La planta salinera de la localidad pampeana de La Adela cerró sus puertas, argumentando las dificultades provocadas por los sucesivos incendios e inundaciones, y dejó en la calle a 16 trabajadores, entre ellos el intendente del pueblo, el peronista Juan Barrionuevo.
El proceso de achicamiento de la Compañía Industrial Progreso SA (Cipsa) había comenzado el año pasado, con el despido de nueve operarios ante la imposibilidad de cosechar el producto.
A esto se agregó ahora el cierre por lo que los restantes 16 empleados quedaron en la calle, incluido el intendente y su hermano, quienes se encontraban con licencia desde hace diez años ya que ocupan cargos públicos.
Cipsa, fundada en 1938, posee en La Adela el salitral Don Tomas y Don Juan, sobre la ruta nacional 154, mientras que su planta de procesamiento y embolsado de la sal esta ubicado sobre la ruta nacional 22 y las oficinas administrativas se encuentran en Buenos Aires.
La Adela, situada a 276 kilómetros al sudoeste de la capital pampeana, aún no se recupera de la grave crisis causada por los incendios del pasado verano, a lo que le siguieron inundaciones.
Esta situación afectó tanto la producción agro ganadera de la zona como a esa empresa.
Cipsa anunció el cierre y que pagará la mitad de la indemnización de inmediato y el resto en cuotas, con cheques, lo que generó un conflicto gremial que amenaza con llegar a la justicia.
El portal Noti Río indicó que los trabajadores rechazaron la medida de la patronal y demandaron la totalidad de las indemnizaciones en un solo pago, como lo establece la legislación laboral.
Rodrigo Rodríguez, delegado de la Unión Obrera Salinera (Uosa), explicó: "Nosotros reclamamos lo que nos corresponde, que nos manden los telegrama de despidos y que paguen lo que corresponde por ley. Vamos a seguir viniendo a trabajar hasta que nos despidan. Nos mantendremos firmes en las decisiones".