También es posible arribar por vía aérea, al aeropuerto Internacional Owen Roberts, en Grand Cayman, pero no tiene el sabor de la aventura que es el trayecto por mar.
Al agua pato.
Y el Pato Cantarero, que formaba parte del grupo, hizo caso y se zambulló en las cristalinas y turquesas aguas. Su cara denotaba felicidad, pero de su boca salió una frase que nos dejó helados: "Esto parece sopa". Además de las características apuntadas, el Caribe tiene esa particularidad: sus aguas cálidas.
Esto ocurrió en Seven Mile Beach, una de las playas más lindas que he visitado hasta ahora. Está en la costa oeste de Grand Cayman, próxima a George Town, la ciudad más importante de la isla. En sus alrededores hay bares, chiringuitos y restaurantes para tomar o comer algo, sin desperdiciar el tiempo para disfrutar de la playa.
Otros sitios para no dejar de conocer y aprovechar las cualidades mencionadas de arena y mar, son Royal Palms Beach Club y Colliers Beach, también en Grand Cayman. Pero, como a mí me gusta soñar y tengo gran imaginación, pensé en buscar un lugar para hacer de él mi "isla privada". Lo encontré en Little Cayman, la más chica de las islas y se llama Point of Sand. Ya dejé puesto el cartel: "No entre, propiedad privada".
Gastronomía.
En materia de gastronomía, para quienes no podemos disfrutar a menudo de mariscos y pescados frescos, recién sacados de esas cálidas aguas, es un auténtico paraíso. La oferta gastronómica se caracterizada justamente por eso, cocina internacional en base a pescados y mariscos. Por ese motivo, las islas Caimán son consideradas la "capital culinaria del Caribe". Vale mencionar que las tres islas cuentan con más de 200 restaurantes.
Es común ver, en Grand Cayman, que luego de la puesta del sol los turistas europeos y "gringos" (los que cenan más temprano) comienzan a caminar desde el área playera de Seven Mile Beach, hacia los distintos distritos gastronómicos, repartidos a lo largo de toda la isla.
Una de las paradas obligadas es Camana Bay, sector comercial a pocos pasos de la playa, rodeado de palmeras, ideal para hacer una "vuelta del perro" a la noche. Los miércoles se hace el Flavour Tour, por el cual un anfitrión te lleva a probar una selección de cinco platos locales y los mejores cócteles apropiados para su maridaje, por diferentes restaurantes del complejo.
Alojamiento.
Algo que se destaca en las islas es su nivel de calidad y servicio en materia de propuestas hoteleras, con precios acordes a ello, claro. O sea, no es barato.
La mayor parte de la hotelería se concentra en Grand Cayman, donde se emplazan exclusivas propiedades, como el Caribbean Club, un complejo boutique de lujo con 37 suites de entre una y tres habitaciones y vistas espectaculares de la Seven Mile Beach.
Obviamente, hay otras propuestas menos exclusivas, como Plantana y The Westin, que también tienen una ubicación privilegiada además de instalaciones y servicios de primer nivel.
Si la estadía lo permite, a pocos minutos de Grand Cayman, en su hermana Cayman Brac, hay también una interesante propuesta de hotelería y la isla ofrece la posibilidad de actividades de turismo de aventura, con increíbles caminos para recorrer y conocer la flora y fauna local.
Y en la más chica de las islas, Little Cayman, con playas tranquilas e íntimas y la constante del pequeño archipiélago, agua turquesa y arena blanca y fina, también ofrece opciones de de alojamiento, para distintos presupuestos: desde el Little Cayman Beach Resort hasta el Southern Cross Club. Pero, recuerden que allí hay una parte donde no se puede ingresar: mi isla privada, Point of Sand.
de las islas alternando caminatas, excursiones y transporte local.
También es posible arribar por vía aérea, al aeropuerto Internacional Owen Roberts, en Grand Cayman, pero no tiene el sabor de la aventura que es el trayecto por mar.
Al agua pato.
Y el Pato Cantarero, que formaba parte del grupo, hizo caso y se zambulló en las cristalinas y turquesas aguas. Su cara denotaba felicidad, pero de su boca salió una frase que nos dejó helados: "Esto parece sopa". Además de las características apuntadas, el Caribe tiene esa particularidad: sus aguas cálidas.
Esto ocurrió en Seven Mile Beach, una de las playas más lindas que he visitado hasta ahora. Está en la costa oeste de Grand Cayman, próxima a George Town, la ciudad más importante de la isla. En sus alrededores hay bares, chiringuitos y restaurantes para tomar o comer algo, sin desperdiciar el tiempo para disfrutar de la playa.
Otros sitios para no dejar de conocer y aprovechar las cualidades mencionadas de arena y mar, son Royal Palms Beach Club y Colliers Beach, también en Grand Cayman. Pero, como a mí me gusta soñar y tengo gran imaginación, pensé en buscar un lugar para hacer de él mi "isla privada". Lo encontré en Little Cayman, la más chica de las islas y se llama Point of Sand. Ya dejé puesto el cartel: "No entre, propiedad privada".
Gastronomía.
En materia de gastronomía, para quienes no podemos disfrutar a menudo de mariscos y pescados frescos, recién sacados de esas cálidas aguas, es un auténtico paraíso. La oferta gastronómica se caracterizada justamente por eso, cocina internacional en base a pescados y mariscos. Por ese motivo, las islas Caimán son consideradas la "capital culinaria del Caribe". Vale mencionar que las tres islas cuentan con más de 200 restaurantes.
Es común ver, en Grand Cayman, que luego de la puesta del sol los turistas europeos y "gringos" (los que cenan más temprano) comienzan a caminar desde el área playera de Seven Mile Beach, hacia los distintos distritos gastronómicos, repartidos a lo largo de toda la isla.
Una de las paradas obligadas es Camana Bay, sector comercial a pocos pasos de la playa, rodeado de palmeras, ideal para hacer una "vuelta del perro" a la noche. Los miércoles se hace el Flavour Tour, por el cual un anfitrión te lleva a probar una selección de cinco platos locales y los mejores cócteles apropiados para su maridaje, por diferentes restaurantes del complejo.
Alojamiento.
Algo que se destaca en las islas es su nivel de calidad y servicio en materia de propuestas hoteleras, con precios acordes a ello, claro. O sea, no es barato.
La mayor parte de la hotelería se concentra en Grand Cayman, donde se emplazan exclusivas propiedades, como el Caribbean Club, un complejo boutique de lujo con 37 suites de entre una y tres habitaciones y vistas espectaculares de la Seven Mile Beach.
Obviamente, hay otras propuestas menos exclusivas, como Plantana y The Westin, que también tienen una ubicación privilegiada además de instalaciones y servicios de primer nivel.
Si la estadía lo permite, a pocos minutos de Grand Cayman, en su hermana Cayman Brac, hay también una interesante propuesta de hotelería y la isla ofrece la posibilidad de actividades de turismo de aventura, con increíbles caminos para recorrer y conocer la flora y fauna local.
Y en la más chica de las islas, Little Cayman, con playas tranquilas e íntimas y la constante del pequeño archipiélago, agua turquesa y arena blanca y fina, también ofrece opciones de de alojamiento, para distintos presupuestos: desde el Little Cayman Beach Resort hasta el Southern Cross Club. Pero, recuerden que allí hay una parte donde no se puede ingresar: mi isla privada, Point of Sand.
tos gastronómicos, repartidos a lo largo de toda la isla.
Una de las paradas obligadas es Camana Bay, sector comercial a pocos pasos de la playa, rodeado de palmeras, ideal para hacer una "vuelta del perro" a la noche. Los miércoles se hace el Flavour Tour, por el cual un anfitrión te lleva a probar una selección de cinco platos locales y los mejores cócteles apropiados para su maridaje, por diferentes restaurantes del complejo.
Alojamiento.
Algo que se destaca en las islas es su nivel de calidad y servicio en materia de propuestas hoteleras, con precios acordes a ello, claro. O sea, no es barato.
La mayor parte de la hotelería se concentra en Grand Cayman, donde se emplazan exclusivas propiedades, como el Caribbean Club, un complejo boutique de lujo con 37 suites de entre una y tres habitaciones y vistas espectaculares de la Seven Mile Beach.
Obviamente, hay otras propuestas menos exclusivas, como Plantana y The Westin, que también tienen una ubicación privilegiada además de instalaciones y servicios de primer nivel.
Si la estadía lo permite, a pocos minutos de Grand Cayman, en su hermana Cayman Brac, hay también una interesante propuesta de hotelería y la isla ofrece la posibilidad de actividades de turismo de aventura, con increíbles caminos para recorrer y conocer la flora y fauna local.
Y en la más chica de las islas, Little Cayman, con playas tranquilas e íntimas y la constante del pequeño archipiélago, agua turquesa y arena blanca y fina, también ofrece opciones de alojamiento, para distintos presupuestos: desde el Little Cayman Beach Resort hasta el Southern Cross Club. Pero, recuerden que allí hay una parte donde no se puede ingresar: mi isla privada, Point of Sand.
Juan Erramouspe
Especial para La Capital