Un juez federal ordenó ayer el desalojo de controladores de vuelo de la torre de control del Aeroparque Metropolitano Jorge Newbery de Buenos Aires por "riesgo altísimo" para la seguridad aeronáutica, y les notificó el inicio de una causa judicial en su contra.
La medida desató la airada queja del gremio estatal ATE que había promovido la protesta laboral enganchada a un paro de actividades por 48 horas iniciado el viernes a las 6, que había provocado unas 40 cancelaciones ese día hasta dejar ayer sin operaciones a la terminal desde las 6.
La medida iba a terminar hoy a las 6 pero por la resolución del juez el tráfico aéreo comenzó lentamente a normalizarse ayer pasado el mediodía.
El juez Julián Ercolini explicó que "había vuelos esperando para llegar" y que la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) "por el riesgo que suponía en llegada y salida de vuelos, estaba preparada para entrar con llave maestra" a la torre de control. Por lo cual le notificó la orden de desalojo.
Pasadas las 9.30, personal de la PSA despejó la escalera de acceso a la torre que se encontraba ocupada por al menos de 10 trabajadores. Según relataron fuentes oficiales, el desalojo incluyó forcejeos entre los trabajadores y los efectivos de las fuerzas de seguridad.
"La idea fue desalojar para que puedan trabajar los que deseen hacerlo", señalaron funcionarios de la estación aérea en referencia a los empleados de Atepsa y Apta, dos sindicatos que no se sumaron a la medida de fuerza.
Mientras tanto, los trabajadores desalojados —a quienes se les fueron sumando en solidaridad otros trabajadores del gremio, entre ellos su secretario general, Hugo Godoy— se preparaban para manifestar frente a la Terminal C al mismo tiempo que fuerzas de seguridad reforzaban el operativo.
ATE calificó como "represivo" el accionar de la PSA durante el desalojo.
Mediante un comunicado, el gremio señaló que los controladores "desde las 6 decidieron hacer uso de su derecho constitucional a huelga, algo totalmente legal. La jefatura de torre, de la mano de Sergio Claudio Figun, se ha apersonado al puesto de control para amenazar a los controladores y amedrentar y, con el uso de la fuerza, sacarlos de sus puestos de trabajo trayendo otros controladores", agregó ATE.
En ese sentido, señaló que ese accionar, "fuera de la ley, será denunciado civil y penalmente por obstaculizar el derecho a huelga ejerciendo práctica desleal sobre nuestro derecho constitucional".
La protesta era realizada en reclamo —entre otros puntos— de mejoras salariales. En Aeroparque, epicentro de todos los inconvenientes, el último vuelo de cabotaje, que fue de LAN Argentina hacia Neuquén, había despegado a las 6.12 de la mañana, momento desde el cual las operaciones comerciales quedaron interrumpidas.
Hasta las 9 de la mañana, Aerolíneas y Austral habían cancelado vuelos a Córdoba, Santiago del Estero, Mendoza, Catamarca, Salta, Tucumán y El Calafate. También, en el área internacional, a Río de Janeiro y Belo Horizonte.
LAN Argentina, por su parte, había cancelado todas sus partidas programadas hasta las 13. La medida alcanzaba a los vuelos previstos hacia Mendoza, Córdoba, Ushuaia, Tucumán, Iguazú, Bariloche y Salta. El Aeropuerto Internacional de Ezeiza, en cambio y por su parte, operó siempre con normalidad.
El viernes, con las 40 cancelaciones producidas, si bien durante la jornada no hubo aplausos ni hechos violentos, sí existió el mal humor y la bronca de parte de los clientes. Todo mezclado con incertidumbre de no tener una respuesta clara sobre la reprogramación de los vuelos.
Ayer, en declaraciones radiales, el juez Ercolini dijo que "no hubo que detenerlos (a los controladores) para sacarlos de la torre", y aclaró que su medida "no" fue "para desarticular el paro".
"No se puede impedir judicialmente un paro, al menos con un juzgado penal federal. Solo nos ocupamos de hechos delictivos", aclaró.
El magistrado dijo que se trató de cinco controladores que se habían encerrado bajo llave en la torre y advirtió que "obviamente, a partir de esto se les notificó del inicio de una causa" judicial.
"No hubo que detenerlos para sacarlos de la torre", aclaró y sostuvo que la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) "de acuerdo a las medidas de prevención que había tomado, por el riesgo que suponía en llegada y salida de vuelos, estaba preparada para entrar con llave maestra".
Ercolini expresó que los controladores "salieron por sus propios medios, dijeron que iban a firmar un acta" y"ya se restauraba el servicio".