Es inútil que la población haga manifestaciones, o que se aumente el número de policías o traigan gendarmes. El fondo de la cuestión es otro: los delitos y la inseguridad seguirán aumentando mientras persista el garantismo. Esta nefasta ideología introducida en nuestro país por el kirchnerismo, a través del ex ministro de la Corte Eugenio Zaffaroni, el mismo que tenía varios prostíbulos, y en la provincia de Santa Fe por los gobernadores Binner, Bonfatti y sus legisladores, privilegia los "derechos" de los criminales por sobre los de la población. Mientras no se modifiquen las leyes garantistas, se mantenga en sus cargos a jueces garantistas, como las tristemente célebres Luratti y Prunotto, y se siga imponiendo en las facultades esa ideología, todo va a empeorar. Por más que los policías y los gendarmes arriesguen inútilmente sus vidas cada día, los criminales son liberados y en poco tiempo vuelven a la calle, cada vez más numerosos y agresivos por la impunidad que les otorga el garantismo.