El problema del contrabando mantiene especialmente despiertas a las marcas que comercializan celulares de alta gama. Su preocupación no se centra en el llamado "hand carry"; esto es: los argentinos que van a Miami y se trae un celular en el bolso.
El problema del contrabando mantiene especialmente despiertas a las marcas que comercializan celulares de alta gama. Su preocupación no se centra en el llamado "hand carry"; esto es: los argentinos que van a Miami y se trae un celular en el bolso.
Ese porcentaje del mercado, que a priori podría percibirse como significativo por la avalancha de turistas que viajan a los Estados Unidos, no es tal: solo representa 1 por ciento del total. "El problema es el contrabando tradicional. Son organizaciones con una capilaridad enorme. Para ingresar equipos se necesita espalda financiera y un lugar para guardarlos", confió un ejecutivo de una marca fabricante.
Según la percepción de Hellemeyer, es difícil estimar si existe o no una mafia organizada. "No hay inteligencia comercial sobre la operación ilegal. Pero son 8.000 por día y no son cuevas en una galería del microcentro. No es alguien que trae 30 celulares en la mochila", señaló.
Ante esta problemática, hay diversas soluciones que se están barajando entre los distintos actores involucrados: la Aduana, la secretaria de Comercio y el Ente Nacional de las Comunicaciones, Enacom. Se discute la creación de un "registro blanco" de IMEI —un número único que identifica a cada celular— para dejar fuera de juego a las unidades contrabandeadas.