Desde marzo pasado, cuando se comenzó a implementar el programa municipal Rosario Emprende, más de 2 mil rosarinos se capacitan y muchos ya comenzaron a desarrollar sus propios emprendimientos. En un contexto de ajustes y despidos este plan, que acaso se gestó como una forma alternativa de generación de ingresos, resulta una herramienta de subsistencia para cientos de familias.
A partir de la creación de la Secretaría de Economía Social, el municipio de Rosario "concentró y centralizó las herramientas de asistencia económica y capitalización y las unificó en un solo programa, de manera que no haya tanta variedad, con presencia en cada uno de los distritos", explicó el titular del área, Nicolás Gianelloni.
Así, un total de 120 trabajadores de la cartera asesoran, capacitan, hacen el seguimiento y control de cada emprendimiento, de manera que los productos que llegan directamente a los consumidores y ferias sean seguros y de calidad.
Para los que recién se inician en el camino del emprendedorismo, el programa ofrece una primera instancia de capacitación llamada ABC, que tienen una duración de dos meses, con una clase semanal intensiva. Esta formación "brinda herramientas básicas para los primeros pasos y se dicta en los mismos distritos", acotó Gianelloni.
A lo largo del cursado, los emprendedores reciben un subsidio de hasta 6 mil pesos, "para ir comprando insumos, o costear el tiempo que no están trabajando y están capacitándose", agregó.
El ABC tiene una segunda fase, también de dos meses de cursado, donde se brindan conocimientos más especializados "para los que empezaron a comercializar tanto en redes como en negocios, ferias y mercados. Se diagraman planes, marketing digital, se ofrecen herramientas para que se termine de consolidar el emprendimiento".
En esta instancia los cursantes reciben un aporte de hasta 20 mil pesos "para que puedan hacer algún tipo de inversión en tecnificación, maquinaria, materia prima, de manera que mientras se capacitan, vayan capitalizando".
El Rosario Emprende contempla una tercera etapa de desarrollo, que involucra el desarrollo de proyectos y financiamiento por montos mayores, con obligación de devolución.
En ese sentido, "estamos trabajando en conjunto con el Ministerio de la producción de la provincia, para armar un fondo rotatorio que nos permita financiar iniciativas que tengan que ver con aumentar la escala de negocio o hacer una inversión para llegar a clientes que no se llega", señaló Gianelloni.
Comentó que los desarrollos más comunes en marcha son los que tienen que ver con diseño, indumentaria, bijouterie, artesanías y producción de alimentos con productos orgánicos, vegetarianos, gourmet, dulces, salsas y panificación.
También hay emprendimientos relacionados con la recuperación del plástico, de basura informática, vidrio, y también cooperativas. Cada vez más se suman emprendedores con oficios como gasistas, electricistas, plomeros, a quienes se los forma "para que entiendan la lógica de cómo insertarse en el mercado competitivo", indicó.
"Nos preocupa que el 60% de los que ingresaron, entre los que recién inician y los que ya están feriando, lo hacen por una necesidad de trabajo y de ingresos. No emprenden como un segundo ingreso para complementar, sino como un sustento de su familia", observó Gianelloni.
"Ello habla de la situación social y del empleo en la ciudad. Si bien uno podía prever esto, el programa buscó paliarlo y es una herramienta más del municipio como política de inclusión social".
Según las estadísticas de la Secretaría de Economía Social, el 59% de los emprendedores declara que su desarrollo es el ingreso principal de la familia y un 75% buscan los beneficios del programa con un sentido de autoempleo y el 72% de los beneficiarios son mujeres. "Ello habla del espíritu emprendedor de las mujeres y tiene que ver con la organización familiar y los vínculos: lograr trabajar, en casa, con sus hijos y produciendo".
Previendo una "profundización de la desigualdad, estamos pensando políticas integrales. Por eso el 2017 nos va a encontrar con las áreas sociales muy activadas, trabajando en los barrios más vulnerables, y de hecho ya lo estamos haciendo", enfatizó el funcionario.
Además del Rosario Emprende, "tenemos distintos centros para emprendedores en los barrios como Molino Blanco, Casiano Casas, Las Flores; más de cinco parques huertas donde se hace producción agroecológica donde se les dan las semillas, la tierra, las herramientas, los asesoramos técnicamente".
"La idea es tratar de fortalecer eso. El camino va por ese lado: para el desarrollo de los emprendedores nuevos y a los ya iniciados poder insertarlos en el mercado del Patio de la Madera", dijo, en alusión al proyecto de un paseo comercial con una inversión provincial de más de 60 millones de pesos, con el aporte del municipio.
Detrás de cada producto hay una historia de vida y de lucha. "Tenemos casos de carreros que han dejado de recuperar basura a caballo y que hoy están haciendo un servicio de catering", ejemplificó Gianelloni y destacó que en los últimos dos meses "se ha incrementado la gente que se acerca a los distritos".
Ello refleja "un crecimiento de la economía popular, que en esta situación de inflación e incremento de precios tiene mucho para decir porque al ser productores de una cadena muy corta, hoy las ferias son competitivas en cuanto a precios y calidad". Además, "cuando vas a ese lugar, estás comprando a tu vecino", destacó.
La Secretaría de Economía Social promueve además talleres laborales y las tradicionales ferias en todos los distritos. El calendario y lugares pueden consultarse a través de twitter en @EcSocialRosario.
"Desde el Estado tenemos que prever y anticiparnos a la realidad social y en este caso al crear una Secreetaría de Economía Social se pensó en luchar contra la desigualdad, trabajando políticas sociales con herramientas y no desde un rol paternalista o clientelar sino para empoderar al sujeto para que pueda salir adelante ", concluyó Gianelloni.