"Jueves, 23 de mayo de 1985. Llego al Palacio de la Revolución poco después de las 9 de la noche. Una fuerte lluvia cae sobre La Habana, amenizando la seca de los últimos días. En el despacho del Comandante se encuentra también Vilma Espin, presidenta de la Federación de Mujeres cubanas, quien termina en ese momento una reunión con Fidel. Nos sentamos a la mesa rectangular de reuniones. Fidel frente a mí, del otro lado. Viste su uniforme verde olivo. Sobre los hombros el emblema romboidal, rojo y negro, con una estrella blanca en el centro, rodeado por dos ramas. A su izquierda una caja de tabacos y, a la derecha, una pequeña taza blanca de té, con los bordes dorados. Iniciamos la entrevista y, mientras habla, garabatea las hojas de un bloc, como si eso lo ayudara a sistematizar las ideas. Es la primera vez en la historia que un Jefe de Estado concede una entrevista exclusiva sobre el tema de la religión. Sobre todo el jefe de un Estado revolucionario, marxista-leninista, de un país socialista".
Así comienza el libro Fidel y la religión. Conversaciones con Frei Betto, la entrevista de 23 horas que el religioso brasileño le realizara al líder de la Revolución cubana en mayo de 1985. Ese intercambio se convirtió en un texto traducido a 23 idiomas y editado en más de 30 países. Y marcó no sólo una relación de amistad entre Betto y Fidel, sino también el afianzamiento en lo que tienen en común cristianos y comunistas.
El primer viaje de Frei Betto a Cuba fue en 1981. Eso lo recordó en la conferencia que ofreció en el Congreso de Pedagogía 2017 realizado en La Habana entre el 30 de enero y el 3 de febrero pasado, y ante una multitud de educadores y educadoras de todo el mundo, en especial de América latina y el Caribe. El sacerdote participó de tres presentaciones: dos paneles y la disertación especial que tituló "Fidel Castro, educador de la esperanza".
"Vine por primera vez a Cuba en 1981, esperaba encontrar las figuras de Marx, de Lenin por todos lados y me encontré con un señor de bigote que no conocía y que es José Martí, quien fue un hombre de acción y un intelectual", relató Betto para la audiencia y marcar que las figuras de Martí y de los Jesuitas fueron decisivas en la formación de Fidel: "Martí le dio lucidez, su inteligencia, lo hizo una persona concientizada. Y los Jesuitas, educación para la voluntad".
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Frei Betto y Fidel, cara a cara en La Habana.
Coherencia de valores
Ante cada definición Betto sumaba una anécdota. Esta vez recordó cuando Fidel se encaminaba en el Granma, en diciembre de 1956, con un grupo de revolucionarios desde México hasta Santiago de Cuba, y retrasaron el plan de llegada cuando un hombre cayó al agua. "En ese momento y en la embarcación se armó la discusión si volver a buscarlo o seguir con el plan —contó el religioso—. Enseguida Fidel dijo a sus compañeros: «Nosotros vamos a hacer una revolución para salvar y rescatar vidas». Se volvieron a buscarlo y llegaron tarde a destino. Eso marca una coherencia de espíritu y valores".
Betto subrayó que una primera lección que deja el líder cubano es haberse movido "por la virtud de la esperanza", "porque no había ninguna garantía que su ideal se iba a conseguir". También invitó a romper con los prejuicios y los dogmas, apelando al respeto por la religiosidad de los pueblos: "No se puede hacer una transformación social con prejuicios a las creencias populares. Siempre digo que en México no se puede hacer nada sin tener presente a la «Compañera Guadalupe»".
Y enseguida llegó otro relato: "Una vez el obispo de Cienfuegos se quejó porque no habían muchas biblias, y me pidió que le consiguiera ejemplares. Las busqué, conseguí en español y las mandé en un gran paquete por la vía oficial a la Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central. Cuando llegué a La Habana le pregunto a José Felipe Carneado (alto funcionario del Partido Comunista), por las biblias, y me responde que no era posible repartirlas, «porque la gente del Partido tomó cada uno una Biblia. Una para la abuelita, para su hija y así no quedó ninguna». Cuando me encuentro con Fidel, me pregunta por las biblias, le explico lo ocurrido, y me pregunta, «¿Y no quedó ninguna para mí?». Y yo, que siempre traigo mi Biblia, le regalé mi ejemplar con esta dedicatoria: «A Fidel, en quien Dios tiene mucha fe. Fraternalmente, Frei Betto»".
El sacerdote de la Orden de los Dominicos aseguró que Fidel estaba encantado con la teología de la liberación "porque viene de la base social de los más pobres" y recordó que "una cosa es leer a Karl Marx en La Sorbona y otra en Sierra Maestra; y lo mismo pasa con la biblia: cuanto más conocemos el contexto es que el texto ha sido productivo; y vivimos en el contexto en que el texto ha sido productivo".
Semejantes afirmaciones no pasan sin costos en la vida de Frei Betto, para lo que él tiene una valiosa definición: "Jesús era un militante político. Entonces cuando me preguntan por qué milito en política contesto ¿Qué fe es la suya que no tiene incidencia política?".
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La conferencia de Frei Betto fue seguida a sala llena.
Cultura y educación
Frei Betto habló del legado humanista de Fidel, de la pedagogía de la esperanza de Paulo Freire, de educación y cultura."Se hace una mezcla entre lo que es cultura y escolaridad, como si la gente que tiene cultura es la que tiene escolaridad. No hay alguien más culto que otros. Más bien hay diferentes culturas socialmente complementarias. Y la verdad es que es una arrogancia pensar que por que pasamos por la escuela sabemos más que un campesino".
Y aquí el sacerdote se detuvo a conversar sobre otra dimensión de los aprendizajes. Dijo que cuando visita las escuelas en Brasil le gusta preguntar ¿Cómo es la educación nutricional? Y concluye que por lo general no hay tal educación: los chicos comen azúcar en exceso, no se enseña para qué sirven los dientes ni se invita a las actividades físicas. También pregunta: ¿Cómo es la educación sexual? Las respuestas suelen limitarse a la prevención de enfermedades de transmisión sexual, pero no aparecen "las palabras afecto y amor que son esenciales en la escuela".
Y además consulta ¿Cómo es la educación espiritual? Lo común es que le devuelvan "que no enseñan religión". "La educación espiritual —diferenció— no es meramente religiosa. La espiritualidad es natural al ser humano. La educación para la espiritualidad es lo que decía el Che: «El verdadero revolucionario es guiado por grandes sentimientos de amor». Es la capacidad de establecer relaciones de amor entre nosotros". "Tenemos que pensar la educación como formación crítica, para cambiar el mundo y no al servicio de quienes fomentan un sistema de opresión. El reto es cómo hacer una educación ética", profundizó.
"Saudade"
El teólogo dirigió las primeras palabras de su conferencia —ante más de tres mil asistentes— al sentimiento del pueblo cubano, tras la reciente muerte de Fidel: "Cuando muere una persona en una familia es natural que se recuerde su vida. El dolor está presente. En Brasil decimos que la familia tiene una saudade, la profunda presencia de una persona que está ausente. Eso pasa ahora en Cuba. La familia cubana tiene esa saudade".
Y continuó: "Fidel no hizo una revolución para estar en el poder sino para liberar y empoderar a un pueblo. Pensemos, un país pequeño a pocos kilómetros del imperio ¿Por qué no fue invadido? Los yanquis saben que van a enfrentar un pueblo y no un gobierno". Para cerrar esta imagen mencionó los más de 600 atentados que sufrió en su vida el líder revolucionario, y sin embargo murió a los 90 años, en su cama, junto a su familia.
"Mi relación con el comandante viene de 1981 con la época de bienestar, pero cuando cae la URSS llegaron las dificultades. En Brasil organizamos un comité de solidaridad con Cuba. Viajo a La Habana, Fidel nos recibe en el Palacio de la Revolución. Nunca estuve en algo tan pobre. No había un solo camarón —siguió su relato ganándose la complicidad de los educadores—. Solo unos platanitos fritos, todo muy franciscano. Eso mostraba una coherencia con las dificultades que la gente tenía en la calle. Me preguntaron ¿qué vas a hacer el fin de semana? Pensaba que me iban a invitar a pasear, a llevarme a Varadero, nada de eso. Me propusieron «No, no vamos a pasear. Vamos a construir casas Te invitamos a participar como albañil»".
La conversación se extendió en reconocer a Cuba como un país donde primero están la salud y la educación; y la solidaridad internacional como práctica de vida.
El religioso no ahorró críticas a los gobiernos de la región que representan hoy al neoliberalismo más descarnado. Mencionó a Temer, Peña Nieto y Macri. También a Trump. Y alertó sobre la necesidad de rescatar la dimensión histórica del tiempo y un proyecto educativo esencialmente humano. "Al capitalismo le interesa una sociedad de consumistas. Y para eso cuanto menos perspectiva histórica tenga la juventud, mucho mejor".
Palabras de Frei Betto en Pedagogía 2017