El religioso español Lucio Vallejo Balda, que permanecía encarcelado desde noviembre por el proceso que investiga el robo y filtración de documentos de la comisión creada por el Papa Francisco en 2013 para ordenar las cuentas de la Santa Sede, fue dejado este fin de semana en una "semi libertad" que le permite moverse dentro del Vaticano.
Vallejo Balda reconoció en marzo ser el "topo" que filtró documentos que terminaron en dos libros periodísticos, pero le fue adjudicado este régimen de libertad parcial, según comunicó la justicia de la Santa Sede en la audiencia de ayer.
"Así me siento seguro. Estoy muy bien, hago 10 kilómetros al día, como muy bien. Leo mucho, también estoy muy bien de salud", agregó Vallejo Balda tras la audiencia de ayer, la decimoséptima desde el inicio del proceso en noviembre de 2015. Además, en la audiencia de ayer se conoció el nacimiento del hijo de Francesca Chaouqui, otra de las cinco imputadas en el escándalo conocido como Vatileaks 2 que investiga las filtraciones en la comisión Cosea.
Chaouqui, laica y ex consejera de la Cosea, dio a luz ayer a la mañana a Pietro Elia Antonio antes del inicio de la decimoséptima audiencia del juicio que desde noviembre del año pasado investiga la participación de tres ex dependientes del vaticano y dos periodistas en la divulgación de documentos secretos de las cuentas de la Santa Sede.
Además de Chaouqui y Vallejo Balda, en el juicio están imputados los periodistas Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi y el consejero económico Nicola Maio, quienes enfrentan cargos por divulgación de documentos reservados "contra la seguridad del Estado", un delito que, según la ley de la Santa Sede, puede ser penado con hasta ocho años de prisión.
Investigación. Las pericias informáticas divulgadas durante el juicio confirmaron que Vallejo Balda entregó a Nuzzi un listado con 85 claves que servían para abrir todos los documentos que había elaborado la Cosea y que estaban en el correo electrónico del religioso español. De todas formas, Nuzzi se defendió por la publicación de los documentos y aseguró durante las audiencias de abril: "No podía no hacer mi trabajo. Cuando me entero de una noticia, mi deber es publicarla. Esa es la obligación de un periodista".
Por otro lado, según indicaron las pericias, Vallejo Balda contrató al esposo de Chaouqui por 110 mil euros para que diseñara el server en el cual se alojaban los documentos que producía la comisión, así como las claves para abrir esos archivos.
Durante el proceso iniciado a fines de 2015, el secretario de Estado del Vaticano Pietro Parolin aseguró "no tener nada que decir" sobre los vínculos entre los acusados y, amparado en el artículo 248 inciso 2 del Código procesal Penal de la Santa Sede, se negó a comparecer como testigo y se limitó a dar por escrito una declaración.