A pocas semanas de emprender una nueva gira europea que arrancará con una presentación junto a la Orquesta Filarmónica de Hamburgo, el grupo de tango 34 Puñaladas viene a Rosario para presentar su último trabajo "Historias del humo", esta noche, a partir de las 21.30, en El Aserradero (Montevideo 1518). El disco rescata gran parte del nuevo repertorio tanguero y recorre el panorama actual de la música y la poesía de Buenos Aires con una formación clásica de guitarras y cantor al frente. "Es nuestro séptimo disco, en donde hacemos un recorte del panorama actual del tango, a través de compositores contemporáneos que están vivos. El más grande es el Tata Cedrón pero también hay un tema de Javier Martínez del grupo Manal - "Porque hoy nací"- que lo llevamos más para el lado de la milonga zitarroseana", dice Lucas Ferrara, quien tiene a su cargo el guitarrón, en la formación que completan Alejandro Guyot en voz y Maximiliano Cortez, Edgardo González y Juan Lorenzo en guitarras.
"Nos tomamos esa licencia -agrega- porque somos de la cultura del rock, no renegamos de eso, y encontramos que hay poesías muy tangueras y muy ciudadanas, hay compositores como el Indio Solari o Spinetta que tienen mucho de tango".
"Somos todos compositores y arregladores, la música que tocamos es de todos. El año que viene cumplimos 20 años y tuvimos varias etapas: en la primera hicimos tangos clásicos de la década del 20 y el 30, luego una etapa como compositores, y ahora la idea es revisitar el panorama de tango del siglo XXI de compositores y poetas que son contemporáneos", explica Ferrara.
—Hay una idea de que el tango actual no llega a alcanzar la profundidad y calidad de lo que se hizo en el siglo pasado. ¿Qué hay de cierto en eso, en especial en cuanto a la ausencia de nuevos compositores?
—Si es mejor o peor es difícil decirlo, porque cada música refleja el momento que estamos viviendo. Nunca intentamos competir con los grandes compositores de la época dorada del tango, esa música está ahí, lo que queremos es contar lo que vivimos en la ciudad de Buenos Aires hoy. Pero que no hay mucha cantidad tampoco es verdad, lo que no hay es presencia en los medios, por eso mucha gente no se entera de las cosas que están pasando. Sólo basta salir una noche en la semana en Capital y tenés shows de música de compositores nuevos todos los días, lo que sí no hay una difusión masiva porque los medios están en otra cosa.
—Sin embargo las milongas tienen mucha popularidad?
—Es cierto que hay como una especie de desfasaje entre el baile y lo que es la música y la poesía del tango, pero cada vez hay más cruces. Nosotros tocamos hace poco en una milonga, hicimos nuestros temas, tangos nuevos, y tuvimos mucha repercusión. Es cierto que el milonguero tradicional por ahí prefiere los clásicos, pero en la noche de la milonga también tocan grupos en vivo. En los músicos hoy hay una mayor apuesta por lo nuevo que en el baile, pero ya se está dando ese cruce.
—¿Y por donde pasa hoy lo nuevo del tango?
—Es difícil hacer un análisis técnico de eso. Hay quienes usan elementos de música contemporánea, otros más tirando al sonido clásico, pero es cierto que todos nosotros por una cuestión generacional hemos mamado la cultura del rock, y que también por esto de la globalización hemos conocido músicas de todos los lugares del mundo, cosa que no ocurría con los compositores y arregladores del siglo pasado. Hay una frase de Miles Davis que decía que el sonido del choque de un auto en la calle es distinto en los 50 que en los 80, sólo por el hecho del cambio de materiales con los que están construidos. El sonido de la ciudad hoy es diferente, hay un paisaje sonoro muy distinto.
— ¿En ese cambio sonoro entra el tango electrónico?
—Yo no quiero desmerecerlo, pero a mí no me gusta mucho, y creo que ya pasó la cosa del tango electrónico. No lo siento tango porque es como que tiene otra pulsación, lo veo más como música electrónica. Por ahí tiene un bandoneón sampleado o nombran a Buenos Aires, pero eso no lo convierte en tango. Para mí está pasando esa moda, salvo en la cortina de algún noticiero, en las milongas ya no hay tango electrónico. Por ahí es algo que pegó en Europa porque allá la música electrónica tiene mucha difusión y está bueno que mucha gente joven haya parado un poco la oreja. Pero sinceramente a mí no me emociona para nada y me parece que hay música electrónica más elaborada, para mí es un poco básico, uy, creo que me gané un montón de enemigos (risas).
—O sea que se puede ser moderno sin ser eléctrico.
—El tema de viejo o nuevo no pasa por los instrumentos que usás. Nosotros somos una formación muy clásica con cuatro guitarras y un cantor y lo que intentamos hacer de novedoso está más en el lenguaje musical, en las cosas que decimos, en los acordes que tocamos. Hay otros grupos como la Orquesta Fernández Fierro que es súper contemporánea y son una formación clásica, no hay ninguna guitarra eléctrica ni una batería. El hecho de que haya una batería electrónica no lo hace sonar más nuevo, incluso puede ser todo lo contrario.