Un equipo de arqueólogos ha descubierto en la ciudad israelita de Ascalón (56 kilómetros al sur de Tel Aviv) el primer cementerio de los bíblicos filisteos, enemigos legendarios de los israelitas. El hallazgo fue calificado de sorprendente y de gran magnitud porque aportará información única sobre los orígenes de ese pueblo enigmático que conocía la navegación y que en el siglo XII a.C. se estableció en la costa de Canaán, en la actual Franja de Gaza.
Según las fuentes históricas, los filisteos formaron parte de los denominados Pueblos del Mar, una gran migración de pueblos procedentes de las islas del mar Egeo que llegaron al litoral mediterráneo oriental y se asentaron en la región.
Los Pueblos del Mar tienen fama de invasores: atacaron a Egipto en diversas oleadas y finalmente fueron rechazados por Ramsés III. Los filisteos se retiraron de las fronteras de Egipto, se establecieron en la costa suroeste de Canaán y, al intentar expandirse, estallaron fuertes conflictos entre filisteos e israelitas. Según los relatos bíblicos, el gigante Goliat, un soldado del ejército filisteo, asedió a los ejércitos de Israel y fue derrotado por el israelita David, quien le incrustó una piedra en la frente.
Desde 1985, la expedición Leon Levy en Ascalón ha realizado excavaciones arqueológicas en esa ciudad de Israel, situada al norte de la Franja de Gaza. "Los hallazgos procedentes del cementerio, fechado entre los siglos XI y VIII a.C., podrían apoyar la tesis, inferida de la Biblia desde hace tiempo, según la cual los filisteos eran migrantes provenientes de occidente que llegaron a la antigua costa de Israel alrededor del siglo XII a.C.", explicó un vocero de la expedición.
Hasta la fecha se habían encontrado numerosas piezas cerámicas y otros artefactos de los filisteos, pero muy pocas tumbas y restos óseos. "El 99 por ciento de los capítulos y artículos escritos sobre las costumbres funerarias de los filisteos debería de ser revisado o ignorado ahora que hemos hallado el primer y único cementerio filisteo fuera de las murallas de la ciudad de Tel Ashkelon (Ascalón), una de las cinco ciudades primarias de los filisteos", explicó Lawrence Stager, de la Universidad de Harvard.
Los arqueólogos han encontrado restos de más de 200 individuos, entre ellos hombres, mujeres y niños, pero podría haber muchos más. Las prácticas funerarias son totalmente distintas a las de los anteriores cananitas de la Edad del Bronce o a las de los posteriores judíos de la Edad del Hierro tardía. Los filisteos generalmente enterraban a sus muertos en fosas individuales y con sus propios objetos funerarios, por ejemplo un pequeño frasco cerámico que contenía perfumes y que se depositaba junto a la nariz del difunto.
La investigación de ADN y otros análisis podrán determinar los orígenes de los restos hallados en el cementerio. "Los que vencen escriben la historia", dice Daniel Master, un arqueólogo del Colegio Universitario de Wheaton en Illionis, según recoge The New York Times. "Hemos encontrado los restos de los filisteos y por fin vamos a poder escuchar su historia directamente de ellos y no a través de sus enemigos", añadió.
"No se había encontrado antes un ejemplo sistemático que reflejara lo que pensaban los filisteos acerca de la muerte y cómo trataban a sus muertos. Realmente podemos anunciar que hemos localizado el primer cementerio filisteo", explicó ayer en una rueda de prensa Master, responsable de la excavación desde 2007.
Singular hallazgo. El descubrimiento sin precedentes permitirá a los arqueólogos no solo estudiar las prácticas de enterramiento de este pueblo por primera vez, sino también conocer mejor las características y costumbres que lo diferenciaban de sus coetáneos e indagar en sus orígenes.
Hasta la fecha, excavaciones realizadas en lugares como Ashdod, Ekron, Ashkelon, Gath (ciudad del mítico Goliat) o Gaza —las cinco urbes importantes de ese pueblo— han revelado cómo eran culturalmente y cómo se diferenciaban de los pueblos cananeos e israelitas. "Hemos tratado de comprender su desarrollo temprano en el siglo XIV a.C., cuando llegaron por primera vez a Ashkelón. Hemos desenterrados sus casas, sus redes comerciales y todos los aspectos de su cultura, pero la parte más emocionante ha sido el cementerio", explicó el arqueólogo.
La importancia del cementerio radica en su gran tamaño y en que estaba directamente conectado con una de las grandes y conocidas ciudades filisteas, Ashkelón, que era además su principal puerto marítimo.
Hasta la fecha se han encontrado los restos bien conservados de 210 individuos enterrados, "lo que permite hablar del grupo como población". Sus cuerpos aparecieron en tumbas o nichos comunes y algunos de ellos fueron sepultados con objetos como joyas, pequeñas vasijas de aceite, flechas o brazaletes. Con todo, en las tumbas no se hallaron inscripciones, "algo extremadamente raro", consideró el investigador. "Pero sí señales simbólicas, como los ostracones (trozos de cerámica sobre los que se escribía) que representan el lenguaje filisteo temprano", subrayó.
Los filisteos enterraban a sus muertos principalmente en pozos excavados para cada individuo: hombre o mujer, adulto o niño. Posteriormente otros muertos eran colocados en el mismo hueco, separados por estratos y cada uno de ellos con sus propios bienes. También se encontraron restos de cremaciones, enterramientos en pozos y tumbas multicámaras.