan apuntado a un brazo rebelde del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), considerado "organización terrorista" por Turquía.
El atentado de Estambul es el ataque más mortífero en la metrópolis turca, que ya se vio sacudida por otros tres sólo en este año. Turquía decretó duelo nacional. De los 239 heridos, 130 seguían internados, según el nuevo balance difundido por el gobernador de Estambul. De los 41 muertos, 13 son extranjeros muertos. Aparece cinco saudíes, dos iraquíes, un tunecino, un uzbeko, un chino, un iraní, un ucraniano y un jordano.
Un testigo, Paul Roos, un sudafricano de 77 años, relató que vio a uno de los terroristas "disparando al azar" en el hall de partidas desde unos 50 metros de distancia. "Estaba vestido por completo de negro. No estaba enmascarado". Poco después se sintieron dos explosiones casi seguidas, cuando se volaron los otros dos extremistas. "El hombre se volvió y empezó a disparar hacia donde estábamos nosotros". Poco después el hombre también se voló y todo terminó. Ayer a la madrugada, el aeropuerto internacional Atartuk reabrió, a menos de seis horas de los ataques terroristas.