"Llegó a la casa de la hermana y contó que le había disparado a alguien. Creía que lo había matado". Esa declaración de un familiar directo condujo a la Fiscalía al acusado de balear de gravedad a un joven estudiante para robarle en una residencia estudiantil de barrio Azcuénaga. Se trata de Lucas R., de 27 años, quien ayer fue sometido a una audiencia imputativa por los delitos de tentativa de homicidio calificado, robo calificado y portación de arma de uso civil. "Lo que dije es que ese domingo fui a bailar y que le quisieron robar a alguien a los tiros. Nunca lastimé a nadie", sostuvo al declarar el acusado, quien se hallaba con pedido de captura por no regresar a la cárcel donde cumple una pena por varios robos y en este caso pidió ser sometido a rueda de reconocimiento.
El juez Juan Carlos Curto hizo lugar al pedido del fiscal Rafael Coria y ordenó que el acusado permanezca 15 días en prisión preventiva. En ese plazo se deberán concretar rondas de reconocimiento con los testigos del ataque, quienes describieron los rasgos físicos del agresor con detalles. Luego las partes volverán a juntarse para revisar si sigue detenido por este caso.
De todos modos R. seguirá en prisión porque cumple una condena a 10 años y 8 meses que vence en noviembre de 2017. Cuando lo apresaron pesaba sobre él un pedido de captura, ya que había salido de Coronda con un permiso y no regresó. La sentencia es resultado de tres unificaciones de condenas por distintos hechos de robo calificado.
En la cara. R. fue detenido el jueves en Tupac Amaru al 6200, donde la Policía de Investigaciones secuestró nueve cartuchos, dos vainas servidas y una moto. Quedó acusado del ataque ocurrido el lunes en la residencia estudiantil "Che Mora", del pasaje Coolidge al 1200 (Mendoza al 4600). En ese lugar Samuel Q. R., un estudiante de nacionalidad peruana, sufrió un disparo en el rostro de un asaltante que se llevó una notebook y un celular.
El fiscal Coria acusó a R. de haber sido el ladrón que alrededor de las 21 se presentó en el lugar portando un revólver, con fines de robo, y como no logró su cometido le disparó al estudiante en el rostro. Luego apuntó y amenazó a otro residente, William G.D.S., un muchacho brasileño al que amenazó para que no reaccionara. Se fue con una notebook marca Lenovo y un celular Iphone. Tras la audiencia quedó imputado de portación de arma de uso civil, tentativa de homicidio calificado y agravado por el uso de arma y robo calificado.
La víctima recibió un disparo que ingresó a nivel del cuello, a la altura de al quinta vértebra, y le provocó fractura del maxilar inferior. El joven fue internado en el Heca y según el parte médico leído en la audiencia permanece internado en estado delicado, con asistencia respiratoria, sedado y sin posibilidades de declarar.
El dato. El fiscal citó entre las evidencias el acta policial y las declaraciones de numerosos inquilinos de la residencia que vieron al asaltante. Lo describieron como un joven alto, delgado, morocho y de pelo corto que estaba vestido con una campera azul con capucha y llevaba un revólver plateado calibre 22 y una mochila. Pero el dato que ligó a R. fue la declaración de un familiar directo en Fiscalía, adonde fue a pesar de que podría no hacerlo en razón de su vínculo.
Esa persona dijo que el domingo R. llegó a la casa de su hermana y le contó que le había disparado a alguien y temía haberlo matado. "Tiene 27 años, no trabaja, no estudia, está siempre en la calle y vive solo en Barra y Tupac Amaru", planteó.
Entonces el imputado pidió hablar. Dijo que sus familiares se asustaron e interpretaron mal sus dichos: "Ese domingo había ido a bailar. No estaba haciendo nada raro", planteó. Y habló de un incidente con disparos en la puerta del boliche. "Pensé que me fueron a buscar por eso", agregó, y pidió que lo sometan a una rueda de reconocimiento.
El defensor Juan Ignacio Bazet señaló la "horfandad probatoria" en el caso, al que sólo lo vincula "un testimonio de oídas, no tan creíble y sin referirse a un hecho particular" y por eso pidió la libertad de R. en este proceso. O que la prisión preventiva sea breve.
Al resolver, el juez planteó que se trata de "un hecho grave" que debe ser tratados "con mucho cuidado". Ordenó la prisión preventiva por quince días, hasta el 30 de junio, plazo en el cual deben concretarse los reconocimientos.