El triunvirato de la Confederación General del Trabajo (CGT) resucitó ayer la posibilidad de realizar medidas de fuerza o movilizaciones en reclamo de mejoras del poder adquisitivo y pidió que se incorpore la Iglesia a la discusión con el gobierno y los empresarios.
Carlos Acuña y Héctor Daer, dos de los secretarios generales de la central obrera reabrieron el expediente de la negociación con el gobierno por el bono de fin de año, al participar un acto por el Día de la Lealtad Peronista en la Quinta de San Vicente.
Desde la central cegetista, ratificaron que el bono de fin de año se deberá discutir por sector, y que la suma de 1.000 pesos propuesta deberá ser tomada como "un piso". También contestaron las críticas del secretario general de Central de Trabajadores de la Argentina de los Trabajadores (CTA-T), Hugo Yasky, por el acuerdo alcanzado la semana pasada con el gobierno.
"Hugo Yasky, me suena", disparó con ironía Acuña, y agregó: "En los últimos doce años nunca lo escuché, no lo conocía, y ahora lo conozco como dirigente gremial, está bueno que colabore".
Respecto a los contactos abiertos con el gobierno para tratar distintos temas de la agenda sindical, social y económica, Héctor Daer mencionó: "Queremos cubrir esta coyuntura y a partir de ahí establecer una discusión completa sobre el rumbo hacia dónde va el país y cómo vamos a hacer para generar puestos de trabajo reales con esta legislación laboral".
La semana pasada, el gobierno acordó con la CGT dar un bono de fin de año de mil pesos a jubilados que cobran la mínima y a beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH).
También pactaron eximir en una cifra de hasta 15 mil pesos el pago del impuesto a las ganancias por el medio aguinaldo.
En relación a los pedidos formulados por los gremios ante la Casa Rosada, el diputado del Frente Renovador manifestó que "no hay plazos" y consignó que el bono salarial para fin de año es "un paliativo" ante la situación de "emergencia".
Durante las negociaciones con el gobierno, también se acordó convocar a una mesa tripartita con los empresarios, que tendrá su primera reunión mañana. Allí se discutiría un bono salarial para trabajadores estatales y privados.
Acuña pidió que participe la Iglesia de esas conversaciones, y se quejó porque "en diez meses el esfuerzo ha sido de los trabajadores, y desde el sector empresario y económico, nadie ha puesto nada en la parrilla". Consultado sobre las disidencias dentro de la CGT, afirmó: "Tenemos un consejo directivo en el que se resuelve por mayoría".
Alerta. "Los cuerpos orgánicos de la CGT son los que deciden", expresó, al tiempo que reconoció que, frente a pedidos de paro o protesta como promueve el camionero Pablo Moyano, "no hay que descartar absolutamente nada", dijo.