La Justicia decidió esta semana otorgarle libertad condicional a Néstor Fabián Anchával, quien fue condenado hace dos meses por violencia de género tras el primer juicio oral por esta temática desarrollado en la provincia. Esta determinación despertó fuertes rechazos y críticas por parte de organizaciones sociales y representantes políticos de la ciudad y la región.
Sobre Anchával pesa una condena de tres años de prisión del juez Juan Carlos Leiva, pero ese fallo fue apelado. Como la Justicia no pudo resolver todavía esa situación, el condenado aguarda por una determinación en libertad.
Allegados a la causa explicaron que la normativa vigente indica hasta ocho meses de prisión preventiva para los condenados a tres años o menos, sin una sentencia firme. Anchával ya acumulaba 10 meses y sus abogados se apoyaron en esa condición para pedir su libertad condicional hasta que exista una decisión definitiva de la Justicia.
Con esta medida, la vida de Jésica Balmaceda, la ex pareja y víctima de este agresor, continúa siendo un auténtico calvario. Sus días siguen enmarcados en un proceso desgastante, con la angustia y el temor como elementos de tormento.
Es que esta mujer presentó más de 36 denuncias sobre Anchával, la mayoría de ellas por amenazas, desobediencia a las prohibiciones de acercamiento, y daños.
En Jésica y sus familiares se generó un foco de enorme preocupación. Teniendo en cuenta los antecedentes, entienden que es realmente muy peligroso. Sienten un riesgoso grado de exposición y desprotección.
Tras la libertad condicional a Anchával, varios políticos expresaron por redes sociales su contundente repudio a la decisión judicial y solicitaron que se garantice la seguridad de Jésica y su familia. "Otra vergüenza de la Justicia santafesina", exclamó la concejala Norma López. "Estamos muy preocupados por Jésica", advirtió el edil Diego Giuliano. "Pedimos al gobierno que le garanticen seguridad a Jésica. Si no se hace nada, su vida está en riesgo", reclamó por su parte Lorena Giménez.
Anchával, de 38 años, fue sentenciado hace dos meses a tres años de prisión efectiva por los delitos de amenazas, desobediencia, violación de domicilio y daños contra su ex pareja Jésica, de 29, con quien convivió 7 años y tuvieron 4 hijos. La convivencia entre ambos comenzó en 2003, se casaron en 2007, y tres años después se separaron. Desde ese momento, Anchával comenzó a amedrentar y amenazar a su ex pareja, quien tuvo que cambiar seis veces su domicilio para escapar de ese tormento.
Luego de las reiteradas denuncias efectuadas por la mujer, la Justicia lo juzgó y en mayo fue condenado a prisión efectiva, en lo que fue el primer juicio oral del nuevo Sistema Procesal Penal en la provincia, lo que le sumó una gran trascendencia mediática al caso.