Está visto que el norte del país está plagado de droga, por ende los delincuentes la comercializan en plena libertad. En ello están implicados los máximos referentes políticos, especialmente los que dudan en obtener otra reelección en el 2017. No es difícil adivinar lo que sucede y por qué. Hay dos excepciones a tener en cuenta: los robos de sumas importantes siempre aparecen en las épocas que se necesitan fondos para las campañas electorales. Nunca más se recupera el dinero robado. El siguiente sería cubrir de droga el país porque es necesario tener un pueblo enfermo e ignorante que nunca dará un salto cualitativo hacia la prosperidad sostenible. Es lo que sucedió en la provincia de Tucumán, hay dos zares que ejercen tanto el poder político como el económico desde hace años. Cada vez que se acercan nuevas elecciones el temor a la caída del imperio obtenido por la facilidad de la práctica "demagógica" los llena de espanto, y ese miedo les hace cometer errores que flotan en el aire enrarecido y trágico. Es lógico y fácil para ellos cuando la Justicia y el poder hacen causa común. Lo demás no tiene importancia, si la ciudadanía "aguanta" se lo merece por desviar la mirada donde "el silencio es salud".