El seleccionado argentino logró anoche un ajustado triunfo 2-1 sobre su similar de Argelia, resultado que le permite aún la posibilidad de avanzar a los cuartos de final. El conjunto de Olarticoechea se recuperó de la caída en el debut ante Portugal, líder del Grupo D, pero ahora deberá vencer pasado mañana a Honduras para clasificar.
Los dos elencos concluyeron con diez hombres, a raíz de una muy floja labor del árbitro turco Cakir, quien expulsó mal a Víctor Cuesta, el capitán argentino, y a Ayoub Abdellaoui en Argelia.
Los primeros 45 fueron flojos, con una marcada predisposición de ambos por imprimirle vértigo a las acciones. Pero a los dos les faltó conexión y precisión, por lo que entonces el juego se desvaneció.
En ese contexto, Argentina lució mejor con un Correa que fue conductor e intentó desequilibrar con su repertorio de gambetas. Pero al ex San Lorenzo le faltó compañía en un Jonathan Calleri demasiado aislado más un Cristian Pavón bastante desatento.
Además el juego se hizo cortado. Los dos abusaron de la pierna fuerte y el árbitro Cuneyt Cakir no supo administrar con tarjetas esa creciente ola de brusquedades. Pero, sin dudas, la acción que presumía cambiar el curso del partido se originó en el tercer minuto adicional, cuando Cuesta (estaba amonestado) interrumpió la carrera de Bounedjah, delantero de Al Sadd (Qatar). El árbitro turco, demasiado riguroso, aplicó la ley del último recurso y expulsó al defensor.
Apenas comenzado el complemento, el equipo argentino se adelantó en el tanteador. Rulli sacó largo, Calleri la peinó y Correa definió con un remate cruzado. El resultado obligaba al conjunto albiceleste a utilizar la congeladora.
Pero los argelinos insistieron en ahondar las deficiencias en la zaga argentina, invitando a entrar por el medio de una defensa permisiva y así Bendebka aprovechó un pase al vacío y conectó al gol con un remate al primer palo.
El juez turco, demasiado atento a las sugerencias del público brasileño, eligió compensar y expulsó a Abdellaoui por un foul menor a Pavón.
Y, diez contra diez, Argentina lo fue a buscar y el obstinado Calleri tuvo su premio. De rebote, apareció para tocar un pase filtrado de Correa y, con el aporte involuntario del arquero Chaal, que rechazó en forma apurada, el delantero cambió por gol toda la mufa acumulada para el 2-1.