El panorama de la paz en Colombia luego del fallido plebiscito del domingo se presenta muy complicado. Todo depende de la voluntad de la guerrilla de modificar el acuerdo firmado y rechazado por los colombianos en las urnas. Y hasta ahora las señales que dio las Farc son negativas. El gobierno del presidente Juan Manuel Santos nombró un triunvirato de negociadores para dialogar tanto con las Farc como con el líder opositor Alvaro Uribe —el claro ganador del "No"— con quien se reunirá mañana el mandatario. "Hay un nuevo actor", reconocieron fuentes del gobierno en referencia al ex presidente y senador Uribe. Las Farc hasta ahora sólo se comprometieron a mantener el alto el fuego y a reunirse a dialogar en La Habana, donde reside su cúpula. Resulta muy difícil que la guerrilla acepte las condiciones de Uribe, ya que las rechazó hace pocos meses en las negociaciones en Cuba. El lunes, las Farc desconocieron además el "valor jurídico" del plebiscito.
La canciller María Angela Holguín, junto con el jefe negociador del por ahora fallido acuerdo de paz, Humberto de la Calle, y el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, son los delegados del gobierno para el diálogo con el uribismo y la guerrilla. Holguín ratificó ante la prensa que la posibilidad de que se modifique alguna de las 297 páginas del acuerdo de paz con las Farc, como solicitan el Centro Democrático de Uribe y otros promotores del "No"—, es una decisión que depende de la guerrilla. Así las cosas, los que se apresuraron a anunciar que "el gobierno y las Farc aceptan renegociar el acuerdo", claramente exageraron.
Punto clave. Holguín enfatizó que "la decisión de si se abren o no los acuerdos es más una decisión de las Farc, porque se cerró el acuerdo y eso fue lo que firmamos el pasado 26 de septiembre, así que la decisión no es del gobierno", y admitió que no tenían un "plan B". Esto es así porque "difícilmente a uno se le puede pasar por la cabeza después de 52 años de guerra que los colombianos le digan «No» a querer vivir en paz". El asunto de la revisión del acuerdo, agregó, está en la agenda de discusiones que en La Habana ya mantienen De la Calle, otra vez jefe de la delegación oficial, y el alto comisionado de Paz, Sergio Jaramillo, con los líderes de las Farc. Estas reuniones se decidieron el domingo a la noche, ante el resultado negativo de las urnas.
El lunes Rodrigo Londoño, número uno de las Farc, dio a conocer en La Habana un comunicado en el que negó al referendo todo "valor jurídico". El "No" tiene "solo efecto político", afirmó la cúpula guerrillera, que hasta unas horas antes decía todo lo contrario, al igual que el gobierno. Negarle valor al referendo parece un anticipo de rechazo a nuevas negociaciones, dado que Londoño agregó que el acuerdo, tal como se firmó, sigue vigente. El texto, refrendado el 26 de septiembre último en Cartagena, tiene "innegable e irrevocable efecto jurídico", porque fue suscripto como acuerdo "y depositado ante la Confederación Suiza", dijeron las Farc. Hasta las vísperas del voto, las Farc y el gobierno afirmaban que el acuerdo era "final y definitivo", pero que caería de inmediato si no era aprobado en las urnas.
Visita inesperada. La derrota en el plebiscito forzó al presidente Juan Manuel Santos a recibir mañana, en reuniones por separado, a los ex presidentes Alvaro Uribe (2002-2010) y Andrés Pastrana (1998-2002). Ambos son los principales defensores del rechazo al acuerdo con la guerrilla. Es la admisión tácita pero contundente de que Uribe y en menor medida Pastrana deben sumarse a la mesa y sus propuestas deben escucharse. Los líderes del "No" asumieron así un papel central en las discusiones. Quieren cambios en los puntos del acuerdo que más resistencia despertaron en la población, como la garantía de que los jefes guerrilleros no irán a prisión y un "cupo" en el Congreso para las Farc. Pero no será sencillo. Las peticiones del Centro Democrático de Uribe y de los demás sectores que promovieron el "No" ya fueron estudiadas en La Habana y las Farc no las admitieron. Estas son, básicamente, que haya condenas a prisión efectiva para los jefes guerrilleros autores de delitos de guerra _algo que llevaría a Londoño directo tras las rejas_ y la negativa a entregar a las Farc un "cupo" de bancas en el Congreso hasta 2026..
Pregunta. El uribismo aceptó abrir el diálogo luego de asentar en una declaración pública una pregunta clave. "Atendiendo el mandato ciudadano que se expresó claramente por no apoyar los acuerdos suscritos entre el gobierno nacional y las Farc, ¿está dispuesto a corregir los puntos en los que ciudadanos del «No» expresamos preocupaciones?", interrogó el Centro Democrático en un texto dirigido a Santos. Uribe se mostró dispuesto a reunirse con Santos: "Si me toca pedirle una cita al presidente de la República para decirle qué nos preocupa de los acuerdos, le pido esa cita", dijo el ex mandatario y senador. La respuesta llegó de inmediato: se verán mañana. Uribe agregó que le dirá a Santos: "Vea presidente, respetuosamente nuestras preocupaciones son estas", y las enumerará.
El ELN, dispuesto
La segunda guerrilla colombiana, Ejército de Liberación Nacional (ELN) dijo que tiene la "decisión irrevocable" de negociar un acuerdo de paz a pesar del revés que sufrió el plebiscito de las Farc. "En este difícil momento, el ELN reafirma decisión irrevocable de cumplir la agenda pactada", señaló el grupo. Los contactos empezaron en 2014 y derivaron en un anuncio en marzo pasado sobre el inminente inicio de negociaciones. Estas no se iniciaron porque el gobierno exigió la liberación de todos los secuestrados por el ELN.