La Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (Daia) tiene flamante presidente: Ariel Cohen Sabban. Con la premisa de abrirla a toda la sociedad argentina y federalizarla, en una entrevista con La Capital, el rosarino con oficina en el séptimo piso del emblemático edificio de Pasteur 633 celebró que el nuevo gobierno de Mauricio Macri haya anulado el protocolo de entendimiento con Irán. Se mostró entusiasmado con el nuevo clima político que "genera expectativas" y contó que están trabajando con el Ministerio de Justicia en la hasta ahora fracasada investigación por los atentados de hace ya casi un cuarto de siglo.
Cohen Sabban, a su vez, fustigó el voto positivo de la Argentina en Naciones Unidas del proyecto Palestina Ocupada. "Israel es el Estado del pueblo judío, pero la Daia representa los intereses de la comunidad judía en la Argentina", definió. Creada en 1935 con el objetivo de luchar contra el antisemitismo y toda forma de discriminación, la institución fue incorporando temas de inclusión, género y diversidad y comenzó a vincularse con otras organizaciones.
—¿Avanza o retrocede el clima antidiscriminatorio en la Argentina?
—La Argentina no es un país antisemita, aunque todos tenemos algunos tips incorporados del tipo "hoy trabajé como un negro", los judíos y el dinero, los tanos, gallegos y demás. En la Daia tenemos convenios de capacitación con empresas donde tratamos temas de género, vocabulario, ambiente y todo tipo de discriminación.
—Qué rol novedoso pretende para la Daia?
—Abrirnos más a la sociedad argentina en su conjunto y federalizar nuestro trabajo: que ya no sea sólo que "Dios atiende en Buenos Aries". Pretendemos que atienda en todo el país y nos reunimos con los gobernadores.
—Durante toda la etapa política anterior, se posicionó como una organización crítica, opositora al gobierno nacional. ¿Debe esperarse ahora una Daia oficialista?
—Primero: la Daia no tiene ni debe tener banderas políticas partidarias. No somos oficialistas ni opositores, trabajamos con todos. Nuestra visión es velar por la seguridad de comunidad judía, luchar contra todo tipo de discriminación y trabajar por una sociedad donde prime el respeto y no sólo la tolerancia, que es una palabra que no nos alcanza.
—¿Tolerar es poco?
—Queda corta esa idea para la Argentina, luego de 33 años de democracia. Estamos en condiciones de dar un salto cualitativo en el respeto a la diversidad, la diferencia, que incluso puede sumar. Lo diferente no divide ni resta.
—¿Cómo la están pasando hoy las instituciones de la comunidad judía en la Argentina?
—Con el cambio de gobierno hay otro clima, ni mejor ni peor, diferente. Eso sí: vemos con muy buenos ojos que Macri haya dado por terminado el protocolo de entendimiento con Irán, un instrumento que no llevó a la verdad ni a la justicia. A la vez, seguimos con problemáticas sin resolver: seguridad, esclarecimiento de las causas por el atentado y la muerte del fiscal Alberto Nisman. Son temas que continuaremos reclamando y colaborando, si nos lo piden.
—Cuando se reunieron con Macri, ¿qué le pidieron?
—Lo nuestro es fe, esperanza y paciencia. Pero también sepamos que si un país tiene justicia lenta, no hay justicia, no ve el presente, y no puede proyectar el futuro. En esta etapa trabajamos con el Ministerio de Justicia y, como argentinos, queremos que nuestros hijos vivan en este país.
—¿Qué balance hace del recorrido jurídico de la investigación de los atentados a la embajada y la Amia?
—Difícil remontar una investigación luego de más de 20 años. Hubo personajes (no dice cuáles) interesados en que nunca se esclarezca. Las víctimas no pueden quedar impunes.
—La Daia jugó un rol orientativo en la investigación, apostó a la pista iraní, descartó otras, pero resulta que por ese lado nunca se avanzó.
—La Daia no tiene que investigar sino la Justicia. Sí tenemos nuestras interpretaciones, a veces diferentes. Pero somos respetuosos de la Justicia, que con mucha claridad estableció que el responsable del atentado es la República Islámica de Irán, el Hezbolá y distintas personas, algunas de ellas candidatos a presidente en los últimos años en Irán.
—¿Qué es más importante para la Daia: los intereses de las asociaciones que representa de la comunidad judía argentina o el interés estratégico y geopolítico del Estado de Israel?
—La Daia es una organización argentina que representa a la comunidad judía de este país y también tiene muy claro que el de Israel es el Estado del pueblo judío. Es un orgullo. Lamentablemente, el pueblo judío pagó un precio muy caro por no tener un Estado. Por eso lo vamos a defender a ultranza. Eso no significa que seamos más o menos argentinos. Hay otras colectividades en el país que tienen en su corazón su lugar de nacimiento, sus orígenes. La comunidad judía también lo tiene.
Un desencuentro con el gobierno
La corta trayectoria del gobierno de Mauricio Macri, a pesar de la afinidad con la Daia, ya trajo un desencuentro con la representación política de la comunidad. Fue a propósito del voto afirmativo de la Argentina, el 11 de abril pasado, del proyecto llamado Palestina Ocupada (finalmente aprobado por el consejo ejecutivo de Naciones Unidas), referido a intervención de Israel sobre la ciudad de Jerusalén. Al respecto, Ariel Cohen Sabban, presidente de la Daia, le reclamó a la canciller Susana Malcorra por el voto argentino y le expresó la "preocupación y malestar de la comunidad judía" en el país.