Sexo duro, drogas ídem, humor político y religiosamente incorrecto, deformidades físicas y
culturales, transgresiones de toda laya y un toque de ternura sirven para que Favio Posca componga
sus monstruos y describa sus demonios en un show de alto impacto visual como lo es “Bad Time
Good Face”. El nuevo show del actor marplatense, que se vio en dos funciones el fin de semana
en el teatro El Círculo, refrendaron su salvaje creatividad, alimentaron su propuesta de libertad
incondicional y pusieron en tela de juicio los parámetros de la normalidad. Todo, hilvanado con
música, videoclips y un guión de su autoría (junto a Luisa Cayetana) para que Posca luzca su halo
de desobediente de las reglas de formalidad y buenas costumbres.
En este, su séptimo show personal, priman las novedades audiovisuales. En medio de la
escenografía y el diseño lumínico ideado por Sergio Lacroix, los personajes de Posca quedan
delimitados por un juego de planos superpuestos, uno adelante que enmarca la acción, y otro detrás
con una pantalla gigante.
Por allí pasan algunos de los mejores momentos del espectáculo cuando Posca pone a
consideración de la platea su veta de director de videoclips y musicalizador. “Carita y
cara” y “Hoy tomé” son un hallazgo de imágenes, sonido y inventiva.
Sin cambiar de vestuario, el actor encarna diferentes personajes. Un mimo que interactúa con
la pantalla abre el show para darle después paso a la más popular de las criaturas del
intérprete.