Según señaló, después del almuerzo, los niños se dedicaron a dibujar y a hacer tablas de multiplicar que trajeron de sus casas, dejando comer en paz a sus padres y al resto de los comensales del local.
"Fue una alegría verlos", dijo el propietario de la enoteca que lleva su nombre. "Desde que empezamos a abrir los domingos para el almuerzo, el problema de los niños que no se portan bien apareció en toda su inmensidad", explicó el dueño a Il Mattino di Padova, agregando la dificultad que se les hace a los mozos poder atender, esquivando a los menores que juegan entre las mesas.
Ferrari aseguró que no decidió hacer el descuento por publicidad sino porque "era un espectáculo muy bonito ver cómo los niños interactuaban entre ellos, con esa compostura" - y sin usar aparatos electrónicos- mientras sus padres degustaban vinos después de la cena.
Los padres de los chicos, de entre cuatro y seis años, fueron premiados con un descuento del cinco por ciento en su cuenta, lo que equivalió a 13,05 euros, tras lo cual dejaron a los camareros, afirma Ferrari, una propina de 30 euros.
Ferrari comentó que tomó la idea de un restaurante de Miami que premia a los niños que se comportan de manera tranquila, y que aunque en su local no existe por norma esta oferta, no dudaría en "volver a hacerla con placer si se dan las mismas condiciones".
"Soy consciente de que es difícil ser padre", dijo Ferrari, explicando que sabe que no se puede criar a un niño en base a prohibiciones. "Pero cuando se está entre otras personas es necesario enseñar respeto. Es por esto que decidí hacer el descuento del 5 por ciento a los que logran tener hijos educados, es un premio para los buenos padres", explicó. "Pero esto no pasa muy a menudo".