El presidente de la Asociación de Industriales Panaderos de Rosario, Gerardo Di Cosco, confirmó ayer que algunas panaderías de la ciudad ya aumentaron el precio del kilo de pan, que oscila en los 7 y los 8,50 pesos y acumula una suba desde principios de año de alrededor del 25 por ciento. Según el dirigente, los comercios "ya no pueden seguir absorbiendo el aumento de los costos", que se explican tanto por los incrementos de la harina como por "los aumentos salariales" acordados el mes pasado.
Además, aseguró que en la práctica el sistema de subsidios a los molinos "está terminado", y que lo mismo ocurre con las ayudas a los suministros de luz y de gas, lo que provoca que desde hace varios meses los panaderos asuman costos mayores que ya no podían sostener sin trasladarlo a los precios finales.
Todo esto, según especificó, tiene repercusiones sobre el consumo de pan, que según datos de las cámaras del sector bajó un 13 por ciento durante el año pasado, y promete seguir un camino parecido este año.
Precios. "Acá el precio no va a llegar a los 10 pesos como en Capital Federal, eso sería una hecatombe, pero vemos que algunas panaderías ya han tomado los aumentos y los precios van desde los 7 pesos a los 8,50, dependiendo del comercio, su volumen de producción y la cantidad de empleados, entre otras cosas", explicó, para luego diferenciar la situación entre Rosario y Buenos Aires ya que "los costos son diferentes" .
Una de las claves para explicar la suba en el pan es el precio que las panaderías pagan por la harina a los molinos, que en la práctica dejaron de recibir los subsidios acordados en su momento por la Secretaría de Comercio Interior que comanda Guillermo Moreno, que había fijado el precio del kilo de pan a 4,50 pesos.
Según Di Cosco, las bolsas cuestan en promedio entre 82 y 84 pesos, muy lejos de los 52 pesos que marcaba el acuerdo con el gobierno: "De la harina subsidiada no queda nada, porque los molinos hacen un mix de precios y te dan 20 bolsas subsidiadas y 20 a precio de lo que denominan harina especial, lo que da un promedio por arriba de los 80 pesos".
Además, los molinos le reclaman al Ejecutivo el pago de 2.000 millones de pesos en concepto de subsidios adeudados por la disuelta Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca), que era el organismo encargado de pagar las compensaciones. Estos subsidios son financiados con las retenciones agrícolas que, en el caso del trigo, además están cupificadas para planchar el precio que molinos y traders pagan al productor.
El problema para los panaderos es que ya no se puede comprar sólo la mercadería subvencionada: "Es una forma legal que encontraron para decir que están dentro del subsidio todavía, pero nos obligan a comprar la cara para hacer el envío", dijo el referente de los panaderos locales, quien además subrayó que dos molinos de la zona ya avisaron que "posiblemente" vuelvan a aumentar.
Costos. En promedio, la harina influye en un 25 por ciento en el precio final del pan, cuyo valor también depende de los salarios que se pagan en el sector. En ese sentido, Di Cosco detalló que durante el mes pasado los panaderos acordaron incrementos de sueldos del 30 por ciento escalonado.
Pero además de eso, el dirigente relató que los subsidios estatales que recibían tanto el gas como la electricidad "se terminaron", por lo que las empresas abonan casi desde principios de año las tarifas normales: "Hubo subsidios por todos lados, pero ya llegamos a un cuello de botella", dijo.
A pesar de los mayores costos, desde la Asociación intentan "ser precavidos", ya que saben que el ritmo de consumo es imposible de mantener con las tasas de inflación que afectan a los productos alimenticios: "La gente se cuida cada vez más", dijo. Esto ya provocó, según graficó, un descenso de 13 por ciento en el consumo de pan durante 2010. "La evaluación para 2011 la haremos a fin de año, pero ya notamos menos consumo".