Debilitado, el huracán Matthew castigó ayer a Georgia y las Carolinas (del Norte y del Sur), en lo que pareció ser la última etapa de su paso por la Costa Este, dejando a su paso a millones de estadounidenses aliviados de que una de las tormentas más temidas en la historia de Estados Unidos no fue tan devastadora después de todo.
Se registraron al menos 10 muertes, incluyendo la de un hombre de 68 años en Georgia, que habría fallecido después de que un árbol cayó sobre su casa. En Haití, en cambio, Matthew dejó cientos de muertos a su paso; entre 800 y 900 según últimas estimaciones.
Pero en muchos lugares de la costa del sureste, los daños consistieron principalmente en calles inundadas, árboles caídos y recortes eléctricos.
Mientras la tormenta pasaba y comenzaba a escampar, mucha gente se puso a limpiar, reabrir sus negocios o ir a la playa. La electricidad comenzaba a regresar. Y los tres parques temáticos más grandes en Orlando, Florida, incluyendo Walt Disney World, estaban en funcionamiento.
"Nos sentimos bendecidos de que Matthew no pasó por nuestra costa", dijo el gobernador de Florida, Rick Scott. "Nos sentimos bendecidos de que no hubo un impacto directo".
El sábado, Matthew bañó indirectamente dos de las ciudades más antiguas e históricas de región sur —Savannah (Georgia) y Charleston (Carolina del Sur)— y también llevó lluvias torrenciales y vientos fuertes a lugares como Myrtle Beach (Carolina del Sur) y Wilmington (Carolina del Norte).
De allí, se esperaba que girara hacia mar adentro, perdiera fuerza y volteara de regreso hacia las Bahamas y Florida, ya muy débil como para causar daño alguno.
Durante casi todo su recorrido al lado de la costa de Florida, Matthew pasó lo suficientemente lejos de la costa como para que las comunidades no sintieran el rigor de sus vientos.
El centro de la tormenta finalmente tocó tierra el sábado en el norte de Charleston, pero solo brevemente. Y en ese momento era apenas un huracán, con vientos de solo 120 km/h.
Ayer, una hora después de que las autoridades permitieron el regreso a las viviendas en Jacksonville Beach, Florida, David Villmow había comenzado a calentar dos hornos de pizza en su restaurante situado enfrente de la playa, The Art of Pizza. Esperaba comenzar a servir dentro de unas horas.
"Tuvimos mucha suerte", dijo. "Podríamos estar hablando de cosas mucho peores. Todo lo que ves son letreros caídos, cercos volteados, unas cuantas gasolineras sin carteles".
Haití. El potencial mortal de Matthew fue muy claro en Haití, donde el huracán pasó por tierra el martes con vientos devastadores de 233 kilómetros por hora. Al menos 470 personas murieron en un solo departamento del suroeste, Grand-Anse, mientras que entre 850 y 900 víctimas fatales se estimaban en el resto del país. La cifra podría aumentar ya que las autoridades no lograron ingresar a numerosos pueblos.
Haití se prepara para un incremento en los casos de cólera y enfrenta lo que podría convertirse en la peor crisis humanitaria desde el catastrófico sismo de 2010.
El gobierno de Haití ha calculado que al menos 350.000 personas necesitan algún tipo de ayuda, y que más de 60.000 personas permanecen en refugios.
Funcionarios de salud en Jeremie, la principal ciudad de Grand-Anse, reportaban un creciente número de pacientes de cólera.Petuelle Fontaine, un trabajador del centro de atención del cólera, dijo que están mal equipados a atender a los pacientes. El área estaba cubierta con ramas de árboles. "Aquí no tenemos vacunas para el cólera. Ni una", declaró.