No tiene ninguna otra prioridad. En realidad, está esperando que le abran la puerta para entrar. Primero en la fila, el nadador casildense Federico Grabich, medalla dorada en los Panamericanos 2015 y bronce en el Mundial del mismo año en Kazán (Rusia), invierte sus últimas semanas de preparación para los Juegos Olímpicos entre las piletas de Alumni, en su ciudad natal, y Náutico Sportivo Avellaneda. "Cuando abra la villa voy a estar ahí", reconoce Fede, quien estima que alrededor del 26 de este mes, día más, día menos, se instalará en la villa olímpica de Río de Janeiro para terminar de prepararse para competir en los 50, 100 y 200 metros libres, aunque su competencia principal es la de los 100 metros y ya explicará porqué.
—¿Cómo se transitan estos días previos?
—La verdad son un poco difíciles. Es un torneo que hace 4 años vengo esperando para el cual me entrené física y psicológicamente lo mejor que pude. A 25 días se hace un poco difícil mantener la calma y tratar de focalizarse en lo que queda que es el entrenamiento y llegar de la mejor manera, trato de estar calmo, pero se hace difícil no soñar con lo que va a ser la competencia.
—¿Por estos días cuál es la meta del entrenamiento?
—Ahora es empezar a buscar la técnica de la prueba y la velocidad más que nada. Los primeros meses del año fueron duros porque el cuerpo estaba pesado, mucho gimnasio, muchos metros, muy cansado. A medida que se acerca el torneo vamos descansando un poco más y tratando de encontrar esa velocidad y frecuencia para correr más que nada los 100 metros, que es lo que entrenamos mejor. Vamos sumando cada vez más descanso, tratando de llegar lo más descansado posible y obviamente con buenas sensaciones. Si un día no sale como espero, tratamos de corregirlo en la siguiente sesión y no nadar ni un metro fuera del estilo que voy a usar después en la competencia.
—Vas a correr 50, 100 y 200, ¿no?
—Sí, por ahí para 50 no soy lo suficientemente veloz como para competir a ese nivel, y para 200 tengo un buen nivel pero es muy larga. Quizás los 100 metros junta mis mejores habilidades que son la velocidad no extrema que se requiere para los 50 metros y el aguante que todavía no es el ideal para los 200.
Los 100 metros es la competencia fetiche de Fede, quien en su palmarés cuenta con dos antecedentes resonantes: medalla de bronce en el Mundial de Rusia el año pasado y oro en los Panamericanos, también en 2015. Pero él mismo se encarga de explicar que en Río será otra historia. "Los Juegos Olímpicos son sumamente distintos a un Mundial. Con el tiempo que hice en el Mundial y me sirvió para entrar tercero, en los Juegos con suerte entro a una final. El nivel mejoró mucho y sé que se necesita un tiempo mucho mejor para estar en una final y aspirar a un poco más. Pero trabajamos muy duro, no sólo este año, sino los 3 anteriores también. Mi entrenadora y yo creemos que va a haber un buen resultado en Río, que es la meta final.
—¿Para aspirar a un diploma (ingresar entre los ocho primeros), tenés que mejorar tu mejor marca?
—Con mi mejor marca no me va a alcanzar aunque es buena. En Londres 2012 hubiera quedado sexto. A medida que van pasando las etapas la mayoría va mejorando. Por ahí los 6 primeros entraron a la final con un tiempo similar a 48s.20/100 y en la final hicieron 47. Siempre me propuse tratar de mejorarla y no conformarme con eso para entrar tranquilo a la final y no tener que estar fijándome en la pantalla si clasifiqué o no. Me gustaría estar un poco más sobrado, no tan en el límite.
—¿El desgaste de la clasificación juega un poco en contra?
—Como hay mucho tiempo entre prueba y prueba el desgaste no se siente tanto, sí la acumulación de pruebas. Voy a correr los 200 metros y si entro a la semi corro de nuevo, y después los 100 y así. Lo puedo manejar bien porque estoy acostumbrado a correr entre 6 y 8 pruebas en los campeonatos. Por eso correr 3 y todas separadas me viene espectacular. De hecho me gusta estar activo en todas las sesiones, pero más que nada lo que regulo es la mentalidad con la que voy a correr. En la eliminatoria es una cosa, en la semi otra y en la final otra. El esfuerzo siempre es el máximo porque en cuanto aflojás en los últimos 10 metros te pasan y te quedas afuera de todo. No voy a aflojarle en ningún momento, de última me cansaré un poco más, pero me aseguro el puesto.
—¿La cabeza es decisiva?
—La cabeza es decisiva, la entreno igual que el físico y confío en que es el 50 por ciento del resultado, ya lo comprobé en muchas situaciones. Es fundamental estar confiado, me pasó en el Mundial: fue todo cabeza, porque físicamente están todos iguales. Por ahí el deseo y las ganas de lograr algo te llevan a dar un poquito más.
—¿Cuál es la diferencia fundamental entre un Mundial y los Juegos?
—La diferencia fundamental no es la cantidad de competidores, sino el nivel. En un Mundial, por ahí el trigésimo necesita 50 segundos y en los Juegos recién el número 50 hace ese tiempo. Hay un abismo. Yo fui al Mundial 5º en el ránking mundial y para los Juegos, con ese mismo tiempo, estoy arriba del décimo. Sin duda existe mucho más nivel y concentración. Por ahí el 16º del ránking tira un tiempo que lo clasifica a la final. Hay 10 ó 15 tipos que están en un mismo nivel.
—¿Cuándo vas a estar en Río?
—Me confirman en estos días, pero creo que salgo el 26 o el 28. Yo quería salir antes por una cuestión de concentración y enfoque, pero calculo que cuando abra la villa voy a estar ahí. Aparte me gusta, es una situación linda que personalmente disfruto mucho dejando de lado los resultados. Es un lugar donde me gusta estar y sé que esta es mi segunda vez y quizás no haya una tercera y quiero disfrutarlo al máximo.
—¿La rutina de entrenamiento es siempre la misma?
—Es lo mismo, lo único que cambia es la intensidad. Se trata de nadar todos los días para no perder la sensibilidad en el cuerpo, para aflojar. El gimnasio es por ahí cada vez más suave y lo fundamental es descansar. Estoy usando estos días para estar tranquilo en casa y mirar videos de otros juegos.
—¿Cuánto tiempo dura cada entrenamiento?
—En esta etapa entreno 1 hora y media ó 2. En realidad siempre duran lo mismo, pero va variando la intensidad del trabajo.