Siete años después del crimen de Roberto "Pimpi" Caminos, por el que ya fueron condenados sus ejecutores, el caso tendrá desde hoy su segundo juicio oral y público. Esta vez, con un solo acusado: Diego "Panadero" Ochoa, quien fue su sucesor al mando de la hinchada rojinegra y que llega como instigador del ataque a tiros ocurrido el 19 de marzo de 2010 frente a un bar de zona oeste.
"Me tienen detenido hace tres años y medio sin ver que soy inocente", se defendió en una entrevista con este diario Ochoa, quien pretende declarar en algún momento del juicio. A lo largo de una semana, en jornadas de doble turno, desfilarán los testigos y se discutirán las pruebas ante los jueces Edgardo Fertitta (presidente del tribunal), Julio Kesuani y Marisol Usandizaga.
Se trata de una causa del viejo sistema penal que preveía juicio escrito. Pero llega al debate oral y público por pedido del acusado y su defensor, Ignacio Carbone. El fiscal Luis Schiappa Pietra acusará a Ochoa como instigador de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, un delito con una pena mínima de 10 años y 8 meses, aunque recién hoy se conocerá la expectativa de condena de la Fiscalía. La defensa sostiene la inocencia y pedirá la absolución.
El ex jefe de la barra Newell's está preso desde el 20 de agosto de 2013. El juez de Instrucción Javier Beltramone lo acusó de instigar el crimen de Pimpi; de ordenar dos atentados contra quien fuera integrante de la barra, Maximiliano "Quemadito" Rodríguez, asesinado en febrero de 2013; y de planificar el ataque a tiros al que sobrevivió el barra Matías Pera. La Cámara Penal luego confirmó el procesamiento por el crimen de Pimpi pero revocó los otros dos.
Por el ataque a Quemadito, el año pasado fueron condenados cuatro hombres a los que se atribuyen distintos roles en la ejecución. El Panadero, sindicado como instigador, fue sobreseído, pero la medida fue revocada el año pasado por la camarista Carina Lurati y la causa continúa a la espera de definiciones.
Juicio particular
"Es un juicio sobre un hecho por el que ya hubo un juicio. Sobre un crimen ligado a la criminalidad organizada. Que tiene que ver con las barras de fútbol en la Argentina. Y donde se imputa a un instigador, no a la persona que gatilló. Todo eso tiene una serie de connotaciones que hacen a este juicio muy particular", dijo el fiscal Schiappa Pietra.
"La prueba de la Fiscalía apuntará a demostrar cómo esta persona, por el lugar que detentaba, por los negocios lícitos e ilícitos que manejaba y por la red de gente que trabajaba para él, estaba en condiciones de ordenar que otros mataran a Pimpi. Era la persona a la que más le convenía que eso sucediera. Era el líder de una barra que tenía que consolidarse y donde un grupo de personas le disputaba ese rol", remarcó el encargado de la acusación.
Un rasgo atípico es que Ochoa declaró como testigo en el juicio anterior, cinco años atrás, por el cual terminaron condenados por la ejecución René Daniel Ungaro, Carlos Alberto "Betito" Godoy y Emanuel Suárez. Entonces expuso sobre contactos vía handy que tuvo con Godoy tras la muerte de Pimpi. Para el fiscal, esa situación "tiene que ver con cómo se llevó adelante la investigación. El juez Beltramone le tomó a Ochoa una declaración informativa y terminó archivando la causa. Cuando muere Quemadito la investigación se reactiva porque aparece un hilo conductor entre las dos muertes", opinó.
Entre los testigos citados está el padre de Quemadito, Sergio "Quemado" Rodríguez, condenado en 2014 a 32 años de prisión por el triple crimen de Villa Moreno; y familiares directos de Pimpi. "Hay un hilo conductor que demuestra cómo operaban esas bandas. Todas las personas que le disputaron el lugar a Ochoa terminaron muertas. Los autores materiales fueron condenados. No así el instigador. Vamos a mostrar evidencia que vincula al Panadero con los autores", cerró el fiscal.
En contraste, Ochoa sostiene que la acusación se funda en personas enemistadas con él y que es inocente. A eso su abogado le suma cuestionamientos jurídicos: "Es una incongruencia aberrante que se cite al Quemado: no le creyeron nada en su descargo por el triple crimen y ahora resulta que es el testigo estrella", dijo Carbone, para quien ésta es "una reedición del juicio anterior, con los mismos testigos y sólo algunos condimentos más".
"Todas las irregularidades se juntaron en este juicio (añadió). Se afectan el derecho de defensa, el debido proceso, el non bis in ídem. Un testigo de Fiscalía, después de siete años, se transforma en acusado. Eso habla por sí solo de a qué juicio nos enfrentamos, donde las pruebas brillan por su ausencia". Si los tiempos se ajustan a lo pautado, la semana que viene se conocerá el fallo.