"Tuve dos situaciones de robo en el banco, ambas con disparos, pero esto fue mucho más angustiante porque tomaron mi casa por más de una hora, me pegaban, me seguían pegando y no se iban". Con hielo sobre su rostro inflamado, Juan Carlos Delicia, tesorero de la sucursal del Nuevo Banco de Santa Fe en Acebal, contó la pesadilla que vivió la madrugada de ayer en su casa cuando cuatro delincuentes lo retuvieron junto a su esposa y su hijo. "Cuando se convencieron de que no había más dinero se llevaron la llave de mi auto, caminaron hasta la casa de mi madre (donde estaba el vehículo) y se lo llevaron", rememoró Juan Carlos. Además del auto, un Ford Focus gris, los ladrones se llevaron joyas, 45 pesos y mil dólares.
La familia Delicia reside en una vivienda de dos plantas en Sarmiento al 900, en el noroeste de Acebal, y Juan Carlos es conocido por ser el tesorero de la sucursal del Banco de Santa Fe. Tiene 42 años de bancario y en 14 días comenzará la fase final de su jubilación. Además, desde la década del 90 tiene una pequeña fábrica de pirotecnia. "Este año está cerrada por la situación económica del país. Trabajamos con insumos importados y por los costos decidimos no producir", comentó.
Todo comenzó en plena madrugada cuando Juan Carlos, su esposa y Juan Cruz, uno de los dos hijos de la pareja, dormían en la vivienda. "Estaba circunstancialmente en la casa de mis padres porque vivo en Rosario, pero me quedé un día más para disfrutarlos porque estoy de vacaciones", comentó Juan Cruz a La Capital. A las 3 de la mañana cuatro ladrones ingresaron por el fondo y ganaron el interior de la casa por una puerta que no estaba cerrada con llave. "Acá la gente deja la camioneta con las llaves puestas, la bicicleta en el frente de la casa, las ventanas abiertas. No hay una psicosis por la seguridad como en Rosario", explicó Juan Cruz.
En la oscuridad los ladrones llegaron a la planta alta y se repartieron entre el cuarto de Juan Cruz y el de sus padres. "Cuando me desperté tenía una linterna en la cara. Empecé a tirar trompadas pero me inmovilizaron y me dijeron que me quedara tranquilo porque mataban a mis padres", recordó el joven. Con Juan Cruz fuera de combate la acción se concentró en el cuatro contiguo. "Media hora antes me había tomado un relajante y me dormí. Me desperté con alguien arriba mío y los gritos de mi esposa. Todo en la oscuridad. No nos dieron tiempo a nada. Nos pusieron boca abajo, nos maniataron con los cargadores del celular y nos pusieron las almohadas sobre la cabeza. A mí uno se me subió a cocoyito y me empezó a pegar trompadas", rememoró Juan Carlos.
Las víctimas estiman que estuvieron en manos de sus captores más de una hora y siempre a oscuras. Además, recordaron que los delincuntes se comunicaban al exterior por celulares. Mantuvieron a las víctimas separadas y metiéndoles miedo diciéndoles que si la plata no aparecía el que iba a sufrir las consecuencias era el otro. Los ladrones tenían tonada, uno dice que cordobesa, el otro santiagueña. Y tenían roles bien definidos: uno conciliaba, otro agredía verbalmente y uno más que pegaba. "Yo lo escuchaba al lado mío y temía que lo mataran. A mi también me asfixiaron, pero no tanto como a él. Temía por mi hijo al que no podíamos ver", recordó la esposa de Delicia.
"Estuve una hora rezando. Le pedía a San Miguel Arcángel que sacara a estos tipos de mi casa. No me dio un infarto porque soy una persona que está en buen estado. Pero me asfixiaban hasta dejar sangre en la almohada. Me pegaban trompadas en la cara y las costillas. Yo sentía que el corazón me volaba y cuánto tiempo podes soportar eso sin que te de un infarto", contó Juan Carlos. "Hace 50 años que vivo en este barrio. Tengo una vida ordenada, transparente y no tengo dinero en casa. Había mil dólares de mi hijo, que viaja a fin de mes, y unos 45 mil pesos para pagar la escritura de un departamento comprado en fideicomiso", explicó la víctima.
"En todo momento les decía que no tenía sentido que me torturaran. Que no había más plata. Pero no escuchaban", contó Juan Carlos. "Ellos decían que si no aparecía la plata iba a pasar las fiestas en el hospital", agregó.
Indignación
"Lo que me indigna es que cuatro ladrones tomaron mi casa, caminaron cien metros hasta la casa de mi madre pasando por debajo de una cámara de videovigilancia, se metieron por un pasillo, abrieron dos puertas, destrabaron un portón y se llevaron mi auto. Todo con impunidad", describió Juan Carlos.
Vecinos del pueblo, en tanto, contaron que desde hace tiempo atrás la comisaría no cuenta con la cantidad de efectivos que el pueblo requiere para su seguridad. La fiscal de Flagrancia Ana Julia Milicic ordenó a la Policía de Investigaciones (PDI) las medidas de rigor y el pedido de secuestro del Ford Focus patente INL035 robado a la familia. Una de las hipótesis es que los ladrones huyeron por un camino rural que conecta Acebal con la ruta 14. Con el correr de las horas el expediente pasó a la fiscal Viviana O'Connell.