Philip Morris Brand SRL, Philip Morris Products SA y Abal Hermanos SA plantearon la demanda internacional contra Uruguay en protesta por las medidas dispuestas por el primer gobierno de Tabaré Vázquez (2005-2010), como ser los pictogramas con advertencias en favor de la salud en un 80 por ciento de la superficie de las cajas de cigarrillos y la eliminación de términos como "light" o "suave". Para las empresas, estas disposiciones implicaban una "expropiación" de la inversión hecha para la venta de sus productos.
Ahora Tabaré Vázquez va por más. Pretende imponer que las cajas de cigarrillos pasen a tener todas el mismo color y tipografía sin importar la marca. En marzo de este año comenzó a realizar un estudio para determinar de qué color serán, mientras aguardaba la resolución del Ciadi para poner una fecha a la implementación. Ahora el camino está allanado para aplicar ese tipo de empaquetado en el menor tiempo posible.
La guerra que la tabacalera le declaró a Uruguay era seguida de cerca por los 180 países que se comprometieron ante la Organización Mundial de la Salud (OMS) a combatir el tabaquismo. El fallo conocido demuestra que de aquí en más los Estados tendrán garantías para aplicar las políticas antitabaco que deseen.
La demanda, iniciada en 2010, marcó la primera vez que una empresa como Phillip Morris demandara a un Estado. En junio de 2011, la tabacalera le había comunicado a Australia que también lo enjuiciaría, pero no prosperó porque el tribunal arbitral consideró que no había razones para un juicio. Ante ese panorama, los ojos volvieron a estar sobre el caso uruguayo.
Según las cifras que maneja la cartera de Salud Pública, la prevalencia del consumo de cigarrillo en Uruguay llega al 22,2 por ciento. En el año 2005 era del 35 por ciento. El porcentaje de jóvenes fumadores mayores de 15 años, en tanto, se redujo desde el 22,8 por ciento en 2006 hasta el 8,4 por ciento en 2014.
El 16 por ciento del tabaco que se consume en Uruguay proviene del contrabando, afirmó semanas atrás el director del Programa del Control del Tabaco, Enrique Soto.
Lo que más preocupa a las autoridades, contó Soto, tiene que ver con aquellos grupos donde el porcentaje de fumadores es más que el promedio. Más allá de que las clases bajas son las que más fuman, lo que llama la atención es la cantidad de consumidores de tabaco en el rubro de la construcción, donde el porcentaje llega al 44,1 por ciento.
El ministro de Salud Jorge Basso dijo la reducción del número de fumadores incidirá en el nivel de enfermedades como el cáncer de pulmón.