"Todo proceso político es un proceso educativo y todo proceso educativo es político. Freire diría que no existe la neutralidad, que no se puede ser objetivo ni neutral en educación". La idea la compartió el educador Carlos Alberto Torres, un referente de la educación popular y actual director del Instituto Paulo Freire en Los Angeles (California, Estados Unidos). Fue uno de los disertantes centrales del XV Congreso Mundial de Educación Comparada que se celebró la última semana de junio en Buenos Aires. Su participación llegó en el panel: "Los 50 años después de Angicos. Paulo Freire, educación popular y la lucha por un mundo mejor".
Torres, sociólogo argentino que aprendió con Freire, comenzó su disertación haciendo un paralelo entre el pedagogo brasileño de mayor trascendencia en el mundo y Cortázar: "Decimos con mucha alegría que se celebran los 50 años de la experiencia de Angicos de Río Grande del Norte (Brasil), y los 50 años de la publicación de Rayuela. Cortázar y Freire son un reflejo de la época".
El educador argentino que dirige uno de los institutos más prestigiosos dedicados a estudiar los conceptos de la educación popular, expuso una pormenorizada cronología de hechos y datos que originaron y rodearon lo que se conoció como "La experiencia Angicos". Mencionó entre otros acontecimientos relevantes el movimiento pedagógico originado en Recife, al norte de Brasil y surgido entre 1961 y 1962, que tenía en su horizonte "recuperar la educación pública para los que no tenían voz". Movimiento que tiene un estrecho vínculo con los movimientos religiosos identificados con la teología de la liberación.
Pero para que se entienda mejor la dimensión de la obra de Freire, Torres recordó una visita que realizó a Angicos a principio de los 90: "Angicos está ubicado a 190 km de la costa. Es un lugar pobre, sin agua y con altas temperaturas, donde un millón de moscas nos rodean todo el tiempo. Eso es lo que se vivía 30 años después de la experiencia de Freire, imaginen cómo era 30 años antes".
Clase inaugural. En ese poblado del norte brasileño, es donde Freire abrió su clase inaugural de alfabetización aplicando un método novedoso que luego se difundiría provechosamente por el mundo. "En 1963 comienza la clase inaugural en Angicos con 386 estudiantes, no sólo para aprender a leer y a escribir, sino también a politizarse", recordó Torres a los casi mil participantes del Congreso Mundial organizado por la Sociedad Argentina de Estudios Comparados en Educación (Saece), la Universidad de Buenos Aires y la Universidad de Tres de Febrero.
Un dato polémico que Torres no omitió en su relato fue recordar que la puesta en marcha de la campaña alfabetizadora tuvo financiamiento de Estados Unidos, en el marco de las acciones de la llamada "Alianza para el progreso". "El proyecto (de alfabetizar) fue financiado por USA, por Kennedy, para contrarrestar la influencia de la revolución cubana en América latina. Pero Freire pidió total autonomía de la decisión pedagógica curricular y en la selección de los profesores y estudiantes", advirtió Torres y contó algo más: "Cuando en alguna oportunidad se le cuestionó a Freire haber recibido plata de la Alianza para el Progreso, respondió: «Esa plata es nuestra»".
Debates. Torres repasó también algunos rasgos del modelo educador y alfabetizador de Freire, donde propulsaba la construcción de "una esfera pública de debates no controlada ni por el Estado ni por el mercado". Freire proponía "una acción popular liberadora". "Su pensamiento filosófico —continuó— es la base de la pedagogía del oprimido, que se aplicó en el modelo masivo de alfabetización de Brasil".
Para profundizar en el pensamiento liberador del gran pedagogo, Torres subrayó que "en toda relación humana hay un momento de dominación, una fuerza perversa, para la que Freire encontró una sola respuesta: el amor".
"El amor es el punto central y neurálgico de una interacción política pedagógica entre todos los ciudadanos de un país". En la opinión de Torres esa idea se sintetiza en una frase de Freire: "Entender al otro pero desde el otro mismo".
Torres remarcó todo el tiempo el compromiso que Freire tuvo con lo que pasaba en la realidad, en una educación nada neutral al contexto político. Al final lo hizo con otro recuerdo: "Unos días antes de morir le pregunté sobre qué escribir y él me dijo: «Tenemos que criticar el neoliberalismo, es el nuevo mal de nuestra época»".
En Jamaica. "Niños británicos jugando con la nieve eran parte de los libros de lectura usados en Jamaica". Los dichos de la educadora jamaiquina, radicada en Australia, Anne Hickling-Hudson (Universidad de Tecnología de Queensland), llegaron acompañados de las imágenes de esos libros. Textos que más tarde fueron cambiados por otros con escenas caribeñas. Hickling-Hudson también integró ese panel que celebró los 50 años de Angicos.
Esos libros son apenas una muestra de cómo los pueblos pueden ser colonizados y alejados de su identidad y su cultura. Esto le pasó a Jamaica en tiempos de la colonización británica.
Anne Hickling-Hudson rescató el aporte de Paulo Freire a la revolución de Granada (1978/9183), capacitando a 50 docentes que no tenían nada de formación: "Fue una formación basada en el diálogo, con un método dialógico que nos parecía impensable después de 500 años de dominación británica".
"Yo estuve en la experiencia de taller que dictó Freire a los docentes en el marco de la revolución de Granada, en el que aplicó un método de diálogo que nos llevó a «leer la realidad» del Caribe", agregó la especialista. Durante esa formación, repasó la educadora, "los docentes hicimos un libro empoderador, que desencadenó las voces y las palabras de las personas y fue clave para futuros debates acerca de las problemáticas de esa realidad".
Ayuda cubana. También mencionó otra experiencia nacida del modelo tomado de Freire, y que fue la "Pedagogía del arte teatral" en Jamaica. La protagonizó un grupo de jóvenes marginales y trascendió a través de la música y la poesía.
La investigadora, que ahora trabaja en una Universidad australiana, repasó también que los cambios logrados para alfabetizar (en el sentido de Freire) a la población contó con la ayuda decidida de la revolución cubana. Citó como ejemplo, que los textos de lecturas que desecharon la influencia británica y se hicieron teniendo en cuenta la realidad caribeña, se imprimieron en Cuba. Un hecho que agradeció: "Sin la ayuda cubana hubiera sido imposible".