Yanina Bortolutti comenzó este año a cursar el profesorado de nivel primario en
el Colegio La Salle. Cristian Sebastiani se encuentra en el tramo final del profesorado en historia
del Instituto Cossettini. Ellos forman parte de los más de 6 mil jóvenes que cada año ingresan a
estudiar en el magisterio santafesino. La revalorización de la docencia es uno de los elementos que
determinó su elección por estos estudios.
A diferencia de los títulos universitarios —que en el último lustro vio
decrecer el número de ingresantes— los profesorados representan la opción de aprendizaje que
cada año incrementa a nivel nacional el número de aspirantes. De hecho, y para apuntalar esta
tendencia, la cartera educativa nacional cuenta desde 2004 con el programa "Elegir la docencia",
consistente en becas para incentivar a los mejores promedios de la escuela media a seguir un
profesorado.
De acuerdo con los últimos datos aportados por el Ministerio de Educación
nacional, ingresan por año a los institutos de formación docente más de 115 mil jóvenes para
recibirse de educadores en los distintos niveles de la enseñanza (inicial, primario y medio). En el
caso santafesino, son más de 100 los establecimientos que preparan para la docencia a unos 8.500
jóvenes que ingresan por año.
Alumna de primer año del profesorado de nivel primario en el La Salle (Mendoza
444), Yanina Bortolutti confiesa que la docencia no fue su primera opción de estudios superiores.
Primero probó suerte con la carrera de Farmacia en la UNR, pero al poco tiempo entendió que no era
lo que ella quería seguir y se dedicó a trabajar. Hasta que tiempo después, y por recomendación de
un familiar, decidió anotarse en el magisterio.
"Al principio tenía ciertas dudas, pero cuando empezamos a hacer observaciones
en las escuelas me convencí de que esto era lo mío", apunta la joven de 23 años.
El testimonio de Cristian Sebastiani —26 años y alumno del profesorado en
historia del Olga Cossettini— tiene aristas en común con la de Yanina: la vocación por
enseñar no fue el motivo primario de su elección, aunque sí su pasión que lleva desde chico por la
historia y las ciencias sociales. También cursó un tiempo otra carrera —derecho de la
UNR— hasta que finalmente se inclinó por la carrera del Cossettini.
"Elegí este profesorado —relata Sebastiani— para aprender historia,
pero cuando empecé a ver las prácticas realmente me gustó la idea de la enseñanza, y sobre todo
rescato la importancia que tiene esta materia para la formación de ciudadanía".
En cuanto a la valoración social de la docencia, el estudiante de historia
subraya que un buen docente debería estar, en la consideración social, "a la misma altura que otros
profesionales como los abogados o los arquitectos".