"El poder de la moda", venganza y traición
"El poder de la moda", venganza y traición
Calificación: ****. Intérpretes: Kate Winslet, Liam Hemsworth. Hugo Weaving , Sarah Snook, Judy Davis, Caroline Goodall. Dirección: Jocelyn Moorhouse. Género: Drama. Salas: Del Centro, Hoyts, Monumental, Showcase, Village.
Multigénero, densa y por momentos, muy pero muy bizarra. Es imposible encasillar a "El poder de la moda" en un sólo género: romántica, thriller, drama, las opciones son infinitas. Y es lo mismo que desconcierta, lo que seduce, porque cuando todo amenaza con sumergirse en un drama denso sin un ápice de alegría, aparece una anciana comiendo unos brownies con marihuana o mejor aún, un policía que ama acariciar plumas de pavo. Así de extraño y satírico es este filme situado en un pueblo australiano en la década del 50, donde todo parece funcionar armoniosamente.
Con la gran Kate Winslet a la cabeza, la película abre el abanico a temáticas tan variadas como profundas: la maldición, el olvido, la demencia, el abandono, la soledad, la hipocresía, los mandatos familiares, el romance, la venganza y por supuesto, la moda.
"Tilly" regresa a su pueblo natal para reencontrarse con su madre que está muy enferma (excelente trabajo de Judy Davis) y allí comienza a desentrañar años de mentiras que la involucran en un asesinato. Y se reencuentra con un viejo amor, interpretado por Liam Hemsworth, el futuro esposo de Miley Cyrus en la vida real, que le aporta una buena dosis de sensualidad a esta película que, muy sutilmente, conduce un viaje hacia la liberación y la transmutación interior.
Por Luciana Boglioli
"Il nome del figlio", la amistad en el tapete
Calificación: ****. Intérpretes: Alessandro Gassman, Luigi Lo Cascio, Rocco Papaleo, Micaela Ramazzotti y Valeria Golino. Dirección: Francesca Archibugi. Género: Comedia. Salas: Del Centro y Showcase.
La amistad y el paso del tiempo no siempre se llevan del todo bien. Hay quienes cambian por obsesiones privadas, otros por ambiciones desmedidas e incluso no faltan los que nunca tuvieron en claro cómo querían ser en la vida. Y también hay quienes, esencialmente, no cambian nunca. “Il nome del figlio”, la remake italiana del filme francés “Le prénom”, plantea esta disyuntiva en el marco del vínculo de Betta, su hermano Paolo, el esposo de Betta (Sandro) y Claudio, un amigo entrañable. Todos se conocen desde pequeños menos Simona, la mujer de Paolo, quien también sabe vicios, virtudes y algunos secretos del grupo. La situación caótica se dispara cuando Paolo, en medio de una cena cálida y distendida como toda reunión de amigos, confirma que Simona está embarazada y que ya han decidido qué nombre llevará el varón. Ambientada en la Roma actual, la buena nueva cambia de eje cuando dice que el nombre es Benito. Sus amigos piensan que es otra broma suya, pero cuando ratifica que ya es el elegido y no hay marcha atrás, explota todo. La primera referencia nefasta es el dictador Benito Mussolini, y a partir de allí se desata un debate ideológico que de a poco arruina el estofado hasta tornarlo en absolutamente indigesto. Lo que nadie imagina es que el nombre de ese bebé será un tema insignificante comparado con las revelaciones que surgirán en el calor de la charla y de las peleas, que por momentos tomarán ribetes violentos. Pero más allá del desenlace de esta historia, por la cual nadie saldrá de esa cena igual que como entró, lo más reconfortante es el tratamiento de los códigos de amistad. La metáfora que sobrevuela es que hay lazos que pueden dañarse o deshilacharse, pero si el vínculo es fuerte, no se rompe nunca.
Por Pedro Squillaci
"El conjuro 2", los cazafantasmas
Calificación: **. Intérpretes: Patrick Wilson, Vera Farmiga, Frances O’Connor, Madison Wolfe y Simon McBurney. Dirección: James Wan. Género: Terror. Salas: Monumental, Showcase, Village y Hoyts.
Después del éxito de “El conjuro” (2013), el director malayo James Wan volvió sobre los pasos de Lorraine y Ed Warren, la famosa pareja que se encargaba de casos paranormales en la década del setenta. Esta vez la dupla debe investigar extraños sucesos en una destartalada casa del norte de Londres, donde sobreviven como pueden una madre y sus cuatro hijos. El drama se desencadena cuando la hija menor empieza a ver y a comunicarse con el temible fantasma de un anciano que habita la casa. “El conjuro 2” tiene el gancho de estar basada en “hechos reales”, y el director es muy hábil en ese sentido: apela a una realismo con un look setentoso, intentando recuperar la atmósfera de clásicos como “El exorcista”, y nunca cae en lo truculento o en la violencia sádica. El problema es que los recursos que elige se han visto mil veces en el cine de terror, entonces ya no asustan. La silla que se mueve sola, el crucifijo que se da vuelta, la niña que habla con voz de monstruo, el juguete de apariencia diabólica... son trucos que atrasan demasiado, y ni hablar si se repiten a lo largo de 133 minutos. Hacia el final la película ensaya una vuelta de tuerca que aumenta la tensión, pero todo se desmorona a los pocos minutos con un final previsible y almibarado.
Por Carolina Taffoni