“La bella y la bestia”: el hechizo de la fábula inmortal
“La bella y la bestia”: el hechizo de la fábula inmortal
Siempre es un buen día para mirar una película de Disney; la magia de sus historias, la espectacularidad de sus imágenes y la armonía de sus canciones lo convierten en una experiencia multisensorial. Así como ya pasaron por la pantalla grande las remakes de clásicos como “El libro de la selva”, “Cenicienta” y “Alicia en el país de las maravillas”, con personajes reales, esta vez, llegó “La bella y la bestia”, el filme estrenado en 1991 que cautivó a varias generaciones. El filme cuenta la historia de un príncipe que fue hechizado por una anciana convirtiéndolo en una bestia, así también como a sus sirvientes, a quienes convirtió en objetos animados. El hechizo sólo se rompe si la Bestia se enamora, pero no tiene todo el tiempo del mundo, sino que deberá ser antes de que caiga el último pétalo de una rosa, que conserva como un tesoro en el ala oeste del castillo. Si bien la historia es cautivante, esta versión no logra realzarla, sino que se torna muy lenta y la duración de 129 minutos es desmesurada, sobre todo si se tiene en cuenta que es un filme para niños. Así también su protagonista, la ex Hermione de la saga de “Harry Potter”, Emma Watson, no alcanza brillantez en su composición, como su talento le permitiría. ¿Los aciertos? La espectacularidad de los bailes, las canciones y la relación entre la “bestialidad” masculina y la delicadeza del universo femenino, exceden la nostalgia y hacen que este cuento de hadas reviva una vez más.
Por Luciana Boglioli / La Capital
“Dos noches hasta mañana”: los amantes pasajeros
Calificación: 3 estrellas
Intérpretes: Marie-Josée Croze, Mikko Nousiainen, Arly Jover y Gabija Siurbyte.
Dirección: Mikko Kuparinen.
Género: Drama.
sala: Del Centro.
No es habitual ver cine finlandés en las salas locales. Por eso "Dos noches hasta mañana" es una buena excusa para incursionar en ese mundo. La segunda película del realizador Mikko Kuparinen en realidad no tiene nada de original, pero es ese tipo de película que se sostiene en los detalles. Caroline es una arquitecta francesa de cuarenta y pico de años que está en un viaje de trabajo en Vilna, la capital de Lituania. En el hotel donde se hospeda se cruza con Jaako, un DJ finlandés algo más joven que está en la ciudad para dar un show. La primera mirada los encandila y los dos terminan, borrachera mediante, pasando la noche juntos. Sin embargo, lo que parecía sólo sexo casual se transforma en algo más cuando los dos se ven obligados a quedarse unos días más en la ciudad porque sus vuelos fueron cancelados. La película tiene referencias obvias al cine de Ingmar Bergman o a la trilogía de Richard Linklater ("Antes del amanecer"). Sin embargo, Kuparinen describe la relación de estos personajes vulnerables y confundidos con una delicadeza poco habitual, buceando en miradas perdidas y dejando espacios para la reflexión del espectador. También se apoya en la gran actuación de la actriz canadiense Marie-Josée Croze ("Las invasiones bárbaras", "La escafandra y la mariposa"), que con pequeños gestos alcanza a reflejar las contradicciones de su personaje.
Por Carolina Taffoni / La Capital
"Entre nosotras": juntas, pero con dudas
Calificación: 2 estrellas
Intérpretes: Margherita Buy, Sabrina Ferilli, Fausto Maria Sciarappa, Alessia Barela y Domenico Diele.
Dirección: Maria Sole Tognazzi.
Género: Comedia dramática.
sala: Del Centro.
Dos mujeres independientes y de buen pasar parecen tener todo resuelto en medio de la belleza romana. Federica (Margherita Buy) es arquitecta y restauradora y Marina (Sabrina Ferilli) es una actriz retirada que ahora dirige un coqueto restaurante casi como un pasatiempo. Pero tras cinco años de convivencia, de gato bengalí sobre la cama, tostadas con café y exquisitos placeres compartidos, también aparecen los baches de la relación. Esas fisuras que pasan más por los roles no asumidos que por la falta de amor. Es que Federica experimentó su faceta heterosexual, es madre y está algo insegura de su elección sexual. Por ahí transitará el caos que plantea María Sole Tognazzi, hija del eterno Ugo Tognazzi. Las dudas comienzan a afectar la confianza de Marina, quien siempre tuvo muy en claro su lesbianismo y hasta lo contará en una revista tipo Caras. No todos tienen ganas de contar con quien duermen, y quizá menos en una Italia cerrada al matrimonio igualitario, aunque la realizadora jamás hace foco en este punto. Lo que sí muestra Tognazzi es a los hombres básicos y estereotipados, como si la complejidad fuera sólo del universo femenino. Las actuaciones son efectivas y sacan apenas a flote a un filme previsible, pero que puede dejar con una sonrisa a muchos espectadores.
Por Pedro Squillaci / La Capital