Se develó el misterio. Newell's tiene nuevo presidente. Eduardo Bermúdez se impuso en la multitudinaria contienda electoral de ayer y conducirá por cuatro años los destinos rojinegros. Los casi 10 mil socios que asistieron a las urnas en la soleada jornada de domingo, justo en el Día del Padre, avalaron la propuesta del Movimiento Rojinegro Querido. Mientras que las otras cinco agrupaciones aceptaron sin chistar los resultados de unos comicios en los que no hubo ninguna sospecha de alteración de la voluntad de los asociados. Fue un día intenso en el Parque, en el que primó la participación democrática, con los seis candidatos al pie del cañón para tratar de convencer a los indecisos hasta último momento. Y el festejo final fue de Bermúdez, que cerca de las 21 estalló de júbilo junto a sus seguidores en el búnker de calle Pellegrini. Una nueva era comenzó en el Parque. Bermúdez es el nuevo líder.
Con un incesante flujo de socios que concurrieron a votar desde las nueve de la mañana, ávidos de participar de los comicios, la fila para ingresar al estadio cubierto siempre fue nutrida. Tuvo sus picos máximos cerca del mediodía y también un par de horas antes del cierre de las mesas, previsto y respetado a rajatabla a las 18. A esa hora las fuerzas de seguridad ubicaron herméticamente las vallas sobre los accesos y empezó la vigilia para conocer los resultados del escrutinio.
Empezó a caer la noche y el grueso de los militantes de las agrupaciones se instalaron frente a la puerta principal del Palomar. La mayoría de los candidatos dialogaban entre ellos, siempre atentos al celular y a las novedades que les iban comentando los fiscales desde el interior del club.
La apertura de las urnas marcó de arranque la excelente performance de Eduardo Bermúdez, que se fue consolidando mesa a mesa, hasta que ganó de manera notoria en la urna de los socios vitalicios y la diferencia a partir de allí ya fue prácticamente indescontable.
Así, cerca de las 21, la buenas noticias ya invadían el búnker de la agrupación Rojinegro Querido, sobre avenida Pellegrini, frente al Coloso. La suerte estaba echada. Eduardo Bermúdez era el ganador indiscutible de la noche, con 2.803 votos. Los rostros de sus contendientes lo decían todo, que lentamente fueron levantando campamento del Parque y se retiraron felices de participar, pero sabiendo que las urnas le dieron la espalda. Un dato para destacar fue la enorme elección de Luis Facciano, de Futuro Leproso, que llegó a los 2.471 sufragios y terminó en un cómodo segundo puesto.
"Estoy muy emocionado, pero con mucha responsabilidad. No es fácil ser el presidente de un club", fueron las primeras palabras de Bermúdez, rodeado del clamor de sus seguidores. Con su experiencia dirigencial sabe que deberá reencauzar rápido el rumbo futbolístico, el área por lejos más sensible del club y lo que motivó el adelantamiento de las elecciones a seis meses de vencer el mandato.
La realidad es que ese clamor de cambio dirigencial y futbolístico absoluto que surgió tras la última derrota en el clásico en febrero, que obligó a Jorge Riccobelli y compañía a adelantar los comicios, pareció no ser tal ayer en cuanto a la voluntad de los socios. Ya que Bermúdez fue vicepresidente de la primera gestión de Guillermo Lorente y manifestó en esta campaña que Diego Osella contaba con grandes chances de seguir en el cargo, al igual que Carlos Picerni, coordinador de inferiores. No apeló a un cambio radical y las urnas lo respaldaron con solvencia. La era Bermúdez ya está en marcha.