Cannes. Antes de que llegue a Nikki Beach, la playa del elegante hotel Carlton, en donde tendrá lugar la entrevista, los paparazzis y los curiosos han comenzado a arremolinarse frente a los guardias que protegen la entrada. Y sobre la arena misma, un mar de fotógrafos oficiales espera con sus cámaras preparadas que llegue el momento en que Arnold Schwarnezegger les dé unos minutos para que lo bombardeen con sus flashes.
Cuando finalmente se sienta a la mesa en donde tendrá lugar la entrevista con LaCapital, el exgobernador de California jamás olvida que tiene una misión: promover "Wonders of the Sea 3D" (Las maravillas del mar 3D), el documental que ha codirigido Jean-Michel Cousteau, el hijo de Jacques, y en donde él es el narrador. Para verlo actuando frente a la cámara otra vez habrá que esperar al estreno de "Why We're Killing Gunther" (Por qué estamos matando a Gunther), una comedia de acción que acaba de terminar de rodar un mes atrás.
—¿Qué representa Cannes en su carrera?
—Cannes siempre ha sido muy amable conmigo. Sólo puedo hablar a partir de mis propias experiencias y cada vez que he venido con una película, como "Terminator 2: el juicio final" o "Mentiras verdaderas" ha sido una forma de presentarlas ante el mundo, porque aquí siempre llegan 4.500 periodistas desde todos los rincones del planeta. Eso es algo que a mi me fascina. No es que me gusten todas las historias que se han escrito sobre mí, pero lo acepto, porque entiendo que yo soy un producto de la gran cobertura periodística que siempre he recibido. Todo el tiempo han escrito de mis proyectos y mis películas, y nada de eso se podría haber hecho si no hubiese tenido esa cobertura, aún cuando me trataron mal.
—Ha llegado hasta aquí con una película que trata sobre el mar. ¿Es un filme ecologista?
—Sí, pero nuestra película, "Maravillas del mar 3D", lo que hace es celebrar lo que existe, no busca generar culpa en los espectadores. El mensaje que tiene la gente que defiende el medio ambiente, en mi opinión, no funciona. Durante años han hecho acusaciones y han tratado de generar culpa y para mí, no ha servido de nada. Creo que ha sido un error comunicar las cosas de esa manera. A mí me parece que hay que promover las cosas celebrándolas, de la misma manera en que yo lo hice 40 años atrás con "Pumping Iron". Era una película que celebraba al cuerpo y al fisicoculturismo, la idea de estar en forma, de ser fuerte y estar lleno de energía. Yo me involucré en este proyecto por la misma razón: porque celebra el océano. No te muestra cómo arrojan basura en el mar, como está lleno de plástico flotando o cómo se están muriendo los peces. Te muestra lo que existe, tal como lo hizo Jacques Cousteau, quien decía que hay que proteger lo que uno ama. A través de esta fiesta visual que proponemos en 3D, los espectadores van a enamorarse del mar. No es una propuesta política, no es demócrata ni republicana. Este es un tema popular, porque no hay un mar republicano o un mar demócrata. Todos bebemos del mismo agua y tenemos que proteger lo que tenemos. Yo creo que no es que hay que dejar de pescar, ni tampoco hay que dejar de comer carne. Tenemos que ser inteligentes en cómo usamos las cosas. Es como con el dinero cuando estás en el gobierno. Todo pasa por cómo se administra y por dejar siempre un poco al costado para cuando llegue la época de las vacas flacas.
—¿Es un tema que le interesa porque creció en Austria rodeado por la naturaleza?
—Por supuesto. En Graz llevábamos una vida rural. Mi madre sacaba las zanahorias y las papas de la tierra, teníamos un gran jardín y vivíamos de lo que crecía en ese lugar. Allí se protegía el bosque y los animales salvajes, porque sólo se podía cazar unos meses al año. Siempre tuve mucho respeto por la naturaleza. Pero en ese entonces no imaginaba que un día íbamos a poner a la naturaleza en peligro. Nunca lo ví como un tema ambientalista, sino como algo de la vida cotidiana. Pero cuando me convertí en gobernador, empecé a entender los problemas cuando ví los estudios que se hacían y hablé con los científicos. Allí comprendí que estábamos matando a 7 millones de personas al año a través de la polución. Yo creo que el gobierno debe defender a la gente, y por eso creo que es su responsabilidad hacer todo lo que esté a su alcance para proteger el medio ambiente, eliminando los combustibles contaminantes, transformando la basura en energía y evitando que la contaminación llegue a los océanos . Fue por eso que implementé leyes ambientales muy estrictas en California. Están entre las más estrictas de Estados Unidos e incluso del mundo. Así demostramos que que uno puede proteger al medio ambiente y mejorar la economía al mismo tiempo. El año pasado el crecimiento en Estados Unidos fue del 0.7 mientras que en California fue del 5. Logramos un boom económico protegiendo a los ecosistemas. Eso es lo que debería aplicarse en todo el mundo.
—Trump ha criticado su desempeño al frente del programa de televisión que él supo conducir. ¿Qué opina de lo que está haciendo él?
—Estamos fuera de Estados Unidos y yo creo que uno no tiene que criticar a su presidente cuando está fuera de su país. Además, no hace falta que yo opine sobre lo que él está haciendo en su trabajo, porque ya has leído suficiente en los diarios sobre el tema. Yo creo que en el tema del medio ambiente lo que importa es que avancemos. Cuando él hace algo equivocado en ese terreno, como hablar a favor del uso del carbón, soy el primero en salir a criticarlo y decir que está yendo hacia atrás. Hay que aprovechar las nuevas tecnologías. No queremos usar carbón en nuestras plantas eléctricas, algo que en California está prohibido. Volver al carbón es como regresar a las superproducciones de los '80. Es algo del pasado. Nadie va a volver a usar carretas tiradas a caballo cuando existen los camiones.
—Dwayne "The Rock" Johnson ha dicho que está pensando en lanzar su propia candidatura presidencial. ¿Le ve futuro?
—No lo sé, pero de lo que estoy seguro es de que es muy inteligente. Es un gran atleta y una persona muy encantadora. Tiene una gran visión y buenas intenciones. Además, ha llegado tan lejos con su carrera, y lo ha hecho subiendo de nivel paso por paso, que todo es posible para él. Me alegra que lo esté pensando. Yo creo que abrí ese camino de la misma manera que lo hizo antes que yo Ronald Reagan, o John Glenn, que fue astronauta. Bill Bradley, que fue uno de los mejores jugadores de básquetbol y luego fue senador también lo hizo. A los políticos profesionales no les gustan estos cambios de carrera. Creen que ellos tienen que tener el monopolio de la política, por eso cuando alguien se mete en el juego desde afuera, como lo hice yo, no les gusta demasiado.
—Mirando hacia atrás, ¿cambiaría algo en su vida?
—No. Ha sido tan maravillosa que no cambiaría nada, ni siquiera mis errores, mis fracasos o las subidas y bajadas. Soy un hombre feliz y no intercambiaría mi vida con nadie. Siempre le agradezco a Dios y a Estados Unidos porque no logré las cosas solo, siempre me ayudaron mucho. Creo que llegué al país acertado. Me mudé a la tierra de las oportunidades y ciertamente yo tuve la mía .
—¿Cómo ha sido superar esos errores?
—Duro, pero ahora estoy feliz de tener una gran relación con mi familia, porque no siempre ha sido así. Obviamente Maria ha ayudado mucho para que lo lográramos. Los dos nos hemos comportado como adultos para darles un buen ejemplo a nuestros hijos. Tal vez no nos hemos puesto de acuerdo en algunas cosas y yo he metido la pata en otras, pero tratamos de criar juntos a nuestros hijos y mostrarles que la armonía es posible. Yo puedo ir a su casa a celebrar o ella venir a la mía si es el Día de la Madre, un cumpleaños o Navidad. Nos llevamos muy bien en ese sentido. Después de todo lo que pasó, que lo hayamos podido resolver así me pone muy feliz.
—¿Ha sido una lección sobre el perdonar?
—Ha sido una lección sobre caerse y volverse a levantar, porque todos nos caemos en algún momento, y algunos lo hacen más que otros. La mía fue una caída fuerte y el haber podido levantarme y salir adelante nuevamente ha sido muy importante para mí. Los perdedores se quedan en el suelo y los ganadores se levantan. Por eso para mí todo pasaba por levantarme y decir, ¿cómo podemos hacer para curarnos de nuestras heridas y volver a estar todos juntos? Y eso es lo que hemos hecho desde entonces.
Gabriel Lerman
Especial / La Capital