El español Joaquín Navarro-Valls, quien oficiara de portavoz del Vaticano durante el papado de Juan Pablo II, murió a los 80 años en Roma, informó ayer el actual vocero vaticano, Greg Burke, en su cuenta de Twitter.
El español Joaquín Navarro-Valls, quien oficiara de portavoz del Vaticano durante el papado de Juan Pablo II, murió a los 80 años en Roma, informó ayer el actual vocero vaticano, Greg Burke, en su cuenta de Twitter.
"Joaquin Navarro. RIP. Gracia bajo presión", tuiteó Burke, quien luego subió también una foto en la que se ve al portavoz estrechando la mano del Papa Juan Pablo II, quien lo toma del brazo. La imagen, en la que se ve a los dos sonrientes, fue tomada a bordo de un avión. "Joaquin Navarro, 1936-2017. Sigue sonriendo", escribió Burke.
Navarro-Valls, designado por Juan Pablo II en 1984, había sido el primer no sacerdote y no italiano en ocupar el cargo, que ostentó durante 22 años. Era considerado uno de los miembros más célebres del Opus Dei y el laico con más poder en el Vaticano.
Era doctor en psiquiatría y periodista. Cuando fue nombrado se desempeñaba como corresponsal del diario ABC y era presidente de la Asociación de la Prensa Extranjera en Italia. En el último tiempo presidía el Consejo Asesor de la Universidad Campus Bio-Medico de Roma.
Como miembro numerario del Opus Dei, Navarro-Valls se había comprometido a vivir el celibato.
Después de décadas en el cargo, el Papa Benedicto XVI, quien había asumido tras la muerte de Juan Pablo II en 2005, decidió reemplazar en 2006 a Navarro-Valls por un jesuita italiano, el hasta entonces director general de Radio Vaticano, Federico Lombardi.
Nacido en Cartagena, en la región de Murcia, el 16 de noviembre de 1936, el miembro numerario (célibe) del Opus Dei abandonó el cargo tras haber sometido las estructuras de comunicación del Vaticano a una profunda renovación, adaptándolas a la nueva cultura mediática global de la que Juan Pablo II se sirvió ampliamente para reforzar la presencia de la Iglesia en todo el mundo. Sin duda, contribuyó ampliamente a que el papa polaco se ganara el apodo de "gran comunicador".
Dotó al Vaticano de una visitadísima página de internet.