El gobierno nacional oficializó ayer la quita de los aranceles para la importación de productos informáticos que había anunciado en noviembre del año pasado y que generó fuertes críticas entre los fabricantes y sindicatos, pero con optimismo entre los importadores.
La medida se adoptó a través del decreto 117/2017, publicado ayer en el Boletín Oficial, la cual establece la eliminación del arancel del 12 por ciento para la importación de componentes para fabricar computadoras a a partir de hoy y la del 35 por ciento para el ingreso de notebooks, tablets y computadoras, desde el 1º de abril.
El ministro de Producción, Francisco Cabrera, afirmó que la eliminación de aranceles para la importación de componentes informáticos, beneficiará "a las familias y a las pymes" y además prometió que el gobierno "no le va a soltar la mano a ningún trabajador" de las empresas eventualmente afectadas por la medida (ver aparte).
Desde el gobierno argumentaron que con esta medida apuntan "a reducir el precio de los equipos informáticos en el mercado nacional, entre los más caros de la región". Según la información brindada por la cartera de Producción, desde que se anunció la medida, en noviembre, los precios de esos productos bajaron un 27 por ciento y que las netbooks que se utilizan para el programa Conectar Igualdad seguirán siendo de fabricación nacional.
La decisión, que el gobierno plantea con un sesgo antiinflacionario, ya que busca bajar el precio a los consumidores argentinos, afecta directamente a los fabricantes y ensambladores de la Argentina, que ahora se enfrentarán a la competencia de productos globales de las grandes marcas a precios más bajos.
La eliminación fue cuestionada por empresarios y sindicatos del sector, que advirtieron por una significativa baja en las ventas y la pérdida de puestos de trabajo.
El caso más reciente que refleja la situación del sector se dio a fines de enero, cuando la empresa Banghó despidió a unos 200 trabajadores, que fueron reincorporados como "suspendidos" y con un salario 30 por ciento menor al que percibían.
El Ejecutivo recordó que en julio de 2015, el Consejo del Mercado Común autorizó a la Argentina a aplicar una alícuota distinta del Arancel Externo Común, incluso del 0 por ciento, para los bienes considerados de "informática y telecomunicaciones", así como para los sistemas integrados que los contengan, hasta el 31 de diciembre de 2021.
El impacto en la región
Desde la Cámara de Empresas Informáticas del Litoral (Ceil), que reúne a más de 100 pymes tecnológicas del país, la mayoría de ellas en Santa Fe, y que emplea a más de 8.000 trabajadores, se mostraron "expectantes" sobre el impacto de la medida en la región. "Es interesante plantear una rebaja de precios pero habrá diferencias importantes entre las empresas, en detrimento de las pymes nacionales porque ellas usan partes, ensamblan máquinas y esta reducción va a ser notoria, mucho más cuando se aplique la rebaja del 35 por ciento", dijo el secretario de Ceil, Gustavo Barragán.
Sin embargo, el directivo de la cámara arriesgó a vaticinar que el impacto de la decisión en Santa Fe, a priori, "va a ser prácticamente nula", en función de que en la provincia, como también en Córdoba, las pymes "se orientan a productos de nicho como telecomunicaciones, televisión, etcétera". Incluso dijo que, "la ecuación puede resultar favorable porque al poder comercializar más unidades importadas además de las líneas propias, si se tienen que desprender de empleados que ensamblaban, van a poder tomar muchos más por el aumento del consumo que se generará con la rebaja de precios", especuló.
En cambio, Barragán dijo que el impacto negativo sí operará sobre las ensambladoras ubicadas en Tierra del Fuego o Buenos Aires, orientadas al consumo masivo.
Justamente, una de las socias de la Ceil es Air Computers, cuyo socio y gerente general, Sergio Airoldi, manifestó en octubre pasado _en una nota con La Capital, "estar de acuerdo con que bajen los costos de la tecnología", pero alertó que "en un contexto de recesión la medida sólo va a terminar con gente en la calle y pymes en quiebra". También explicó que en la empresa que dirige corren riesgo entre 100 y 150 puestos laborales en el área productiva, que deberá cambiar su formato de trabajo".
"Esta situación se va a repetir entre unas 15 o 20 empresas grandes del resto del país donde hay más de 5 mil argentinos que trabajan ensamblando", indicó entonces Airoldi.
El representante para América latina de la fabricante de motherboard ASRock, Hernán Chapitel, remarcó que "generará una baja del 20 por ciento en el precio al consumidor, mientras que en el caso de los insumos para esos equipos la reducción será de entre 5 y 6 puntos porcentuales".
"Lo positivo es que se acabaron las especulaciones, ya está eliminado el arancel y que los consumidores van a tener acceso a una mayor variedad de productos", comentó.
El titular de la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (Afarte), Federico Hellemeyer, dijo que el impacto es "neutro", porque al anunciarse el año pasado "las empresas ajustaron sus estructuras e inversiones al nuevo escenario".
"La medida es negativa, eso está claro", afirmó Hellemeyer, pero "el impacto en el negocio es neutro, porque nadie en el sector esperaba que el gobierno diera marcha atrás con una medida anunciada en 2016". De todas maneras, "sigue siendo una mala noticia para nosotros ya que nos perjudica".
Cabrera: "No le vamos a soltar la mano a ningún trabajador"
Frente a las críticas por la medida, el ministro Cabrera justificó a través de un comunicado que "las familias, las pymes y los emprendedores necesitan computadoras para estudiar, crecer y desarrollarse y el Estado tiene que estar presente para garantizar el acceso a la tecnología y crear más empleo. Ademásgarantizó que "en esta transición no le vamos a soltar la mano a ningún trabajador". En ese marco, recordó que "estamos ayudando a crear empleos con futuro a través del Programa de Transformación Productiva".