Pablo Cedrón es un hombre de mil vidas y mil anécdotas, un creador de universos paralelos, como el que materializa en "Romanos", la nueva ficción escrita y protagonizada por el actor que se estrena mañana, a las 22, por I-sat y que fusiona el imperio romano con un ambiente futurista.
El anuncio es tentador: "¿Sin empleo? ¡Romanos es la solución!" En un futuro apocalíptico la única opción de empleo se presenta con traje legionario y muchas fantasías sexuales. La comedia negra de ocho episodios muestra la terrible realidad que viven Garda y Lionel dos amigos, que al quedarse sin empleo, y agotar todas las posibilidades para superar la crisis, llegan a la dependencia estatal donde se ven obligados a realizar una tarea legendaria: satisfacer toda clase de fantasías sexuales de las personas.
Esta mini serie, creada en principio en formato web para cine.ar, viene de ganar numerosos premios en festivales nacionales e internacionales, entre los que está el de mejor guión a Pablo Cedrón y mejor serie web en lengua extranjera en el Festival Internacional Web de Londres, mejor serie web y TV en Biff (Brasil), y tres premios en el Bawebfest (Argentina).
Escrita y protagonizada por el consolidado Pablo Cedrón y dirigida por su primo, Andrés Cedrón, la ficción cuenta con las participaciones de Pablo Plandolit, Gonzalo Urtizberea, Martín Lavine, Gabriel Goity, Alejandra Awada y Rafael Ferro.
Antes del estreno, que será mañana, a las 22 por Isat, y continuará el lunes, 3, martes 4 y miércoles 5, también a las 22, Cedrón dialogó con La Capital sobre su inspiración en el caso de Spartacus para la creación de esta ficción, de su pasado fabricando matracas y gomina, y de su presente en el que fusiona la herrería, la actuación y los paseos a caballo por por paisajes desolados donde encuentra fósiles sin buscarlos.
—Sos el creador y protagonista de "Romanos", que se estrena en la pantalla de Isat pero que ya tuvo su debut en la web. Estás a cargo de todo...
—Como es un proyecto que hicimos con plata nuestra, hacemos todo entre todos, hasta el catering.
—Este personaje se toca con Nelson Gómez, el licenciado en sexo de "Cha cha cha". ¿Cómo nació este proyecto?
—El sexólogo era sólo un pretexto, pero no hice otros personajes relacionados al sexo. Esto surgió diez años atrás, con el caso Spartacus, cuando agarraron a un juez en una especie de prostíbulo de hombres para hombres, donde se disfrazaban y hacían atenciones sexuales a figuras muy importantes. Me pareció un poquito gracioso. Se disfrazaban de hadas, de espartanos. Entonces empecé a crear una especie de sociedad donde todo estaba corrido de lugar: las cosas normales parecían utópicas y las utópicas eran la realidad. Después juntamos plata y filmamos una parte. Hasta ahora hay 8 episodios cortos.
—Sos un adelantado a la tendencias ya que la serie se puede ver en la web desde hace algunos años, antes de que explotase el furor del streaming...
—Hace cinco años que lo hicimos, ganamos muchos premios. Empezamos en cine.ar y nos fue bárbaro. Cuando empezamos a hacer esto aún no se había instalado el tema de la serie web.
—La serie transcurre en un futuro apocalíptico pero al mismo tiempo con ciertas características del Imperio Romano, ¿Cómo convergen estas dos realidades?
—Es en un futurismo pobre, como si fuera "Blade Runner" en Tucumán. Para hacer exteriores usamos maquetas, desde cajas de remedios, hasta otras más elaboradas. Mi personaje y el de Pablo Plandolit son dos desocupados que están en la calle hasta que una máquina proveedora de empleo estatal les consigue trabajo en un lugar donde tienen que satisfacer las fantasías sexuales de la clase media y baja y de las obras sociales.
—Qué buena idea que lo cubra la obra social...
—Sí, lo cubre totalmente, inclusive el material de contraste. Y van apareciendo muchos personajes, Goity, Awada, Ernesto Claudio. Se divirtieron mucho participando. Nos divertimos mucho rodando, incluso la ropa la hicimos nosotros.
—¿Pensás que en un futuro las personas van a requerir de este tipo de servicios?
—Esto no lo sé. Pero ahora veo que la gente hace cosas sexuales que ve en la tele. Los medios están bombardeando todo el tiempo con conductas.
—Como cuando fue el boom de "50 sombras de Grey" que muchas mujeres incursionaron en el sado... ¿A la gente le cuesta liberar sus fantasías?
—Sí, lo mismo pasa en otros ámbitos como en el turismo. Cuando llegan los turistas no tienen iniciativa propia o una fineza discriminatoria para elegir qué ver, se lo tienen que decir. Hay cosas que se ponen de moda porque alguien que la gente tiene por culto lo dice. Todo es una repetición.
—En Japón existe un gran mercado de fantasías, que incluyen desde filmar un video XXX en dos horas, hasta bares swinger, y justamente es el país con más porcentaje de personas vírgenes...
—Sabía que algunas chicas vestidas de animé te ofrecen servicios como apoyar la cabeza en su regazo o abrazarte, pero sin llegar al acto sexual... Y que venden bombachas en máquinas de monedas, quizás en muy avanzado...
—Antes de ser actor hiciste muchas cosas para sobrevivir. ¿Fabricaste matracas?
—Cuando tenía 18 años fabriqué matracas, gomina, hice millones de cosas. Trabajo desde muy chico.
—Venís de una familia de artistas, ¿cuál de todas tus facetas creativas te gusta más?
—He hecho muchos papeles, pero poco que me ha gustado. Lo que más me gustó de mi carrera es haber escrito y filmado mi película "Felicidades" y haber actuado en la película "Aballay", de Fernando Spiner. Y además, haber estado en "Historia de un clan". En este momento no tengo ningún ofrecimiento. Y estamos en tratativas con Francia para que nos subsidien la segunda parte de la serie. Los actores dependemos de que nos llamen. También hago trabajos de herrería en la vecindad, vivo en San Telmo. Y además me gusta pintar. Me gustaría tener trabajo más seguido. Y a varios compañeros les pasa lo mismo. Este trabajo es muy irregular. Somos muchos y hay poco trabajo. Y lo que te ofrecen te tiene que gustar.
—¿Sos muy selectivo a la hora de elegir trabajos?
— Ahora me volví más selectivo. Pero tengo conocidos que han hecho otro tipo de trabajos: algunos actores que trabajan en un castillo medieval en el conurbano, muy berreta, vestidos de hombre lobo o de Frankenstein, asustando a la gente. Como fui varias veces a mirar, hasta me di cuenta que el traje de hombre lobo estaba hecho con un disfraz de la pantera rosa viejo, pintado de marrón.
—¿No llegarías hasta ahí?
—No, me da fiaca. Igual hice cosas raras. En Río Negro hice de Papa Noel para Casa Tía. Lo cierto es que en esas situaciones uno conoce muchas cosas. En general, las cosas que me gustan son muy particulares, por ahí me voy a Santa Cruz y me quedo en el campo dando vueltas a caballo durante días. Me gustan los paisajes que parecen desolados, encontrar fósiles en el camino sin buscarlos.
"Me gustan los paisajes que parecen desolados, encontrar fósiles en el camino sin buscarlos", dijo Pablo Cedrón.