Casey Affleck está increíble en "Manchester junto al mar". Cada gesto suyo y el tono de su voz escupen en la cara del espectador un bollo de sentimientos anudados. Es como un personaje escapado de las páginas de algún cuento de Raymond Carver.
Por José Cavazza
Casey Affleck está increíble en "Manchester junto al mar". Cada gesto suyo y el tono de su voz escupen en la cara del espectador un bollo de sentimientos anudados. Es como un personaje escapado de las páginas de algún cuento de Raymond Carver.
Es, también, el lado opuesto de su hermano Ben, un actor que se destaca por no transmitir sentimientos (anudados ni desanudados) al que está de este lado.
"Manchester..." también parece un relato de Carver, y si bien "La La Land" no es un cuento de hadas, si la comparamos con la película protagonizada por Affleck es Disneylandia. "Manchester junto al mar" es una historia chiquita, desoladora y potente sobre la Norteamérica profunda, con su gente gris y turbulenta como el mar junto a Manchester.
Por eso tiene todos los atributos para no ganar el Oscar, aunque seguramente se llevará el premio a mejor actor. Ojalá. Lo cierto es que mientras a "La La Land" uno la puede acompañar de un cono grande de pororó, mirando "Manchester..." es como estar masticando vidrio molido todo el tiempo. ¿No? Al menos, esperemos la gran sorpresa.