Hay veces que en un juego de la infancia aparece algo que puede marcar una vida para siempre. Existen incontables historias de amigos, que comenzaron pateando una pelota y terminaron juntos en una cancha en un torneo de primera. El Chancho y Caio jugaban juntos al fútbol en Leones, pero además jugaban a armar canciones. "El me tiraba una letra y yo le hacía una melodía", cuenta Viale, desde la redacción de La Capital, como quien cuenta que alguien le tiraba un centro para que él cabeceara.
A medio metro, detrás del estuche de su guitarra, se asoma "De mi raíz", el primer trabajo en el que el autor cordobés residente en Rosario plasmó en un disco aquellas travesuras con Néstor "El Chancho" Merigo. Hoy, a las 21.30, en el teatro de Plataforma Lavardén (Sarmiento y Mendoza) y con entrada gratuita, Caio muestra en vivo los temas de ese registro, atravesado por el folclore y la poesía de buena madera. Hay juegos que marcan una vida y echan raíces. Y lo más luminoso es que, en el mejor de los casos, se convierten en canciones.
"De mi raíz" contiene 11 canciones —en donde Viale toca todos los instrumentos y hace todas las voces— de las cuales 6 son letra (poesía), de Néstor Merigo, una con textos de Adino Merigo, tío inspirador de Néstor, que no en vano se llama "Raíz"; tres clásicos: "El arriero", "El mensú" y "Puente Pexoa", que Caio supo garabatear en sus años mozos; y una nueva versión de "Aún tu recuerdo", ya grabada en el primer disco homónimo de Viale de 1987, en una impecable versión "beat", como le gusta llamar al autor.
La esencia de este trabajo es netamente folclórica. "La lluvia entre los escombros" es una zamba sentida, ideal para abrir el disco. En la misma sintonía se destacan otros aires de zamba, como "La soñada" y "Mujer de río", y la huella "El diablo en la catedral", sin menospreciar "Capullo abierto al viento joven" y "Mujer de río", en el que la sensualidad femenina se confunde con la muerte que "andaba en el aire".Todas son producto de aquel juego entre El Chancho y Caio.
A la pregunta si llegó al folclore para quedarse, Caio responde con un: "Eso es todo un tema". Y explica: "Después de tocar música clásica de chiquito hice folclore, vino la revolución de Los Beatles y luego fui incorporando otras cosas más. Pero el exilio, concretamente, esos ocho años fuera de mi país, si me marcan musicalmente y estilísticamente es hacia la necesidad de decir de dónde soy, de mi raíz". Y sin darse cuenta lanzó el título de su disco, como quien sopla algo a otro al oído, pero no por contarlo en voz baja significa que sea menos importante.
Esa raíz musical tiene varias ramificaciones, y una es la sinfónica. "A cada director nuevo que llega de la orquesta provincial, me presento porque tengo muchas obras escritas para orquesta. En el caso de David del Pino Klinge (en referencia al actual director de la Sinfónica Provincial de Rosario) le llevo cinco obras y se queda con dos. Cuando voy a El Círculo veo el programa de 2016 y no encuentro mi obra, hasta que llego a uno de los conciertos más importantes, que es el de fin de año, y leo a los autores: De Rogatis, Ginastera, Piazzolla, Viale. De la alegría que me dio le dije a una señora que estaba al lado mío, «éste soy yo», no sabía a quién contarle", recordó con una sonrisa de oreja a oreja.
En momentos de grieta política, Caio Viaje siente que "De mi raíz" es casi una declaración de principios: "Y claro, lo he pensado mucho, después de ver esta grieta que me sigue amargando, creo que está bien hacer lo que hago, en salvaguarda de uno mismo. No puedo ponerme a gritar en una esquina por qué votaste a quien votaste, pero lo mío va por el lado del hacer. El mejor legado que puedo dejar como padre, docente y artista es hacer bien las cosas. Y aún contra viento y marea, hay que seguir con la de uno". Y no hay dudas que al hacer "la de uno", Caio siente que hace la de todos. Por eso sus canciones no sólo son música y letra, sino espejos en donde reflejarse. Quizá, en alguno de ellos, se encuentre él mismo, en una canchita con El Chancho, jugando a improvisar melodías.