El sacerdote, poeta y pensador argentino Hugo Mujica aseguró en Rosario que el Papa Francisco no está cumpliendo con las expectativas que generó con su nombramiento. "Hay muchas reformas en la Iglesia, pero en realidad las cosas básicas no aparecieron. Como qué va a pasar con los separados a la hora de comulgar, por ejemplo. Estas cosas se discutieron, pero no hay una radicalidad en los cambios que creo que podría haber habido", dijo.
Mujica fue el invitado ayer en el programa radial "Los Notables", que se emite por La Ocho. Allí el también ensayista sentenció, a propósito de las expectativas generadas por la elección de Jorge Bergoglio como Supo Pontífice: "Era un momento en el que se había abierto la posibilidad de que haya un cambio de verdad, pero eso no va a pasar porque lo que quiere el Papa es insertar a la Iglesia en la modernidad, y la modernidad ya pasó. El problema no es si el gay puede ser católico o no, o si el divorciado puede comulgar o no, o si el banco del Vaticano lava plata. El problema sería plantear el gozo y la sexualidad de nuevo y cómo pasamos de Jesús al banco. Es un momento de cambios", afirmó.
Después de siete años en silencio, el autor del libro "Al alba, los pájaros" se ordenó sacerdote y desde esa tarea no considera al celibato como una opción. "El celibato yo lo vivo como algo disponible para todos", declaró, aunque reconoció que siempre hay hipocresía cuando se habla de estos temas. "El punto es la opción que toma cada uno", aclaró.
En cuando a los casos de abusos de menores por parte de sacerdotes, denunció que la Iglesia no está haciendo nada, o hace muy poco. "Creo que se está haciendo más careta que realidad", remató.
Además dio su visión sobre la política argentina, clasificándola de autodestructiva e incapacitada de generar historia: "Viajo mucho y en el mundo cultural con el que me codeo me hablan de la inteligencia de los argentinos, de la creatividad, de la cultura que tenemos, y después de todo eso me preguntan: ¿cómo pueden tener la política que tienen?", dijo. Y añadió: "Estamos viviendo en un momento en el que lo malo es moda y lo bueno queda por debajo de la maldad. Vivimos una época cínica".
Su mirada de la vida
Como pensador, Mujica ayuda a reflexionar sobre nosotros, sobre el ser, la humanidad y la vida. "Existe un momento en la existencia en la cual hay que sentarte frente a la vida a mirarla y, o la abrazás o la escupís. Uno decidió la vida que está viviendo", dijo. Y agregó: "No existe el destino. La vida es un sentimiento de gratitud de algo que podría no haber sido y sin embargo me tocó, esa sensación del Don y de la gratuidad que despierta gratitud. La vida es todo. Nosotros somos los vivientes de la vida, la vida ahora nos está viviendo y siendo algo que no había sido nunca antes. Hay que celebrar la vida, eso es felicidad. Yo no sé si la felicidad es algo que uno tiene o algo que acontece en algunas situaciones". Dijo que por eso es que el dolor y el sufrimiento, cuando llegan, hay que vivirlos. "Porque son reales. Y si son reales y son parte de la vida te van a dejar algo", teorizó.
Según él, hay tres cosas que negamos contemporáneamente: la riqueza, la muerte y la enfermedad. "Hemos perdido esos lugares que eran dolorosos, pero también de conciencia de la finitud de la vida", aseveró.
Falta una cultura nueva
A la hora de hacer un repaso antropológico, explicó que el humanismo dejó una destrucción de los falsos ideales. "En los '50 y '60 aparecieron generaciones que dijeron «no sean caretas». Atrás de lo que dicen está el interés, el negocio, atrás de la religión está la manipulación. Hubo una caída de eso que ya no contenía, eso que se supone que alguna vez contuvo".
Por otra parte, afirmó que actualmente vivimos en un momento de desconcierto. "Estamos en una etapa de transición entre el fin de la tradición occidental-humanista, y una que todavía no empezó. Eso nos deja en una zona de conflictividad, porque como sociedad no estamos generando nada. Porque si no generamos sentido, generamos violencia. La única diferencia que hay entre la violencia típica y la de ahora es que se agregó la gratuidad. Yo ahora te robo y encima te mato cuando no hacía falta matarte. Pero es esa sensación de dejar una marca, de ejercer un poder, de sentir que estás en el medio de una sociedad a la cual no le importás", reflexionó.
Como literato Mujica asumió que no sabe si las expresiones escritas serán el lugar de la resolución de los conflictos actuales. "Yo creo que la palabra pasará a tener otro nivel, que no será la gran herramienta que era el libro, porque éste fracasó en el humanismo. Las generaciones contemporáneas tienen otras habilidades que nosotros no comprendemos, ahora tenemos más acceso a lo masivo. Hay una ilusión de que antes se leía más", aseveró.
Su formulación se basa en la incertidumbre sobre si las herramientas de conocimiento cambiaron tanto o si es que ahora tenemos, a través de los medios, un juicio más general.
La creatividad en los '60
En su multifacética historia personal, Mujica vivió en Estados Unidos en la época revolucionaria de los años '60, a la que calificó como "muy compleja y rica".
Según el ensayista, ser hippie ante la mirada del otro era "un brote afectivo y mítico en la racionalidad sajona". Recuerda que fue a Washington a rodear todo el Pentágono de la mano de otros para que el Departamento de Defensa de los Estados Unidos se elevara y se vaya.
El hipismo fracasó, dijo, porque "es la primera imagen de la contracultura que no tiene un libro bajo el brazo. El hippie deja los pensamientos, es todo emoción, y la emoción no dura, es un estallido al que después hay que darle forma. El hippismo no lo logró", reconoció y agregó que ese movimiento como utopía de lo creativo, como conductor de la historia, no se perpetuó.
En su estadía en Estados Unidos no dejó de incursionar en las drogas, "porque era muy de búsqueda, no de consumo. Esa búsqueda era en función de cosas que descubrías a través de lo que se suponía que era la ampliación de la conciencia, el descubrimiento espiritual", confesó. En paralelo, sostuvo, estaba toda la ebullición política de los '60, "donde los negros eran negros esclavos y las mujeres eran un trapo".
El invitado de "Los Notables" también comparó la soledad con el aislamiento y dijo: "El aislamiento es lo que hace que la soledad se sienta como carencia. La sociedad es la posibilidad de habitarse a uno mismo en naturalidad". En cambio, estar aislado es cuando uno siente la necesidad de tener a ese otro que no puede tener por estar encerrado
Casi al final de su larga y rica exposición, dijo: "El ser humano tiene que superar esas cosas que siente que son negativas para la vida. El miedo está bien en la medida que advierte del peligro, no cuando se vuelve paranoia". Y, en relación a eso, agregó: "La angustia es una de las mejores cosas que nos pasa, porque la vida avisa que la situación que estamos viviendo ya nos queda chica y que de ahí hay que salir"
Según el filósofo, la diferencia entre los humanos radica en que no somos todos iguales, sino que cada uno es único. "Somos diferentes, pero la diferencia no es separación, es lo que nos hace reunir en esto que nos parecemos que es diferente".