"Pienso que la vida es bella, bonita. La vida es nuestra y como la construyamos la viviremos. Seamos buenos con nosotros mismos y regalémonos varios tiempos libres, valiosos tiempos recreativos y placenteros tiempos de ocio, para poder vivir una vida más atractiva", dice la profesora María Cristina Cortés en la presentación de su libro "El tiempo libre y el juego en la educación. Propuestas pedagógicas". La expresión no es solo un buen deseo, sino la convicción de por dónde debe transitar también la enseñanza.
Una alegría contagiosa distingue a María Cristina, a quien le gusta presentarse como maestra, profesora de educación física y quien también estudió psicología social. Tiene 46 años en la docencia, 38 de esos años enseñando en el Instituto Superior de Educación Física (Isef) Nº 11 de Rosario. Ya jubilada sigue entusiasmada dictando cursos, compartiendo saberes en la universidad y donde la inviten a intercambiar buenas prácticas de la docencia. "Siempre se está aprendiendo", desliza como al pasar sobre una premisa que define su oficio.
Cuenta que cuando se recibió —por los años 70— hablar de juego, recreación y ocio en la enseñanza significaba que la miraran con cierta distancia. Sin embargo, desde su lugar en la educación física logró enseñar sobre recreación y especializarse en el tema. Buena parte de esa experiencia construida y compartida, ahora está en su libro recientemente editado por Homo Sapiens. A principios de octubre lo presentó en la Escuela Normal Nº 1 y proyecta repetir esa puesta en público a principios del año que viene en el Isef Nº 11.
"El tiempo libre es inherente a toda la educación", afirma luego de lamentarse que ese tema no sea parte de los planes de estudio de todas las carreras de formación docente, como lo es en la de educación física. En ese sentido el libro de su autoría conforma un punto de referencia no sólo para los estudiantes del Isef sino de otras carreras, docentes y directivos.
En charla con La Capital, apunta que la enseñanza del tiempo libre representa un reto, primero para superar la "culpa" de quienes no saben qué hacer cuando no están trabajando o y luego para que no se vuelva angustiante: "Hay que dar unas pautas para que el sujeto aprenda, para que ese tiempo libre no sea algo angustiante ni algo que paraliza". Y es aquí, cuando el tema aparece en el ámbito de la educación, que María Cristina Cortés aporta propuestas pedagógicas para abrir horizontes, "un abanico de posibilidades, de recursos que sean bien interesantes".
"Pienso —profundiza— que hay una tríada que todo ser humano tiene que tener: el tiempo de juego, el tiempo de trabajo y el tiempo de recreación. El trabajo es algo necesario en el ser humano para sentirse útil con él y con la sociedad; es poder abastecerse a sí mismo. El tiempo del juego es poder entrar al mundo del como si, por eso el tiempo del juego en el niño es aprendizaje, en el adolescente es afirmación de su personalidad, en el adulto es una compensación y en el adulto mayor es un encuentro con el ayer y un disfrute con los nietos". Y sobre la recreación marca que debe "ser libre y espontánea, permitir un goce y dejar un sedimento positivo".
Para Cortés la mirada lúdica es sustancial para afianzar los vínculos y construir aprendizajes, es así que afirma que "el juego es el encuentro con el otro, es el percibir al otro, es aceptar las reglas del juego, aceptar ganar y perder".
La educadora defiende el concepto aristotélico del tiempo de ocio, al asociarlo "a un estado de acción contemplativa, un estado del alma, de encuentro con uno mismo, y al que muchos prefieren escapar para no entrar en preguntas propias".
Qué pasa cuando el tiempo libre es confundido con la necesidad de "llenarlo" de actividades. Una situación corriente para los más chicos que ven sus "agendas diarias" repletas de tareas. La profesora opina que muchos adultos ven en eso la oportunidad de darles a los chicos y a las chicas todo lo que a ellos no les dieron. "Entonces —continúa— van a patín o a danza pero no se les pregunta qué quieren hacer". Dice que junto a esa posibilidad de decisión debe ir el acompañamiento para que "ese niño, adolescente o adulto no entre en el túnel oscuro de no saber qué hacer".
Sobre el libro
"El tiempo libre y la recreación en la educación. Propuestas pedagógicas" abarca doce capítulos que van desde las definiciones de estos conceptos sobre el juego y las problemáticas propias que invitan a debatir en la educación. También una síntesis del recorrido histórico del tiempo libre y del tiempo de ocio desde la Edad Antigua hasta la actualidad, siempre desde una perspectiva de los derechos. Otro apartado está íntegramente dedicado a la recreación, tanto de lo que representa en términos de valores, como el impacto que tiene en las dimensiones sociales y educativas. El capítulo siguiente es casi una consecuencia del anterior: la autora lo destina a hablar de la recreación en la formación docente, además de aportar ideas para proyectos de trabajo.
Casi pasando a la acción el libro dedica un buen espacio al "Gran tiempo del juego" también con sustentos conceptuales y propuestas para llevar adelante. Los capítulos que siguen hablan del trabajo en las colonias de vacaciones, desde la organización a las oportunidades de aprendizaje. Y además hay un espacio dedicado al juego con las palabras.
"Hay que saber disfrutar del juego, será que a dónde voy lo llevo. Que no sólo jueguen los niños sino también los adultos", comparte María Cristina Cortés.
Reflexiones sobre la memoria afectiva, la práctica y las discusiones del oficio
En las palabras preliminares del libro "El tiempo libre y la recreación en la educación. Propuestas pedagógicas", su autora, la profesora María Cristina Cortés, repasa que la elección del tema respondió a una deuda que tenía como docente: compartir su práctica y reflexiones. Por eso el tema elegido fue sencillo de resolver y le permitió "entrar a bucear en la memoria afectiva, en los tiempos de estudio, en los laborales, en las charlas y discusiones con colegas y alumnos". "Me permitieron —continúa— conformar el aprendizaje sobre el tiempo libre y entender, comprender, vivir el tiempo libre, el tiempo de ocio y el tiempo de recreación, porque lo que no se vive no se palpa, no se entiende, es difícil de comprender y de trasmitir".
La obra suma al recorrido conceptual que hace la docente sobre juego, tiempo libre y recreación, una buena cantidad de sugerencias para desarrollar tanto desde las competencias propias de la educación física como de cualquier otro lugar de la enseñanza.