Durante el embarazo, el cerebro de la mujer cambia su morfología, y estos cambios tienen sus explicaciones. Es que están asociados a la adaptación de la madre para atender de manera más eficiente las necesidades del bebé.
Para hacer el estudio, los investigadores compararon imágenes de resonancia magnética de 25 mujeres embarazadas antes y después del parto, las parejas hombres de 19 de ellas, y un grupo control formado por 20 mujeres que no estaban embarazadas y las parejas hombres de 17 de ellas. El seguimiento duró cinco años y cuatro meses
Los investigadores no han encontrado que el embarazo provoque ningún cambio ni en la memoria ni en otras funciones intelectuales en las mujeres estudiadas y, por tanto, creen que la pérdida de sustancia gris no implica ningún déficit cognitivo, sino todo lo contrario.