Un policía debió efectuar un disparo dentro de la sede del Juzgado del Niño y el Adolescente de la ciudad de Neuquén para disuadir a un grupo de unas 20 personas que intentaban tomar justicia por mano propia contra un chico de 16 años acusado de un homicidio.
El episodio se registró este lunes a las 9.30 en la sede judicial de calle Félix San Martín al 300 cuando la jueza Carolina García se disponía a dar inicio a una audiencia por el crimen de Martín González, ocurrido el 31 de marzo, por el que se encuentra acusado un adolescente que estaba en el recinto con su madre.
El hermano de González ingresó a la sala y comenzó a insultar al adolescente e incentivó al resto de los familiares para que entraran. Así, mientras unas veinte personas irrumpían en la sala, González sacó un destornillador e intentó matar al acusado.
"González le gritaba a mi hijo, te voy a matar, asesino. Si el defensor no se tira encima de mi hijo, el tipo me lo mata. Eran como veinte tipos haciendo destrozos. Tres estaban con facas y cuchillos", contó Susana, la madre del joven sindicado como autor del crimen de Martín González.
Antes de que todo pasara a mayores, el único policía que resguardaba la seguridad del edificio sacó el arma reglamentaria y ejecutó un tiro disuasivo al techo. Los agresores abandonaron la sala y médicos de emergencias asistieron al adolescente agredido, quien sufrió heridas leves.
Los hechos que causaron la agresión en Tribunales se habían desencadenado meses atrás cuando Lucas Santana, hijo del cabecilla de una banda narco, le pidió a Martín González que lo acompañara hasta la casa del "Pollito" Rojas, en Gran Neuquén Norte. Rojas vendía drogas, dato que confirmó su madre, y había invadido el territorio de los Santana.
La noche del 31 de marzo, Santana y González irrumpieron en la casa de los Rojas y encontraron a la familia sentada en un patio, pero no estaba "Pollito". Hubo una discusión, Santana intentó dispararle en la cabeza a Franco "Garrafa" Rojas y el tiro no salió. El adolescente ahora acusado sacó un arma y abrió fuego. González salió corriendo, pero una bala lo alcanzó en la zona izquierda del tórax; murió en la calle, desangrado. A Santana le dieron cinco tiros, estuvo hospitalizado al borde de la muerte pero pudo recuperarse.