Sabrina Perruccio está en 4º año de la secundaria en la Escuela Nuestra Señora de Itatí y cuenta que para estudiar —al igual que sus compañeros— se arregla con fotocopias que les acercan los profesores. Acertadamente opina que por lo tanto "todo es en blanco y negro, y en cambio en los libros hay color, todo resalta más, tiene más sentido tener un libro". Su comentario no es casual: desde este año cuentan con un salón para la propia biblioteca, que quieren llenarla de manuales actualizados y buenos textos. Para eso, alumnos, director y profesoras piden una mano a quien quiera sumarse y donar libros.
La escuela está pegada a la capilla Nuestra Señora de Itatí, de Flor de Nácar al 7000, en el corazón del barrio Las Flores (sur). Tiene los tres niveles obligatorios del sistema educativo; es una institución privada de "cuota cero" que atiende a una población de familias humildes. Este dato hay que remarcarlo, porque si bien pertenece a la gestión privada cumple un rol público y clave en el barrio.
Muchos de sus alumnos comenzaron en el jardín y hoy están en el secundario. Es el caso de un grupo de estudiantes de distintos cursos de nivel medio, que son alumnos de la escuela desde jardín, y se suman a contar detalles sobre la importancia de contar con esta biblioteca. Están en la sala Tamara Fabio, Hugo Pereyra, Sabrina Perruccio, Gastón Gutiérrez, Eric Libramento, Juárez Estefanía, Erik Nichea, Yamila Pereyra, Indira Nichea y Héctor Baini. También el director Gastón Zencic, la profesora de lengua Andrea Grillo y la bibliotecaria Laura Daoulatli.
Del armario al salón. "Hasta el año pasado teníamos un armario en el salón de 5º que usábamos como contenedor de libros. Este año acondicionamos un salón que ahora es la biblioteca, que se comparte con la primaria y tiene una buena cantidad de textos escolares (muchos llegan por el Plan Lectura Nación), pero faltan más", cuenta el director Zencic. Lo que faltan sobre todo son libros de las distintas disciplinas para los tres últimos años de la secundaria, novelas, historietas y buena literatura. Está implícito que buscan colmar la sala de materiales en buen estado, acorde a las edades de los chicos y actualizados para poder estudiar.
La profesora de lengua tiene a su vez la misión de hacer un seguimiento de qué uso les dan a los textos que reciben y ya cuentan, qué proyectos se emprenden y qué actividades se logran plasmar con esta iniciativa.
Como muchas otras instituciones educativas —públicas y privadas— no cuenta con cargo de bibliotecaria. Pero desde hace tres años Laura Daoulatli se hace responsable del cuidado y circulación de los textos. Su llegada a este lugar tiene una historia, que se encarga ella misma de contar: "Soy profesora de música, con 23 años de antigüedad en la docencia, hace unos años perdí la voz". Luego de un largo tratamiento pudo volver a trabajar, pero ya no al frente del aula. Ahora dice que felizmente encontró un espacio para seguir en la docencia.
La biblioteca se armó entre todos, como un verdadero proyecto colectivo. Colocaron estantes en las paredes, se corrieron muebles, ordenaron libros y hasta se la bautizó con el nombre del padre fundador de la escuela: "Biblioteca Padre Santiago Mac Guire". Y este año se puso en funcionamiento.
Hugo, que está en 4º de la secundaria y muestra orgulloso su campera de Newell's, valora que puedan trabajar con libros, y cita como ejemplo lo bien que vienen para las clases de inglés, y dice que "todo el material que hay allí sirve mucho". Gastón, de 2º año, repasa una a una las materias que tiene y asegura que puede usar los manuales disponibles para trabajar en clase.
Más sueños. De lo más dispuesto a conversar, Eric Libramento, que está en 5º y planea estudiar mecánica del automotor, se explaya en el aprovechamiento que les dan a los pocos libros que tienen: "Los consultamos en sociales, en inglés, también hemos llevado libros a nuestras casas". Esos libros que se llevan para leer son con un pedido expreso de la profesora de lengua: de leerlos, completar una ficha con los datos del texto y el autor y agregar un comentario propio sobre qué trata el texto.
Por estos días la escuela está movilizada para cumplir otro sueño: viajar en septiembre al cerro Champaquí (provincia de Córdoba). Para eso ya trabajan en proyectos que les permitan reunir el dinero. Pero para eso falta, la prioridad ahora es poner a pleno la biblioteca con libros para todos. "Nos hacen falta manuales, sobre todo para los últimos años de la secundaria y lindas historietas para adolescentes, entre otros textos", remarca la docente a cargo de la biblioteca.
Dónde colaborar. Para colaborar con la biblioteca de la escuela secundaria Nuestra Señora de Itatí hay que dirigirse a Flor de Nácar 7002, llamar al 4626552 o bien escribir al email: [email protected]