Después de dos años de correr a la sombra de Lewis Hamilton en Mercedes, Nico Rosberg se dio el enorme gusto de conquistar el campeonato mundial de Fórmula Uno, a los 31 años y luego de 10 compitiendo en el máximo nivel. Y unos días después conmocionó con una noticia aún más impactante: su retiro. Curioso el caso del apellido Rosberg, el segundo de un hijo de padre también campeón y el primero en que ambos lo fueron por única vez, ya que Damon Hill fue el monarca del 96, mientras que su papá Graham lo hizo dos veces, en 1962 y 1968. Es que Keijo Rosberg se consagró en 1982 habiendo ganado un solo Gran Premio, con un motor aspirado en plena era de revolución de los turbo, y que tuvo aún más significado para el automovilismo argentino: ese título bien pudo ser para Carlos Alberto Reutemann, quien desencantado por el golpe del que perdió en 1981 decidió dejar la F-1 en ese 82 luego de dos carreras.