"El peronismo debe plantarse en una oposición frontal al gobierno de Mauricio Macri". Eduardo Toniolli, presidente de la Departamental Rosario del PJ, sostiene que ese debe ser el eje que aglutine a todos los sectores que resisten las políticas de Cambiemos. El concejal del Frente para la Victoria (FpV) acaba de ser reelecto al frente del partido por abrumadora mayoría y se propone como desafío no sólo integrar a las distintas corrientes que orbitan alrededor de la sigla, sino que también que el espacio que le toca liderar sea una referencia real de poder en la ciudad y la provincia, proyectando las experiencias de gestión de intendentes y jefes comunales. "El peronismo de Rosario no se debe pensar de la Circunvalación para adentro", agrega.
El referente local del Movimiento Evita asegura que el Frente Progresista de Santa Fe tiene algunos puntos de contacto con la alianza que llevó a Macri al poder y sus políticas. Ejemplifica este paralelismo con el "tarifazo" de la EPE o con la decisión del gobernador Miguel Lifschitz de tomar deuda por mil millones de dólares. "El Frente Progresista como tal es un mix entre el socialismo y Cambiemos, y en algunos casos reproduce políticas propias del macrismo", afirma.
—¿Cuál es la etapa que se viene ahora en el PJ de Rosario después de haber sido reelecto como presidente de la Departamental?
—Hay una necesidad de lograr acuerdos más amplios para esta realidad esquiva. Hay que tener una mirada más departamental. A diferencia de otros años, producto quizás de la cercanía con el Estado nacional, y a veces la relación política de los intendentes o presidentes de comunas pasaba por reunirse con los ministros, con los secretarios, hoy hay una necesidad concreta de agruparse en el territorio y dar una pelea más colectiva. Que el peronismo de Rosario no se piense de Circunvalación para adentro. Hay grandes experiencias de gestión en la región identificadas con el peronismo que también podría ser una luz, una señal para los rosarinos de que el PJ y el Frente para la Victoria pueden ser una referencia de gestión concreta en el territorio. Es decir, discutir el modelo de gestión del socialismo en Rosario y la provincia desde experiencias concretas. Y el plano metropolitano te lo brinda.
—¿Cuál es la diferencia entre este proceso que se dio en Rosario y lo que sucedió a nivel provincial?
—Son procesos distintos pero hay una mirada común, y esto también vale en el plano nacional. El peronismo debe plantarse como oposición frontal al macrismo. El peronismo no debe ser una colectora del gobierno nacional, o ser el partenaire de la alternancia dentro del estrecho margen de este régimen liberal. Debemos ser los que pateamos el tablero e impugnar esta política de ajuste. Estar junto al movimiento obrero, las organizaciones sociales y todos aquellos que están sufriendo las políticas de Cambiemos. Por otro lado, debemos ir generando las condiciones para ser la alternativa política frente a este escenario oscuro y de regreso a las peores etapas de la Argentina. El peronismo debe tener en claro que nuestro enemigo es Macri.
—En las elecciones pasadas, el peronismo santafesino llevó como candidato a Omar Perotti, tanto para gobernador como para senador, quien asumió posiciones en el Congreso de apoyo a algunas medidas de Macri. ¿Es por eso que hablaba de no ser una colectora?
—Hoy no es momento para disecciones internas y enfrentamientos brutales. Nuestros diputados votaron en contra del acuerdo con los fondos buitre. Indudablemente, que eso (por lo de Perotti) fue un contrapunto muy fuerte. Pero también digo que ese episodio no debe generar la explosión del peronismo en su conjunto. Hay que intentar persuadir y avanzar. Lo dijo Cristina en el acto de Comodoro Py: si andamos repartiendo culpas a diestra y siniestra no vamos a convencer a nadie. Sí marcar claramente cuál es la posición, eso no se puede dejar pasar y hay que ser contundente, porque las reconstrucciones se dan en base a la verdad. Y la verdad es que ese acuerdo con los fondos buitre hipoteca el futuro de los argentinos por 30 años y va a contramano de lo que hizo Néstor Kirchner, que fue avanzar en el sistema de desendeudamiento.
—¿Hubo algún tipo de pedido de explicación y justificación de Perotti por la postura que asumió?
—Existieron algunos cruces públicos. Me parece que normalizada todas las autoridades del PJ en todos los ámbitos, sería bueno tener la instancia de discusión con todos los legisladores, lo que votaron en contra y los que lo hicieron a favor. Pero repito: la base de cualquier posibilidad de reconstrucción del movimiento nacional es en base a la verdad y que se fijen claramente las posiciones. Para nosotros, el interés nacional es lo que determina la posiciones.
—El PJ santafesino tiene ahora un doble rol opositor: por un lado a nivel provincial con el Frente Progresista y a nivel nacional con Cambiemos...
—Son dos frentes que tienen sus particularidades. El Frente Progresista, en la mitad de sus componentes, está colonizado por Cambiemos. El Frente Progresista como tal es un mix entre el socialismo y Cambiemos, y en algunos casos reproduce políticas propias del macrismo. Hace muy poco decidió avanzar en el endeudamiento (de mil millones de dólares) bajo las premisas que fijó el juez Griesa en su fallo. Hay puntos donde el Frente Progresista y Cambiemos parecen acercarse. Nosotros, como peronistas, nos oponemos a las políticas que repiten el ajuste que se aplica a nivel nacional, como el tarifazo en la energía eléctrica. Esa fue una decisión concurrente de los dos niveles del Estado. Producto de ese acuerdo de facto y de ese aumento brutal, se instala de nuevo que la energía eléctrica no es un bien socia, sino un bien más del mercado.
—El referente nacional del Movimiento Evita, Fernando Chino Navarro, sostuvo que el FpV es una herramienta agotada y que había que reemplazar el liderazgo de Cristina. Como referente provincial de ese espacio, ¿coincide con esa apreciación?
—Son momentos de grandes debates, y eso significa que estamos vivos y seguimos teniendo voluntad transformadora. Me parece central evitar que el macrismo se salga con la suya instalando la idea de que todas las peleas son kirchnerismo versus gobierno, que es lo que intenta hacer con la ley antidespidos, porque así pretenden descalificar conflictos sociales reales, en este caso la ola de despidos, reduciéndolos a una puja del sistema político. Y esto no significa que resignemos nuestra identidad, al contrario, significa mostrar que el proyecto político y económico que votó el 49 por ciento sigue teniendo vocación de poder, vocación de ser mayoría.
—También dijo Navarro que la resistencia debería estar en la calle, afirmación que muchos leyeron como un intento desestabilizador...
—Los grandes cambios en la Argentina se dieron en la calle. Para nosotros es un lugar de discusión pública. Lo ha sido toda la vida. Y esto no significa un llamado a ningún tipo de desestabilización. Las cinco centrales obreras en la calle le impusieron la agenda de defensa del empleo al Congreso nacional. Porque si no nos encontramos con el casete de los funcionarios que dicen "no hay despidos", y la verdad es otra. Hay despidos en el sector público y en el privado. En Rosario estamos atravesando todo el caminito de lo que parece ser que Acindar va a cerrar su planta en Rosario. La calle es para marcar agenda, es un intento de los que no tienen tanto poder de lobby en la oscuridad lo hagan a la luz del día. El otro lobby en la oscuridad existe, son pocos pero se movilizan golpeando la puerta de los despachos.
—¿Cuánto afecta y pesa en la base social del peronismo las denuncias contra la ex presidenta y Lázaro Báez?
—A los que adherimos a sus políticas, las agresiones a los gobiernos de Néstor y Cristina nos terminan abroquelando más. En otros sectores no: ahí sí la campaña del miedo y la cadena nacional sacudiendo permanentemente puede haber horadado la imagen de Cristina. Con esto no niego nada. Nosotros movilizamos a Comodoro Py porque acompañamos y defendemos a la ex presidenta, y porque creemos que son ataques infundados. Esto no quiere decir que pueda haber algún funcionario que lo haya hecho, pero tiene que ser la Justicia con toda claridad, con precisión y sin operaciones de prensa en el medio, la que determine la culpabilidad o no. Muchas veces discutir o centrar en casos puntuales termina por ocultar la gran corrupción que es el mecanismo de saqueo, como pueden ser la fuga de divisas, depositar dinero en paraísos fiscales o el gran negocio del reendeudamiento. Estas son corrupciones que generan efectos muchísimos más brutales que los casos puntuales, y sin embargo se ocultan porque muchas veces esos medios concentrados tienen interés alrededor de esos grandes negocios.