Un cohete Falcon 9 de SpaceX despegó ayer desde California, colocó una decena de satélites en órbita y aterrizó luego de un descenso controlado en una plataforma marina. Este es el primer lanzamiento de la compañía desde que una nave similar fue devorada por las llamas en una plataforma de Florida hace más de cuatro meses.
El cohete de dos etapas despegó a las 9.54 desde la base Vandenberg de la Fuerza Aérea con un cargamento de satélites para Iridium Communications, que reemplazará toda su red con 70 satélites de nueva generación.
Los satélites se desplegaron alrededor Un Falcon 9 puso en órbita una decena de satélites de una empresa de comunicación y aterrizó luego en una plataforma marina de una hora después del lanzamiento.
Unos nueve minutos después del despegue, entre los aplausos de la sala de control, la primera etapa del cohete se desprendió y aterrizó en posición vertical en una plataforma ubicada en el océano Pacífico al sur de Vandenberg, parte de los esfuerzos de SpaceX por reutilizar sus propulsores.
La compañía ha logrado seis aterrizajes exitosos previos sobre plataformas marítimas o en tierra firme.
Una cámara a bordo de la primera etapa del cohete le brindó al público una experiencia presencial mientras regresaba a la Tierra, encendía los cohetes de aterrizaje y tocaba tierra de manera perfecta sobre la plataforma flotante.
El regreso a la actividad es un importante paso para SpaceX, la compañía del multimillonario Elon Musk con sede en California, que tiene programados unos 70 lanzamientos con valor superior a los 10.000 millones de dólares. Además de los despegues comerciales, SpaceX traslada provisiones a la Estación Espacial Internacional y desarrolla un Falcon con capacidad para llevar astronautas a la estación.
Funcionarios de SpaceX indicaron que identificaron todas las causas posibles del accidente ocurrido el 1 de septiembre durante una prueba previa al lanzamiento en la Estación de la Fuerza Aérea en Cabo Cañaveral, Florida, y corrigieron las fallas.
En el percance quedaron destruidos el cohete y su cargamento —un satélite que Facebook quería utilizar para extender el acceso a internet en Africa — y obligó a mantener en tierra el programa Falcon 9 en lo que se realizaba una investigación.
Este mes SpaceX anunció que los investigadores llegaron a la conclusión de que el accidente involucró un defecto en uno de los tres tanques de helio ubicados dentro del tanque de oxígeno líquido de la segunda fase de la nave.
En la investigación estuvieron involucrados la Fuerza Aérea, la Nasa, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB por sus siglas en inglés) y la Administración Federal de Aviación, que emitió la licencia para el lanzamiento.
El incidente de septiembre representó la segunda ocasión que un Falcon 9 quedó destruido. En junio de 2015, una nave de este tipo repleta de provisiones para la Estación Espacial Internacional se desintegró poco después del despegue. SpaceX determinó que el accidente se debió al rompimiento de un pilar de apoyo.
Los 10 satélites que se lanzaron ayer son parte de un proyecto de Iridium, con sede en McLean, Virginia, para reemplazar su red existente de satélites, que brindan comunicaciones de voz y datos a todo el mundo.
El Falcon 9 es un cohete de dos etapas impulsado por oxígeno líquido y querosene para cohetes (RP-1) densificado. Su versión actual, el Falcon 9 Full Thrust, tiene una carga útil de 22.800 kilos a órbita baja terrestre y de 8.300 kilos a órbita de transferencia geosíncrona. La primera etapa es capaz de aterrizar para ser reutilizada.