Una joven con el 70 por ciento de su cuerpo quemado recibió con éxito en España el primer trasplante en el mundo de piel humana fabricada con sus propias células, una patente pionera que combina ingeniería tisular (relativa a los tejidos del organismo) y nanoestructuras (tamaño intermedio entre las estructuras moleculares y microscópicas) para dar más elasticidad y permitir tratar la piel.
Esta mujer, de 29 años, que el pasado mes de abril sufrió quemaduras por todo el cuerpo, se convirtió en la primera receptora de este innovador trasplante, que evita rechazos, reduce las posibilidades de infecciones y aumenta la recuperación del paciente.
Se trata, además, del primer trasplante internacional que utiliza un modelo de piel fabricada a partir de las células del paciente y agarosa, una sustancia química obtenida de un alga marina que mejora la elasticidad de la piel artificial, aumenta su grosor para poder manipularla y cumple los estándares europeos de fabricación de medicamentos.
Profesionales de los hospitales de Granada y Sevilla, sur de España, y la Universidad granadina posibilitaron esta operación, que mejora otros tipos de piel artificial que no se adaptaban a la normativa europea y con la que, además, mejoran los resultados clínicos de la paciente, con un "pronóstico infausto" sin esta técnica.
Los responsables del equipo de ochenta investigadores y sanitarios que posibilitaron el trasplante subrayaron que una de las características de esta nueva piel humana autóloga (del propio paciente) consiste en sus propiedades de deformación, que permiten tanto el manejo quirúrgico como adaptarse a las necesidades del paciente.
Es, además, el primer trasplante del mundo de estas características en grandes quemados, ya que existen otras técnicas que se usan en Estados Unidos con piel artificial, pero que se adecúan a pequeñas áreas quemadas y no se fabrican con las células del paciente, por lo que genera rechazos y amplía las posibilidades de infección.
En el trasplante, el equipo utilizó dos láminas de piel de la joven de cuatro centímetros cuadrados cada una para fabricar 5.900 centímetros que, en dos intervenciones, implantaron en su cuerpo.
El doctor Miguel Alaminos destacó que este trasplante representa un hito tras una década de trabajo de ingeniería tisular para crear este biomaterial con una estructura similar a la piel, gracias al que la paciente podrá recibir el alta médica dentro de aproximadamente un mes al presentar una evolución favorable.
La nueva patente permite generar piel con mayor resistencia al manipulado y a los cambios posturales, con más elasticidad y que evita infecciones y pérdida de líquidos.
Hasta el momento, los grandes quemados recibían injertos de piel de donaciones de fallecidos, trasplantes temporales con mayores riesgos tanto de rechazo como de infecciones, por lo que esta nueva técnica facilita la recuperación y reduce las tasas de mortandad.
Actualmente, se fabrica piel para un segundo paciente con más del 70 por ciento de su superficie corporal quemada, que será intervenido en las próximas semanas.
Los consejeros de Salud y de Economía de la Junta de Andalucía, Aquilino Alonso y Antonio Ramírez de Arellano, respectivamente, elogiaron la labor de Andalucía como pionera en investigación.
"La prioridad es seguir trasladando los avances conseguidos en los laboratorios a la práctica clínica. Garantizamos así una mejor universalidad y equidad de la sanidad pública", destacó Alonso.
El consejero de Salud agradeció también la cooperación entre los laboratorios de investigación biomédica de Granada y Sevilla: "Hoy evidenciamos que el camino para seguir avanzando en Salud es la colaboración entre grupos multidisciplinares, tanto del ámbito académico como del sanitario".
El consejero de Economía y Conocimiento también ha recalcado la importancia que sigue adquiriendo en Andalucía la inversión en sanidad e investigación.
"La investigación debe estar al servicio del progreso social.
Los servicios públicos de calidad nos enriquecen a todos", ha añadido Rodríguez de Arellano. Ambos dirigentes han agradecido también la labor llevada a cabo por los 80 investigadores y profesionales durante 10 años de trabajo colaborativo.
Parte del reconocimiento recaló en el trabajo llevado a cabo por Miguel Alaminos, catedrático de la Universidad de Granada.