La locura no tiene edad ni condición. Es que los hechos de violencia que se vivieron ayer en Mallorca en un partido de infantiles fue vergonzoso, penoso, lamentable. Aunque para peor no muy lejano a lo que se vive, en ocasiones, en la Argentina, tanto en infantiles como en mayores.
El hecho sucedió en Mallorca, cuando lo que era un partido de niños terminó en una batalla campal entre los padres de los chicos y con el cotejo suspendido.
Los padres, quienes justamente deberían ser el ejemplo a seguir por los más pequeños, perdieron los estribos y todo terminó en un escándalo mayúsculo.
Fue en el campo de deportes de la Unión Deportiva Alaró, donde los infantiles -12 y 13 años- recibían al Collerense.En ese momento el árbitro perdió el control del partido. Los padres de ambos equipos empezaron a empujones, insultarse y arrojarse golpes. La batalla se trasladó del césped a la tribuna y empezaron a sumarse más adultos.
Uno de los chicos le recriminó a otro una dura entrada en una jugada aislada. Ahí empezó una discusión con empujones entre los chicos. Pero el ambiente se caldeó aún más cuando varios padres saltaron al terreno de juego. En lugar de imponer cordura y separar a los chicos, algunos de los adultos fueron a recriminarle la jugada al chico. En ese mismo video se escuchar como las madres gritaban que era una "vergüenza" el espectáculo que estaban ofreciendo los padres. "Es sólo fútbol", gritó una. "Hay niños delante", tiró la otra. Pero ni así se detuvieron los hombres que habían dejado que la situación los superase.
La violencia continuó durante unos largos minutos hasta que agentes de la policía entraron en el campo de fútbol a poner orden. Según informaron en el Diario de Mallorca, la batalla campal se saldó con varios heridos de diversa gravedad que fueron atendidos en los centros médicos del municipio. Después de eso algunos de los agredidos cursaron las correspondientes denuncias ante la Guardia Civil.
El Comité de Competición de la Federación de Fútbol de les Illes Balears ya está al tanto del incidente y se reunirá de urgencia para tomar una decisión. Todos los estamentos del fútbol de las islas han condenado los hechos y el repudio ha sido generalizado.
Los dos clubes, a través de las redes sociales, también han criticado con dureza el episodio. El primero en hablar fue el Collerense, que jugaba de visitante. Dicen sentir "vergüenza e impotencia" y aseguran que analizarán lo sucedido para tomar las medidas que correspondan.
Por su parte, la UD Alaró se ha sumado a la condena con un extenso comunicado en su perfil de Facebook. Dicen estar desolados por la batalla campal y que "sin buscar buenos y malos entre unos y otros" tomarán medidas por los hechos "extraordinariamente graves". "Sólo nos queda pedir perdón como club por el mal ejemplo que se dio en nuestro campo", sentencian.