El miércoles próximo representantes del Concejo acudirán a Tribunales para participar de una audiencia en el marco de uno de los desalojos más polémicos de los últimos años: el del tambo de Giros en Nuevo Alberdi. Una causa que genera amores y muchos discursos “políticamente correctos”, pero que cuenta con un fallo de primera instancia y dos de Cámara que no le dan la razón para su permanencia allí.
Sabido y lamentable es que la Justicia no es adicta a inclinarse por los más débiles, pero en una democracia republicana es saludable que se respeten sus fallos. De lo contrario reinaría la anarquía.
El lote en cuestión tiene 25 mil metros cuadrados y allí Giros emplazó un tambo en el que trabajan ocho personas. Ese lote es reclamado por un privado, que acreditó en la Justicia contar con sesiones de derechos de las tierras (Giros denuncia que las logró bajo presiones a los antiguos propietarios) y la jueza Stella Maris Bertune le dio la razón.
Mientras se tramitaba el juicio, que se inició en 2011, la afinidad de Giros con el kirchnerismo le permitió, por intermedio del Movimiento Evita, presentar en la Legislatura un proyecto para expropiar las tierras en las que funciona el tambo, y otras en las que instaló una escuela y una fábrica de dulce de leche (ahora se pueden conseguir en la cantina de la Facultad de Ciencia Política de la UNR).
El proyecto no prosperó y desde entonces no mantuvieron una buena relación con el ex gobernador Antonio Bonfatti. Antes de ese traspié en la Legislatura, Giros había logrado que se aprobara en el Concejo rosarino la prohibición de barrios privados en toda la ciudad.
Hace 15 días, y con el desalojo del tambo pendiendo sobre sus cabezas como espada de Damocles, intentó avanzar en vano con una suerte de proyecto de expropiación de las tierras de Nuevo Alberdi, esta vez en el Concejo.
La problemática tuvo su punto más álgido y reprochable cuando el cuidador del tambo fue golpeado por desconocidos que lo amenazaron y le advirtieron que debía dejar el lugar.
Una llamada telefónica de las más altas esferas de la Intendencia a la jueza Bertune logró aplazar el desalojo y generó una audiencia para dirimir el conflicto entre las partes. Será este miércoles, a las 15, en Tribunales.
Allí estarán tres integrantes del Concejo, el tambero, el privado que reclama las tierras y la Intendencia.
¿Qué llevó a los hombres del municipio a inmiscuirse en este conflicto? “Detrás del tambo hay varias tierras sobre las que los desarrolladores quieren trabajar, pero allí no están fijados los códigos urbanísticos”, confió una alta fuente del municipio.
¿Qué significa esto? Que es la oportunidad con la que cuenta el municipio para fijar pautas que obliguen a los desarrolladores a construir en esa zona de la ciudad distintos espacios públicos, como plazas, escuelas y dispensarios.
En voz baja fueron varios los que reconocieron que el tambo deberá irse de allí y la idea de expropiar un terreno para que funcione como cooperativa de “carácter social” divide las aguas en el seno del Frente Progresista.
Allí algunos se muestran aliados al movimiento que lidera Juan Monteverde, mientras que otros remarcan que “bajo ningún concepto un tambo en el que trabajan ocho personas es una cooperativa social”.
Desde Giros, en tanto, remarcan que gracias a su lucha el municipio ahora posa sus ojos sobre esa zona olvidada de la ciudad. Y sin dudas tienen toda la razón. Allí, el movimiento inició en 2005 un camino político que lo llevó a erigirse en una de los bloques opositores más grandes del Concejo: cuenta con tres ediles.
Ese crecimiento político muestra dos cosas: que el electorado cada vez descree más de los partidos tradicionales, y que los más de 25 años del socialismo gobernando la ciudad evidencian grandes fisuras, básicamente sociales.
Es saludable entonces que desde estos nuevos sectores, en los que militan muchos jóvenes, se respeten las leyes y las formas republicanas de gobierno. Se puede pelear en la Justicia, pero esa lucha a veces se pierde, y hay que respetarla.
El tambo sirvió para mostrar una realidad. Ese es el gran logro de Giros. Bienvenida esa militancia. Bienvenido que el municipio ahora mire hacia Nuevo Alberdi.